miércoles, 29 de julio de 2009

El señor Calderón en su burbuja
Luis Linares Zapata

La creciente pauperización de millones de mexicanos no alcanza fuerza suficiente para romper la burbuja de positivismo que envuelve al señor Calderón. Ocupado en disimular sus derrotas y omisiones, acompasado con su equipo administrativo, se estira para encontrar sustitutos que le respondan a imagen y semejanza. Trata así de soslayar las penurias que padece el grueso de los mexicanos medios y, peor aún, los de abajo, causal directa de sus infortunios. Es por eso que, a pesar de las repetidas muestras de ineficacia que estos encumbrados burócratas ofrecen en sus desempeños, adjuntadas a las peticiones de sus socios priístas para que remplace a varios de ellos, Calderón los desoye y conserva, con firmeza inigualable, a todos sus retoños. El voluntarismo que lo aqueja desde su católica niñez se ha fortalecido a través de sus correrías juveniles y las de su edad adulta. Un signo de alerta que recorre, con sus temores y desconciertos concomitantes, desde los corredores del lujo hasta las callejuelas de las barriadas más olvidadas del país.

El respaldo que otorgó el grupo de poder al señor Calderón dándole el título de Presidente, con todas sus inmensas irregularidades de origen a cuestas, flaquea en su núcleo básico y se transmina por los costados de su frágil entorno. Se acentúa así la soledad que hoy lo acosa y empequeñece.

La falta de respeto a su desempeño y capacidades brota por doquier y desata un círculo negativo en el que campea la desesperanza en venideras bondades prometidas. Ha llegado su ineficaz y torpe desempeño a fomentar todo un enjambre de preocupaciones en las esferas de mando de esta nación.

Ya no esperan de él, de su partido y de su equipo, alternativas de salidas ni cambios de actitud, menos aún mejoramiento en la conducción y guía del país. Los inocultables titubeos y torpezas que va dejando regadas se apiñaron, de manera grotesca y descarada, en las recientes elecciones de medio término. El electorado le dio una sopa de su difundido chocolate de valentías virtuales que el señor Calderón acompasó con sendas riñas callejeras por conducto del defenestrado acólito colérico que le sirvió de parapeto electorero.

Los llamados (van tres y contando) que el señor Calderón hace para la construcción de acuerdos no encuentra ecos suficientes entre la elite dirigente. La plebe no les interesa a sus altas, distantes y serenas miradas. Si acaso unas palabras de respuestas por parte del senador Beltrones, único interlocutor de peso que le queda, se hacen oír en los medios. Como si el modelo productivo y de gobierno, que todavía empuja el señor Calderón, no mostrara a las injustas claras sus cortedades e inoperancias, él y sus disminuidos colaboradores se empeñan en prolongarlo un tanto adicional.

El concierto de neoliberales que lo atosigan con exigencias de prebendas adicionales implican mayores injusticias para con la colectividad nacional. Y esos abultados beneficios los piensan (los desean) encontrar en las famosas, por infaustas, reformas estructurales pendientes. Siempre habrá algunas esperando aprobación para usos y deleites de los de arriba.

Pero la plutocracia que lo respaldó en su apañe de la Presidencia ya busca, con ahínco, al futuro suplente. Uno que les alivie tensiones crecientes por el descontento desatado por doquier. La cruenta, feroz crisis que se enseñorea de la República va horadando sin pausas ni consideraciones la esperanza de los ciudadanos, ya no se diga para alcanzar un mejor nivel de vida futuro, sino para detener el deterioro de sus miserias del día.

El grupo de poderosos cree haber encontrado al curandero de sus desvelos en el gobernador del estado de México. Y, atrás de ese espejismo, prefabricado hasta con detalles candorosos y picarescos, se han agrupado las fuerzas de elite que manejan la parte sustantiva de los asuntos públicos. Las televisoras y (en especial Televisa) cadenas de radio (con sus opinadores afiliados) se han concentrado en aceitar, pulir y propagar, diariamente y de manera dispendiosa, la atildada figura de Peña Nieto como un proyecto sustituto que los alejará de sus temores y desvelos presentes.

Este ejercicio propiciatorio mucho tiene de desfogue ante la atonía que impone, con su desgarbada presencia y altisonante voz, el señor Calderón, uno más de sus frustrados personajes preferidos.

Mas las penurias presupuestales, ya muy notables por los torpes recortes carstensianos (sólo en cuanto derivado del hacendismo retardatario y no de la famosa duda metódica) recién anunciados, prueba inequívoca de su visión recesiva, se agravan con los días de caída en los ingresos planeados; la cerrazón de horizontes que impone el discurso tonto y voluntarioso del oficialismo, que no titubea en usar hasta el triunfo de los futbolistas dizque para infundir un hálito de confianza a las masas; las huidizas oportunidades que la crisis va aniquilando a su paso devorador de empleos; (se concluirá el sexenio actual con un rezago de 5.5 millones, según estimaciones actuales) forman densas aristas que afilan y recrudecen el descontento popular y hacen dudar, a los avezados negociantes y traficantes de influencias de siempre, en perseguir la ruta acumuladora de riquezas y prestigio.

Ante tan desolador panorama, al priísmo triunfante le espera una labor bastante mayor que los arrestos y la vocación de cambio y mejoría avanzados por sus adalides. El empuje de sus gobernadores por asentar bases ciertas para una transformación, tanto del modelo como de la injusticia distributiva que aqueja al país, no encuentra asideros ciertos. Por el contrario, choca de frente con sus talantes, con firmes tintes conservadores y hasta reaccionarios. Estos líderes pretenden, si acaso, atar sus posiciones ganadas, no cometer errores que descarrilen sus aspiraciones de retornar a Los Pinos, disfrazar complicidades, asegurar espacios de impunidad para sus correligionarios descubiertos en francos delitos y empujar sus negocios grupales. Un tanto más de lo mismo y no más que eso.

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Identificándose
Hernández

Astillero

1984

Felipe BB

Control social

Comicios biométricos

Julio Hernández López
Foto
SIGLO Y MEDIO DE LAS LEYES DE REFORMA. El presidente Felipe Calderón encabezó en Palacio Nacional la ceremonia de conmemoración del sesquicentenario de la promulgación de las Leyes de Reforma; lo acompañaron César Duarte, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, y Fernando Gómez Mont, titular de la Secretaría de GobernaciónFoto Jesús Villaseca


Lo que ahora se le ha ocurrido imponer a los mexicanos a Felipe BB (es decir, paradójicamente, un mini Big Brother) es una cédula de identificación biométrica. Hay cientos de asuntos urgentes que están necesitados de atención y recursos, pero la vocación por el control social tiene prioridad en la agenda del antihéroe del 5 de julio. Desde luego, la pasión por los adelantos tecnológicos también puede significar oportunidades de negocio para los comerciantes del ramo, por ejemplo (sólo por mencionar una posibilidad), los asociados de mil maneras fiscales y empresariales a la firma ganadora de los comicios de 2006, la emblemática compañía familiar Hildebrando. El orwellismo pinolero avanza así en la vigilancia directa de las personas y forma bases de datos que podrán ser vendidas a particulares (como sucedió con el padrón de electores) y ser usadas para fines gubernamentales de señalización política, sobre todo para la ubicación y seguimiento de actividades de personas opuestas a los poderes.

Con la citada cédula bastarán unos cuantos golpes a las teclas para que los agentes del Estado 1984 se enteren de los datos básicos de cada persona, incluyendo rasgos físicos y biológicos como las líneas y las venas de la palma de la mano, la conformación de la retina y el iris, pero, también, referencias comerciales, bancarias y empresariales, y, sobre todo, mediante el cruzamiento de información entre agencias estatales de seguridad nacional, locales y extranjeras, el perfil político y cultural de determinadas personas, aquellas que son indeseables o peligrosas y que así tendrán un marcaje electrónico permanente. En un contexto de creciente irritación social resulta muy importante para los órganos de represión contar con medidas de control como las que ofrece la modalidad biométrica. En el terreno policiaco-militar, la imposición de la citada cédula de identidad biométrica se acomoda muy bien a las pretensiones gringas de prevención del terrorismo y de manejo ordenado de los flujos migratorios.

Pero tiene otra aplicación inmediata: la elaboración de un padrón electoral biométrico, como ya sucede en algunos países, y, luego, la realización de comicios regidos también por la biometría (el consejero presidente del ife, L.V. Zurita, habló en días pasados de la importancia de entrar a la modalidad del voto electrónico), con todo y los sabidos y comprobados riesgos de manipulación informática y de fraude digital. En marzo de 2008, Digimarc, empresa especializada en la creación de soluciones de gestión de medios y marcas de agua digitales, con sede en la estadunidense ciudad de Beaverton, Oregón, ganó el contrato del IFE para elaborar las credenciales de elector durante cuatro años, a pesar de que antes había tenido ese mismo encargo, desde 2003, y se le había acusado de incumplimiento en los tiempos de entrega e incapacidad técnica para las tareas a las que se comprometió. En 2008, Digimarc fue la única empresa que participó en la licitación, bajo señalamientos de que las bases del concurso se habían redactado de manera tal que favorecían al solitario competidor y obvio ganador. Pues bien, Digimarc puede ser la punta de lanza tecnológica para las formas cibernéticas de votación, pues elaboró, en su sucursal en México, las credenciales de identidad biométrica que se usaron en los pasados comicios de Haití. Felipe Big Brother piensa en 2012, aunque esa fecha parezca tan distante y, en términos de paz social y viabilidad institucional, tan difícil de alcanzar.

Astillas

El camaleónico Norberto Rivera debería asumir como propia la derrota vaticana de Nicolás Aguilar Rivera, pues este sacerdote pederasta fue ampliamente protegido, desde que veinte años atrás comenzó su historial de agresiones sexuales, por quien ahora es cardenal de México. La decisión papal de revocar las facultades sacerdotales del citado Nicolás Aguilar es una forma indirecta, como suelen ser las decisiones de esa iglesia, de reconocer la culpabilidad de quien fue constantemente denunciado por los abusos cometidos contra menores, tanto en México como en Estados Unidos, pero que siempre fue escamoteado a la justicia, con jefes clericales como Norberto Rivera que le cambiaban de lugar y le dejaban continuar con sus maniobras de engaño a familias católicas con los resultados que cualquiera, con la información adecuada del caso, podía prever. Más allá de lo que jurídicamente suceda con Nicolás Aguilar, y con sus protectores, Norberto Rivera y, en Los Ángeles, el también cardenal Roger Mahony, éstos, al igual que el directamente agresor sexual, deberían considerarse moralmente revocados de sus facultades sacerdotales y corresponsables del daño a casi cien pequeños, y sus familias, que pudo haberse evitado... Ingenuo resultaría creer que el amateur Gerardo Ruiz Mateos es una voz valiosa en asuntos económicos sólo por haber sido designado secretario del ramo por su cuate Felipe. Ayer, ante legisladores, se permitió la ligereza de asegurar que ya se ha tocado fondo en la economía mexicana y casi llamó, al mejor estilo lopezportillista, a prepararse para administrar la venidera abundancia, pues según los numeritos que maneja y los programas de computadora que en su caso suplen a la realidad, empieza a haber una recuperación y (...) tenemos que prepararnos para esa recuperación que seguramente vendrá... Líder petrolero hubo, ahora en desgracia, que a un presidente de la República le advirtió que si caía Pemex caería él, el encargado de Los Pinos. Ahora se ha anunciado que la paraestatal surtidora de buena parte del presupuesto federal ha caído en 98 por ciento en términos de utilidades netas, y que de enero a junio de este año ha acumulado una pérdida de 25 mil millones de pesos. Pero Felipe sigue, en apariencia, tan campante, metido en pleno a la grilla panista y viajando al extranjero como en los buenos tiempos petroleros... Y, mientras el gobernador de Hidalgo apenas levanta la voz ante la maniobra cantada del panismo que trata de refinarse en Guanajuato, ¡hasta mañana!

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