lunes, 31 de octubre de 2011

Mensaje AMLO 31 de octubre del 2011

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AMLO trabaja sin descanso, mientras en los medios están los panistas, Peña, Beltrones, Cárdenas, Ebrard

Pedro Echeverría V.

1. Dedico mi tiempo a observar la política mexicana y de América Latina, y en los últimos 15 días no he sabido nada de López Obrador; estoy seguro que anda en su gira cinco mil en las poblaciones y rancherías más perdidas y lejanas de México. Entre tanto los empresarios, en medio de gran alharaca de medios, recibieron al brasileño Lula da Silva, a Calderón, a Peña Nieto, quien aprovechó a Lula para la foto; Cuauhtémoc Cárdenas recibió un premio en el senado otorgado por la clase política que se regodeaba en saludos; el empresario cultural Enrique Krauze es entrevistado en varias estaciones de radio y TV hablando de su libro contra los “redentores”, es decir, contra AMLO. Confieso que prefiero mil veces la política de AMLO porque siempre he despreciado la política de salón, de saludos y de vino; pero en una campaña política burguesa y empresarial dudo que se logren buenos resultados electorales.

2. Los funestos medios de información, incluso La Jornada, han publicado en primera plana grandes fotografías del trío de panistas –de los que licuados no haces uno-, así como de Peña Nieto, Lula, Cárdenas, Ebrard, Beltrones, pero de López Obrador nada. Si los medios de información tienen razón al repetir que “quien no aparece en los medios no existe”, no se entonces que hará López Obrador para que su campaña política sea realmente victoriosa. Si los votos respondieran al trabajo permanente y a la honestidad, en los comicios en todo el país AMLO tendría el 80 por ciento de los votos, Peña Nieto 10 y el candidato del PAN 5 por ciento; pero en México se ha demostrado que quienes obtienen la Presidencia son los que mejor se mueven al interior de la clase empresarial, mantienen mejores relaciones con el clero y llegan a acuerdos con la embajada yanqui. Los votos se compran por grupos de interés con regalos y dinero.

3. Las campañas contra López Obrador han arreciado en las últimas semanas en los medios de información. Palabras del brasileño Lula, declaraciones de Cárdenas en la Embajada y su discurso por la Medalla Belisario, entrevistas a Krauze, manifiestos por gobiernos de coalición, discurso privatizador de Peña Nieto; todo ello ha sido usado contra López Obrador por los funestos locutores (López Dóriga, Gómez Leyva, José Cárdenas y demás empleados de Televisa y Radio Fórmula; ante ello las respuestas o reflexiones de AMLO han sido nulas o silenciadas. El intelectual del sistema neoliberal, Enrique Krauze –como en 2006- parece haber escrito un libro especial contra el “redentor” López Obrador y todos los “redentores” y “caudillos”; reclama Krauze, como pide de manera permanente la Dresser y toda la clase política y empresarial, candidatos civilizados que no protesten en las calles, que no confronten, que sean decentes y civilizados.

4. La clase política (PRI, PAN, PRD) y empresarial que asiste a todos los homenajes, festejos, reuniones de alto nivel o actos políticos en grandes salones, quiere una izquierda decente, civilizada, con buenos modales, capaz de llegar a acuerdos, encabezada por Ebrard, los Cárdenas y los “chuchos”. Señala Cárdenas: ¿Cómo no reconocer al presidente de la República si de él depende todo el gobierno? Y con él coinciden Ebrard, los “chuchos”, todos los gobernadores y exgobernadores del PRD. La realidad es que crece la cargada contra López Obrador y, si éste no logra controlar al PRD poniendo a gente que lo siga, es probable que pierda ante Ebrard la candidatura de ese partido y si la gana lo más seguro es que el PRD de Zambrano, Ortega, Navarrete, Acosta y Ramírez, le haga un gran boicot –como pasó en 2006- con un trabajo sucio contra la candidatura de AMLO.

5. Espero que los tres mil y tantos comités que ha logrado organizar AMLO en todas las poblaciones del país a lo largo de seis años de visitas y mítines, sean suficientemente fuertes para que no sean comprados y quebrados por la avalancha del derechismo PRI-PAN cargado en camiones de regalos, confetis, además de autobuses de artistas, payasos, sonidos, radio y TV. Luego resulta que ante la profunda miseria que tiene nuestro pueblo, ante las enormes carencias de siglos que sufre, cuando le ofrecen un saco de cemento, un docena de láminas de cartón, una bicicleta, un motor de agua, un instrumento de trabajo o 200 pesos, no puede resistirse a entregar la credencial del voto. Mucho más cuando el gobierno le ofrece a la población con miras en la campaña, pisos de cemento para sus casas, la construcción de un parque o un mercado público. Así ha sido la historia de la compra de votos en México desde haceun siglo.

6. Recuerdo que López Obrador en 2006 se negó a ser un instrumento de los medios de información y comenzó a andar sólo. Meses después se puso a comprar tiempos en los medios y le vendían en horarios de la madrugada –de 1 a 5 de la mañana- y los tuvo que aceptar. Así que aquí debe desarrollar una gran estrategia que le permita superar con crecimiento esa manipulación de los medios que hoy por hoy sólo han servido para silenciarlo o de plano para aprovechar cualquier cosa para desarrollar campañas de desprestigio. ¿Cómo se puede explicar que Peña Nieto, totalmente desconocido, sin hacer campaña política, lo estén presentando desde hace un año como el encabezador de las encuestas nacionales? ¿Cómo Ebrard, que es una figura política muy menor, que le debe el cargo de gobierno del DF al mismo López Obrador, ahora –después que empresarios, Calderón y los Chuchos le calentaron la cabeza- quiere disputarle?

7. López Obrador y sus asesores de confianza tienen que encontrar el camino diferente por donde debe caminar la campaña. AMLO debe construir una ruta distinta a la de 2006 cuando aún tenía muchos apoyadores entre la clase política. Durante seis años AMLO creció de manera abrumadora entre los campesinos y los sectores más pobres, pero perdió apoyos entre las clases altas y medias altas que son quienes mueven todos los hilos del poder. Es el motivo por el que no he dejado de pensar en un Plan B como salida en caso de que las elecciones se vean claramente imposibles de ganar y que se hubiese propagado una desbandada que tuviera que ver con el narcotráfico, la intervención yanqui o el incremento de la represión brutal contra la población. Muchas cosas pueden suceder en este México de 52 mil asesinados. Por eso los asesores de López Obrador deben tener una profunda visión de lo que podría suceder.

http://pedroecheverriav.wordpress.com

sábado, 29 de octubre de 2011

Asistamos a ver este documental en las salas de cine en esta semana:

0.56%: QUE LE PASO A MEXICO EN EL VERANO DE 2006




EN PUEBLA SE PROYECTA EN LAS SIGUIENTES SALAS Y HORARIOS:

CINEPOLIS ANGELOPOLIS: 4:55 Y 9:55 PM

CINEPOLIS CRUZ DEL SUR: 12:40, 5:00, 9:20 PM

CINEPOLIS LA NORIA: 12:20, 2:30, 4:30, 6:30,8:30 Y 10:35 PM

Después de verlo, sales indignado de como nos vieron la cara a los mexicanos en 2006.

También se te cargan las pilas de lucha para ponerse en chinga para evitar que en 2012, nos hagan las mismas chingaderas.

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Vallejo:la derecha chilena no debe volver a ganar elecciones



Convoca a movimiento latinoamericano de protesta, en 2012

Crecen violaciones a derechos humanos de estudiantes chilenos, denuncia Confech
Carolina Gómez Mena

Paul Floor, secretario de relaciones internacionales de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), denunció el aumento de las violaciones cometidas por el gobierno del presidente Sebastián Piñera contra los derechos humanos de los estudiantes que demandan educación gratuita en dicho país sudamericano, así como de la represión y tortura y de la criminalización del movimiento que comenzó hace cinco meses.

Entrevistado por este diario durante la realización de un acto político cultural de protesta frente a la embajada de Chile en México, el cual forma parte de la Jornada de Solidaridad convocada por la Red Social para la Educación Pública en América, Floor informó que ante esta situación la Confech solicitó una “audiencia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde presentará un informe de actos en los que “se han violado los derechos humanos a niños, jóvenes y adultos durante las protestas y, en el caso de los últimos, cuando son aprehendidos por los carabineros.

Hay casos de aplicación de electricidad y tortura directa; está la muerte de un niño de 16 años que estaba mirando una manifestación y fue alcanzado por una bala de la policía. También hay estudiantes que tienen prisión preventiva y que están siendo criminalizados por el gobierno, el cual los acusa de terroristas.

Asimismo el dirigente estudiantil precisó que se encuentra en México para invitar al movimiento estudiantil mexicano a que se sume a la campaña que a nivel continental realizará la Organización Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes para marzo de 2012, la cual se efectuará en las principales ciudades latinoamericanas. El mundo intelectual y cultural realizará una jornada de apoyo para mostrar la situación en la región, como los casos de Colombia y Puerto Rico, que también están sufriendo la privatización de sus universidades.

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Para huir de carabineros, alumnos de secundaria se arrojan a las aguas del río Mapocho

Critica la CIDH el deplorable uso de la fuerza policial contra jóvenes chilenos

La represión, para que los estudiantes no pongan en riesgo su integridad física: portavoz de Piñera

Varios adolescentes resultaron heridos, entre ellos una embarazada y una recién operada; 4 detenidos

Foto
Agentes antidisturbios proceden a desalojar del río, con excesivo uso de violencia, a los estudiantes de secundaria, muchos de ellos casi niñosFoto Reuters
Enrique Gutiérrez
Corresponsal y agencias

Santiago, 28 de octubre. Estudiantes de la enseñanza secundaria se lanzaron hoy a las aguas del río Mapocho, que cruza Santiago de este a oeste, después de ser desalojados con violencia por la policía militarizada de carabineros cuando intentaban instalar un campamento en un sector de la capital.

El vocero de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes de Secundaria (ACES), Alfredo Vielma, informó a los medios que los carabineros arremetieron con golpes contra los jóvenes, a pesar del carácter pacífico de la manifestación, y señaló que la ocupación de la ribera del Mapocho es la primera de muchas más acciones programadas por los jóvenes.

Por su parte, la Comisión Internacional para los Derechos Humanos (CIDH) criticó la deplorable utilización desproporcionada de la fuerza pública del gobierno del presidente Sebastián Piñera para reprimir a los manifestantes estudiantiles, acciones que vienen realizándose desde hace seis meses.

Los alumnos de la educación secundaria bajaron al Mapocho a la altura del puente Pío Nono, en la cercanías de la Plaza Italia, e instalaron un par de carpas con la intención de quedarse en forma indefinida en el lugar, en un intento por emular a un grupo de deudores habitacionales que en 2009 instaló, por 42 días, un campamento en el mismo sitio para presionar al gobierno derechista a solucionar sus demandas.

Pocos minutos después, un contingente policial rodeó el lugar y conminó al grupo de 38 estudiantes a desalojar el lecho del río.

Luego, los carabineros bajaron al lugar con sus fuerzas especiales para desalojarlos, tras lo cual los jóvenes se tomaron de los brazos y empezaron a entrar al cauce del río, que es poco profundo a esa altura pero con mucha corriente.

Un grupo de policías bajó hasta el lugar y se lanzó a golpes contra algunos estudiantes que ya se encontraban sobre el agua.

Varios jóvenes se mojaron las piernas y dos quedaron empapados cuando resbalaron y cayeron a consecuencia de la operación de desalojo y el forcejeo, en tanto que otros resultaron con golpes propinados por la policía, entre ellas una estudiante embarazada y una alumna recién operada de la columna. El saldo fue de cuatro estudiantes de secundaria detenidos.

De acuerdo con los manifestantes, la protesta fue contra la clase política chilena, en el contexto de un extenso conflicto estudiantil que se ha prolongado por seis meses y busca la gratuidad y la calidad de la educación en Chile.

El comandante de la policía, Mario Rozas, justificó la violenta acción policial en la protección de los menores, mientras que los estudiantes denunciaron una fuerte represión de los carabineros.

Ellos en forma temeraria comenzaron a amenazar con lanzarse a las aguas del río Mapocho, por tal motivo se hizo un despliegue y el personal que participaba fue el suficiente y necesario para asegurar la integridad física de los menores de edad en el contexto de una situación de orden público, indicó el jefe policial.

Alfredo Vielma, vocero de la ACES, señaló que hoy pudimos ver cómo la policía militar quiere violentar a los estudiantes de la Región Metropolitana, que estaban manifestándose pacíficamente, pero buscan criminalizarnos y llevarnos presos.

En declaraciones al diario chileno La Tercera, el líder estudiantil señaló que replicaremos este tipo de ocupaciones en lo que queda del año. Radicalizaremos las movilizaciones porque nos ayudan a acercar las demandas a la gente y a interactuar con ellos. Además, las marchas ya no convencen al gobierno.

El dirigente afirmó que la ACES se adherirá al paro del 5 y 8 de noviembre de la Confederación de Estudiantes de Chile.

Más tarde, Andrés Chadwick, vocero del gobierno del presidente Piñera, reiteró que no permitiremos que estos jóvenes pongan en riesgo su integridad física.

En tanto, el relator sobre los Derechos para los Niños y Adolescentes de la CIDH, Paulo Sergio Pinheiro, calificó este viernes de deplorable la desproporcionada utilización de la fuerza contra los jóvenes en las manifestaciones estudiantiles de Chile.

La conclusión básica es: la manera con la que esas manifestaciones en que estaban niños, niñas y adolescentes fueron reprimidas fue lamentable, deplorable y hubo un claro uso de desproporcionalidad de la fuerza, afirmó.

No es algo compatible con la convivencia democrática, afirmó el comisionado brasileño, durante una audiencia en la CIDH, en la cual los estudiantes chilenos denunciaron una supuesta represión desmedida por la policía chilena en las marchas que protagonizan desde hace casi seis meses.

Pinheiro afirmó que ya es hora de que el gobierno de Chile piense en reformar un decreto que regula las manifestaciones heredado de la época de la sanguinaria dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).

Por otra parte, hoy se informó que el presidente Piñera es, con sólo 28 por ciento, el jefe de Estado con menor apoyo de las 18 naciones de América Latina, según el índice Latinobarómetro.

El mandatario presenta un descenso de 27 por ciento con respecto a 2010, lo que constituye la caída más grande a escala continental marcada por el conflicto estudiantil que enfrenta su gobierno.

El estudio da cuenta de una reducción en el apoyo de la democracia en el país, pasando de 63 a 61 por ciento. Situación similar se registra en cuanto a la imagen de progreso de Chile, el cual cayó de 55 a 29 por ciento.

Aunado a ello, sólo 29 por ciento piensa que Piñera gobierna para el bien de la población, 6 por ciento cree que hay una justa distribución de la riqueza y 53 por ciento dice que la democracia chilena carece de justicia social.

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Movilizaciones globales
Marcos Roitman Rosenmann




Las grandes manifestaciones que se han desarrollado en más de 80 países y casi mil ciudades del planeta, constatan el malestar general de cientos de miles de personas, anónimas la mayoría, que por primera vez, en algunos casos, salieron a la calle a mostrar su rechazo al poder de la banca, el capital financiero y las trasnacionales. Sin duda han existido otros motivos, pero en líneas generales ese ha sido el punto de unión que las identifica.

La actual crisis se expresa por el poder desmedido acumulado por los centros de decisión financiera. Poder que es proporcional a la pérdida de autonomía de la política. La balanza desde hace muchos años se ha desequilibrado en favor de los mercados. Las propuestas del G-20, lanzadas el mismo 15 de octubre, de seguir desregulando, se convierten en más de lo mismo. En otras palabras, apagar el fuego con gasolina. Los banqueros son perseverantes, y mientras queden leyes reguladoras seguirán buscando su derogación, en pro de legitimar inversiones especulativas de riesgo sin considerar las repercusiones sociales ni políticas, aunque ello suponga un suicidio en el medio plazo. La avaricia es el sino del capitalismo y no su excepción. Quienes hoy deciden no están dispuestos a retroceder ni un milímetro. Y la clase política prisionera de los mercados, tampoco reacciona. En este contexto, el panorama se vuelve gris y la atmósfera espesa. No hay quien tenga voluntad de poner el cascabel al gato o lo que es lo mismo meter en vereda a los especuladores, banqueros, empresarios y políticos corruptos. La política con mayúsculas, se bate en retirada. Postrados ante los amos de las finanzas, quienes practican la política chatarra prefieren arrodillarse y bajar la cabeza, convirtiendo el proceso de toma de decisiones en un complemento desde el cual garantizar el itinerario diseñado por las grandes corporaciones y sus magnates a fin de agrandar la brecha entre ricos y pobres. El costo es tremendo, no sólo se degrada la política al tiempo se produce una oligarquización del poder. Cómplices, sicarios, comparsas, títeres o meretrices, aplíquese el adjetivo que mejor convenga, la clase política se ha transformado en el problema y no en la solución. Descrédito, mediocridad, inoperancia, arrogancia, egos desmesurados, son algunos de los nuevos rasgos distintivos de las elites del capitalismo global.

HAY COSAS QUE JAMAS CAMBIAN.....¡¡¡¡ HAY QUE CAMBIARLAS !!!

Sin duda, cuando en Madrid, este 15 de octubre, medio millón de personas gritaban al unísono ¡que no, que no, que no nos representan!, estaban señalando su desafección a la clase política de arriba, tanto de derecha como de la llamada izquierda parlamentaria e institucional. Esta frase se coreó hasta la saciedad en todas las ciudades de España donde el movimiento 15-M convocó a la ciudadanía con el fin de rechazar las políticas económicas y la falta de consonancia entre las demandas sociales y las decisiones a contrapelo de los gobiernos. Esta demostración de fuerza y unidad hace abrigar esperanzas, pero señala sus límites. Resultaba curioso ver como esta consigna era voceada por todos los presentes, entre los cuales se hallaban militantes del PSOE, Izquierda Unida, progresistas, anticapitalistas, ecologistas e inclusive alguno que otro votante de la derecha.

Madrid, 15O, 2011 (Juan Luis Sánchez)


Al concluir la manifestación el grueso de los asistentes abandonaba la plaza y volvía a sus hogares teniendo claro que en las elecciones legislativas del 20 de noviembre votará a su opción de siempre, se llame PSOE, UPyD o IU. Dos partidos y una coalición que han tenido representación parlamentaria en la actual legislatura, y salvo IU, en ocasiones contadas, las otras formaciones han seguido, a pies juntillas, los designios del FMI, el BM y las directrices del Banco Central Europeo.

¿Por qué entonces decidían gritar ¡que no, que no, que no nos representan!? ¿Hacia dónde apuntaba el blanco de sus críticas? Si la respuesta es un rechazo a los partidos, la corrupción y un sistema de representación bipartidista distorsionado, es un comportamiento esquizofrénico. No tiene sentido votar al PSOE y avalar la consigna, y no lo duden, había muchos votantes del PSOE en la manifestación y ninguno de ellos cambiará su intención de voto.

Este es el dilema que arrastra el 15-M, suma voluntades, moviliza y genera un halo de esperanza, al tiempo que optimismo, lo cual no es poco. Pero insuficiente. Hacer política supone amén de ejercer la crítica, disputar espacios existentes y crear otros alternativos. No basta salir a la calle y romper el estado de somnolencia, aquel en el cual se encontraba España antes del despertar alegre del 15-M. Indignarse es un punto de partida no de llegada.

No se trata de explicar este déficit organizativo, poniendo el acento en la heterogénea composición del 15-M, lo difícil de consensuar un programa, que lo tiene, o en los intentos de manipulación de unos y otros. En principio la heterogeneidad no se ha mostrado como una rémora, tampoco como una virtud. En su interior conviven parados, jóvenes, desahuciados, estudiantes, jubilados, amas de casa, intelectuales, profesionales y militantes sindicales y políticos. Pero es su escasa incidencia política en las instituciones reales del poder y su rechazo a utilizarlas para revertir la situación, donde radica su talón de Aquiles. Quien no tiene empleo no puede vivir esperanzado el advenimiento de la revolución. Tampoco lo hace quien es desalojado de su vivienda con su familia y se queda en la calle. No es posible refugiarse en la indignación.

El 15-M ha obtenido un gran logro, hacer visible el malestar global y poner en el orden del día el rechazo ciudadano a la práctica corrupta del poder económico y político. Pero no puede dejar de lado las esperanzas depositadas en su capacidad para ser un punto de inflexión en la crisis de la izquierda y la construcción de proyectos alternativos anticapitalistas. Pero tal vez no haya sido ese el objetivo de los indignados y el 15-M. Hoy, sin embargo se convierte en una necesidad si se quiere avanzar. Será por esta razón, que tras la manifestación del 15 de octubre, miembros de 15-M convocasen una asamblea en Sol para plantearse ¿y ahora qué? La pregunta sigue en el aire.

(Sol, Junio, 2011 (Javier Bauluz /Piraván)


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UNAMonos con las cooperativas
Bernardo Bátiz V.

Anoche, después de hojear los periódicos y saltar de una noticia mala a otra terrible y de esa a una tonta exigencia: que pruebe AMLO que no está contra la iniciativa privada, me quedé despierto largo rato, preguntándome lo que a muchos mexicanos nos inquieta: ¿cómo apuntalar lo que se está derrumbando? ¿Cómo superar las pugnas por los cargos públicos, el entreguismo al capital extranjero y cómo librarnos del tobogán de ineficacia, educación deficiente, masificación de los sentados frente al televisor, por el que vamos descendiendo?

Me levanté al día siguiente con el desasosiego de la noche anterior y ya en mi escritorio, revisando correspondencia que no había visto por una breve ausencia, me topé con una invitación atrasada a un ciclo de conferencias sobre cooperativismo, que ya tuvieron lugar en la ciudad de México, en la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, con el sugestivo nombre que tomé prestado para encabezar mi colaboración a La Jornada.

Revisé el programa, amplio y bien pensado; además de integrantes de la comunidad de la Escuela Nacional de Trabajo Social, institución anfitriona participaron de otras escuelas de educación superior, la Universidad Autónoma de Chapingo, la Universidad Obrera de México; hubieron ponencias de FONDESO, de cooperativas vivas y ejemplares como la Pascual y otras, menos conocidas, como Taller Salud y Naturaleza o Cooperativa Xochinalch.

Mi desazón de la noche anterior, se fue disipando; en la ciudad de México, mientras otros pierden el tiempo, en la universidad se desarrolló un programa bien estructurado de pláticas sobre el cooperativismo, en búsqueda de soluciones viables. La cooperativa es una fórmula alternativa para la creación de empresas, en México no se ha desarrollado como debiera pero se mantiene como una esperanza realizable, es una forma de crear riqueza sin que esté fundada en la injusticia ni en la desigualdad.

En nuestro país tuvo impulsos iniciales y entusiastas. Desde la iglesia Católica, el padre Pedro Velázquez (1913-1968) fundó cajas populares, cooperativas de artesanos, de agricultores y de consumidores y durante varios años fue reconocido como promotor de cooperativas exitosas y por cierto, también como fundador escuelas de trabajo social.

Otro impulsor del sistema fue Lázaro Cárdenas, cuyo gobierno reservó áreas específicas de la economía a empresas cooperativas, creó el Banco de Fomento Cooperativo e impulsó las cooperativas escolares; bajo su gobierno surgieron industrias poderosas, como las cementeras Cruz Azul, aún trabajando y la Hidalgo ya triturada por el sistema y los monopolios.

Leer el programa me devolvió el optimismo. Los asistentes debieron escuchar, desde planteamientos teóricos hasta relatos de experiencias exitosas. Mientras sesudos empresarios privados repiten lugares comunes y se resisten a ver el bien común como prioritario a sus bienes particulares y mientras que los que han hundido a México en la pobreza y en la dependencia del exterior, repiten discursos ampulosos sobre la competencia y la competitividad, sin pensar que en un sistema competitivo necesariamente uno gana y los demás pierden, en la Escuela de Trabajo Social se reflexionó sobre formas de economía social reconocidas por la Constitución, pero postergadas en la práctica por los apologistas de la codicia.

El sistema cooperativo se basa en la solidaridad, los procesos sociales que detona son procesos conjuntivos, que consolidan los lazos sociales, que crean ámbitos propicios para el bien común y la justicia social, en tanto que la propuesta contraria, la de la libre competencia como ley suprema de las relaciones humanas, acarrea necesariamente desigualdad, dolor, injusticia y odios.

Es alentador ver entrelazados los nombres de la máxima institución de educación superior del país y el más justo y racional sistema de organización económica, la cooperativa; UNAMonos con las cooperativas es una gran idea.

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Desfiladero

México-EU: ¿New deal con AMLO o marines en Chapultepec?

Jaime Avilés
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El presidente Felipe Calderón, a su arribo a la capital de Paraguay para participar en la Cumbre Iberoamericana, se reunió previamente con el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y con el rey Juan Carlos I de EspañaFoto Notimex

¿Qué tienen en común el PAN y el Partido Demócrata de Estados Unidos? Ambos saben que son nulas sus posibilidades de ganar las elecciones presidenciales en 2012, a menos que den un golpe superespectacular que cimbre al mundo. Obama resultó un fiasco en lo político, en lo económico, en lo social y en lo militar. Para tratar de quedarse cuatro años más en la Casa Blanca se echó a los pies de Israel, de Wall Street y de Hillary (valga la redundancia).

Nada sugiere, sin embargo, que tanta obsecuencia le haya servido de nada. La gente que votó por él lo detesta. Los fascistas del Tea Party lo desprecian y cuentan los meses que faltan para pasarle por encima. Obama, pues, necesita desesperadamente hacer algo en grande. No pudo ganar la guerra en Irak ni en Afganistán, así que mejor sacará a sus tropas de esos desiertos. ¿Para mandarlas a dónde?

A lo largo de esta semana, el New York Times (NYT) y el Washington Post (WP) dedicaron sus principales noticias de primera plana a México. El WP descubrió que durante el sexenio de Felipe Calderón se duplicó la producción de mariguana, y la de amapola alcanzó un auge tal que México es ya el segundo exportador mundial de heroína, sólo por debajo de Afganistán. (Recuerden que cuando los talibanes tomaron el poder en Afganistán, la amapola fue erradicada casi por completo, pero las cosechas volvieron a normalizarse en cuanto llegaron los marines).

A su vez, el NYT confirmó que todos los órganos de seguridad de Estados Unidos se mueven a su antojo por territorio mexicano, y que han establecido estaciones (¿eso significa centros de espionaje y de mando?) en todo el país. Sendos rotativos quieren suponer que la heroica decisión tomada por Calderón al declarar la guerra contra (jaja) el narco en 2006, obligó a las fuerzas armadas mexicanas a concentrar sus esfuerzos en las ciudades, pero descuidó el campo, y por eso los cultivos de mariguana y amapola crecieron exponencialmente.

Los dos influyentes periódicos recalcaron la “amenaza contra la seguridad interna de Estados Unidos que representa la alianza de Los Zetas con los terroristas islámicos”. Y, al respecto, sacaron a relucir el recién desmantelado complot entre un iraní-gringo y ese cártel fundado y dirigido por paramilitares, que antes fueron militares y recibieron adiestramiento del Pentágono y de los kaibiles de Guatemala.

En ese contexto reapareció mediáticamente el caso del ciudadano somalí que, según esto, almacenaba explosivos en una casa de la colonia Cuauhtémoc para atentar contra la embajada de Estados Unidos en México. Anteayer, en Washington, al comparecer ante un comité que investiga el operativo Rápido y furioso, Hillary rectificó, según ella, a solicitud de Calderón, su opinión sobre los cárteles mexicanos: no son insurgentes, son terroristas, afirmó, en sintonía con la campaña del NYT y el WP, o sea, de ella misma.

Y ayer, de nuevo, en primera plana, el WP aseguró que Calderón mandó a la Marina, el Ejército y la Policía Federal a detener vivo o muerto a El Chapo Guzmán, lo que es más falso que un Rólex chino. Por su parte, desde Veracruz, la propia Marina afirmó que Los Zetas tuvieron que salir corriendo de esa entidad (lo que de ser cierto, nada bueno augura para Tabasco y Puebla).

¿Vienen las tropas de Obama a salvarnos? Si la decisión ya se tomó, debemos, como dice Galeano, dormir con un ojo abierto, porque la violencia se recrudecerá como nunca, para que los televidentes del otro lado de la frontera se horroricen hasta que estén listos para aplaudir el histórico anuncio de la operación militar (¿Cómo se llamará: Tormenta en la taquería?) que supuestamente restablecerá el respeto a los derechos humanos de nosotros, luego de bombardearnos y hacernos pinole.

Para que el plan siga su marcha, Calderón tendrá que volver a repetir, una y otra vez, lo que por enésima declaró el jueves: el Ejército se mantendrá en las calles el tiempo que sea necesario. Y en entrevista con La Jornada, su mínimo y fiel Ernesto Cordero, que no logra ni quiere disimular su parecido con Mister Bean, baló así: “debemos mantener la estrategia actual contra el narco” .

Según NYT, Cordero, el gallo calderónico para 2012 va a la cola de todos los precandidatos del país. Pero si el plan del hombrecito de Los Pinos se lleva a cabo, como lo anticipó Desfiladero hace cuatro sábados, en el proceso interno del PAN ganará la nominación por dedazo, a pesar del berrinche que ya está haciendo desde ahora la señora Vázquez Mota, cuyo apellido materno no casa con la guerra contra (jajaja) el narco.

Mientras el destape de Cordero aguarda la hora de la verdad, la gente de Marcelo Ebrard, con el delegado de Gustavo A. Madero, Víctor Hugo Lobo, a la cabeza, persiste en su empeño de anular las elecciones internas de dirigentes del PRD, meta que, en caso de ser alcanzada, dejará a ese partido fuera de los comicios presidenciales de 2012, pero no a Ebrard. Porque si éste saca de la cancha al instituto creado en 1989 por Cuauhtémoc Cárdenas, alegará que ya no tendrá caso que compita con Andrés Manuel López Obrador, para que las encuestas determinen cuál de los dos es el mejor posicionado, en un partido que prácticamente habrá dejado de existir.

Y si eso llegara a suceder, lo que no es imposible, sino al contrario, ¿qué hará Ebrard con toda la simpatía que por él siente, y todos los millones de votos que quiere darle, la profesora Elba Esther Gordillo? Obvio: irse al PAN, en lugar de Cordero. En todas partes en donde se hace oír, la cacique chiapaneca repite que podría apoyar a Peña Nieto, pero que anhela irse con Ebrard, su adorado güerito.

México, hay que volver a decirlo, sólo tiene una salida para seguir existiendo como país, y no como protectorado de Estados Unidos: impulsar un modesto pero irreversible proceso revolucionario, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, quien después de ganar las elecciones, el próximo primero de julio, tiene previsto poner en marcha un programa de emergencia para dar empleo a dos millones de personas en las primeras nueve semanas de su gobierno, y luego a cinco millones más. ¿Aplicando un modelo que inventó quién? ¿Hitler? ¿Mao? ¿Stalin? ¿Kadafi? ¿Sadam Hussein? No. El presidente Franklin D. Roosevelt, al inaugurar el New deal –o nuevo pacto social– en Estados Unidos.

El New deal, dice Wikipedia, es el programa que Roosevelt desarrolló entre 1933 y 1938 para luchar contra los efectos de la Gran Depresión de 1929, con el objetivo de sostener a las capas más pobres de la población, reformar los mercados financieros y redinamizar la economía estadunidense, herida por el desempleo y las quiebras en cadena.

Por eso, esta columna ha leído atónita la declaración que el excelentísimo señor presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gerardo Gutiérrez Candiani, emitió de viva voz el pasado miércoles en Oaxaca: AMLO debe demostrar que no está contra la iniciativa privada. ¿Cómo, cómo? ¿No será más bien la iniciativa privada, o más concretamente esa iniciativa privada es –la que forma el pequeño club de los dueños de todo– la que debe demostrar que no está en contra de más de 100 millones de mexicanos hartos de soportar sus abusos? ¿O qué pretendió decir realmente el vocero de esos señoritingos de nariz quirúrgicamente respingada? ¿Que el máximo dirigente opositor del país les jure de rodillas, como lo hizo Enrique Pelo Tieso en Querétaro, que está dispuesto a entregarles Pemex?

lunes, 24 de octubre de 2011

Wikileaks Revela "El Complo". Cuauhtemoc Cardenas Involucrado 21-10-11 NOTICIAS MVS


http://www.youtube.com/watch?v=_C_n0cqR06c&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=yeJNOIBnJc0&feature=related


WikiLeaks revela el 'compló'


Gracias a cables clasificados del gobierno de EU redactados en diferentes partes del mundo obtenidos por WikiLeaks y a su fundador Julian Assange, se comprueba que el complot que denunció AMLO en 2006 sí existió.

Por Anabel Hernández21/10/2011

Durante cinco años, el discurso de Andrés Manuel López Obrador se centró en dos palabras: “el complot”.

Andrés Manuel López Obrador

Pero, para muchos, la confabulación contra quien fuera candidato de la Alianza por el Bien de Todos a la Presidencia de la República en 2006 era sólo producto de su imaginación.

Hoy, gracias a WikiLeaks y a su fundador Julian Assange, quien obtuvo cables clasificados del gobierno de Estados Unidos (EU) redactados en diferentes partes del mundo, se puede afirmar que el complot sí existió.

Sus protagonistas fueron funcionarios públicos, políticos y hasta jerarcas de la Iglesia Católica.

Todos ellos desfilaron ante diplomáticos de la Embajada de Estados Unidos en México y del Vaticano para conspirar contra quien en ese momento encabezaba las preferencias electorales para ganar la Presidencia.

Luego de una minuciosa exploración que hizo Reporte Indigo en los miles de cables de WikiLeaks correspondientes a México que no han sido revelados ni editados, encontramos los nombres de tres personajes clave del complot contra AMLO.

El primero es Arturo Sánchez Gutiérrez, consejero federal del Instituto Federal Electoral (IFE) de 2003 a 2010, quien estaba obligado a guardar imparcialidad como miembro del órgano supuestamente independiente encargado de organizar la elección.

De acuerdo al cable 06MEXICO3309, clasificado como “confidencial”, Sánchez Gutiérrez, a quien la embajada califica como un consejero “con poco amor hacia López Obrador”, se presentó días antes de la elección presidencial en las oficinas de la representación del gobierno EU en México.

Ahí informó que los resultados de los comicios que se realizarían el 2 de julio de 2006 no se darían a conocer ese día y que AMLO perdería la elección por pocos votos. También abogó por la causa del candidato del PAN Felipe Calderón.

El segundo es José Sidaoui, subgobernador del Banco de México de 2006 a la fecha, quien por ser servidor público tenía prohibido hacer proselitismo usando su cargo.

Según el cable 06MEXICO820 sin clasificar y “sólo para uso oficial”, cuatro meses antes de la elección, Sidaoui hizo una advertencia a los funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en México.

Dijo que si Andrés Manuel López Obrador ganaba las elecciones, “gobernaría como Hugo Chávez en Venezuela” y que no sólo representaba una “amenaza para el crecimiento económico, sino también para la estabilidad macroeconómica”.

El tercero, y quizá el más inesperado, es Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, líder moral del PRD y ex jefe de Gobierno del Distrito Federal, quien el próximo 27 de octubre recibirá en el Senado de la República la medalla Belisario Domínguez.


Las pruebas del 'compló'


Por Ramón Alberto Garza

Lo que está sucediendo en 2011 tiene enormes similitudes con “el peligro para México” que se fabricó en 2005, cuando el entonces presidente Vicente Fox villanizó a AMLO y armó el desafuero fallido contra el perredista. Hoy Reporte Indigo pone sobre la mesa los cables inéditos de WikiLeaks que demuestran que el llamado “compló” contra el candidato del PRD sí existió. Y también revelan que por la Embajada de EU en México desfilaron lo mismo un consejero del IFE, un vicegobernador del Banco de México y hasta el líder moral del PRD para cabildear contra AMLO.

21/10/2011

Hay un nuevo “peligro para México”, y se llama PRI.

Al precio que sea, el presidente Felipe Calderón está empecinado, obsesionado, con impedir el regreso del tricolor a Los Pinos. Y trasgrede las fronteras entre el jefe de Estado y el jefe de su partido denostando a sus opositores.

Felipe Calderón

El hecho se puso de manifiesto en la última entrevista que el mandatario concedió al diario estadounidense The New York Times, en la que villaniza al partido que gobernó México durante más de 70 años.

Con inferencias y medias verdades en sus respuestas, ocultando crudas realidades de su propio partido, Calderón señala que dentro del PRI existen voces que claman por hacer un pacto con el crimen organizado.

Dice que los tricolores ven en esos acuerdos la única salida para frenar la ola de violencia desatada a partir de diciembre de 2006, cuando su recién estrenada administración declaró la guerra a los cárteles de la droga que operan en México.

Pero la reacción de los priistas fue inmediata y contundente. Y obligó a que distintos personajes del círculo íntimo calderonista salieran a acotar los alcances del daño político de las temerarias declaraciones.

Lo único que pudo justificar el presidente Calderón fue que su dicho se fincaba en una conferencia que dio en 2010 el ex gobernador de Nuevo León Sócrates Rizzo García, en la que presuntamente aceptaba que los priistas operaban con tranquilidad porque tenían acuerdos tácitos de no intromisión con el crimen organizado.

Nada recordó el inquilino de Los Pinos sobre las reiteradas propuestas de su antecesor, el panista Vicente Fox, para propiciar un pacto e incluso una amnistía para los cárteles a fin de detener la ola de violencia que oficialmente registra 34 mil muertos en lo que va del sexenio.

Propuestas que con toda oportunidad ratificó esta misma semana el ex presidente panista, quien en Estados Unidos, ante la Fundación Cato, llamó a ofrecer una amnistía a los cárteles de la droga.

domingo, 23 de octubre de 2011

PREDOMINA LA CONFUSION, LA DESORGANIZACION, LAS CONTRADICIONES, EL BUROCRATISMO Y PARECE QUE NO HAY SALIDAS, POR ESO HAY QUE REITERAR:

!Yo quiero un cambio, una Revolución!

!VIVA LA REVOLUCION!

Canción del Mutilado (de Armando Palomas)

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México:
violencia e identidad

Ricardo Guzmán Wolffer

Porque no somos libres es que el cielo puede
caernos encima

Antonin Artaud

En México nunca se había tenido registro de la violencia que ahora se vive: cadáveres impensables y sus partes en una escalada de tortura. Pero la violencia no es exclusiva de los delincuentes: es constantes el abuso de militares –con todo y lo resuelto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos– y otras policías.

Hablar de la tipificación de delitos en las leyes puede ser útil para entender qué quiere un país en su alocución oficial, pero el inaudito grado de impunidad que hay en México haría estéril tal análisis discursivo. Se calcula que apenas se investiga el tres por ciento de los delitos cometidos y de ese porcentaje apenas se castiga un sesenta por ciento; es decir, que se castiga, en el más optimista análisis, el 1.5 % de los delitos cometidos. Ese porcentaje corresponde, en su mayoría, a delitos del orden común y la mayor parte de la población carcelaria en México es de personas de bajos recursos. La mayoría de los delitos de cuello blanco (salvo los de delincuencia organizada), por ejemplo, no son considerados graves. Pero aunque lo fueran, la población carcelaria adinerada es mínima: no modifica el fenómeno delincuencial en México. Lo mismo sucede con la medida de aumentar las penas carcelarias para los delitos más recurrentes. Por más que el discurso gubernamental sea de éxito contra la delincuencia organizada, las decenas de miles de muertos, las ciudades diezmadas, las protestas ciudadanas e incluso los medios de comunicación (muchos proclives a no hablar de esa violencia cotidiana), muestran lo contrario. Hay otras violencias estatales: en mayo de 2011, México llegó a la máxima deuda pública en su historia (355 mil millones de dólares): las consecuencias en la vida cotidiana serán inocultables.

En este contexto, sólo queda hacer el análisis de cómo vive la población mexicana esa violencia que a todas luces resulta imparable. Pero en el inconsciente colectivo mexicano eso no es nuevo.

México fue colonia nominal de España desde 1521 hasta 1810. En los hechos todavía lo es: desde hace unos años los bancos españoles obtienen beneficios demenciales de México. Ello por dar un ejemplo, pues los intereses españoles no sólo están en la banca mexicana, ni son los únicos colonizadores de cuello blanco. Sobra decir que desde que salimos de las garras de España, caímos en las de los vecinos del norte: la pérdida de la mitad del territorio en 1845 apenas es un dato significativo. Los miles de muertos mexicanos contemporáneos, con sus consiguientes millones de familiares y poblaciones afectadas, no corresponden con los billones de dólares que se obtienen de ganancia en eu con el tráfico de drogas, armas y personas (para todas las variantes de delitos) en y hacia México, ni alcanzan para comprender el fenómeno en su integridad. Y esa desesperanza el pueblo mexicano la vive esencialmente igual desde hace siglos.

Las causas para la violencia son múltiples. Una innegable es la sensación de que el pueblo, los vecinos, los familiares, estamos solos frente al Estado. El Estado jamás ha representado a los autóctonos. Durante la Colonia eran los mexicanos contra los invasores que arrasaron con las mujeres locales. Octavio Paz, desarrolla en El laberinto de la soledad el concepto de que todos los mexicanos somos hijos de la chingada en alusión a la mujer ultrajada, primero, por la imposición sexual y luego por continuar procreando la estirpe del extranjero. Incluso en la actualidad, el discurso interno de los mexicanos se desarrolla desde el “nosotros” frente a “ellos” (los españoles conquistadores, los gringos impositivos, los chinos que invaden el país con productos de bajo precio y mínima calidad, los coreanos que controlan el comercio en ciertos lugares, etcétera). Y en ese contexto el Estado sólo ha servido para perpetuar el despojo. Es revelador que los legisladores y los policías estén en los últimos lugares de confiabilidad entre la población. En muchos municipios el orden es impuesto por los narcotraficantes, no por los órganos del Estado. Esa falta de pertenencia, de confianza, de sentirse respaldado por un verdadero orden legal, explica en parte que cada vez sean más los mexicanos dedicados a delinquir.

Sería fácil hablar de las causas de la violencia en los mexicanos: somos un pueblo históricamente violentado, pero los niveles de violencia es lo sorprendente. El desprecio por la vida humana ha llegado a niveles insospechados: las balaceras (a veces acompañadas de granadas) pueden darse en cualquier hora y en cualquier lugar: en el centro de Acapulco, famoso destino turístico, en pleno día; en el centro histórico hubo un encuentro donde niños y familias murieron acribillados por las balas de los delincuentes que luchaban entre sí. Un secuestrador se hizo famoso por mutilar las orejas de todas sus víctimas, las devolviera o no vivas. El fenómeno de la violencia ya no debe ser entendido como el de personas psicópatas y mucho menos como psicóticos que no comprenden lo que hacen. Estamos ante un actuar social que responde a un análisis diferente del que se hacía con sujetos delincuentes.

Por un lado, hay que analizar el hecho de que en prácticamente todas las bandas de secuestradores hay policías o militares, ya sea en activo o en retiro: el Estado se ha vuelto delincuente. No es nuevo decir que para muchas personas, el Estado se encarna en sus políticos o en las fuerzas del orden. Para visualizar ese pacto social hay que ver quién lo ejerce. El comprobar reiteradamente que hay policías secuestradores nos muestra cómo el Estado se ha degradado. El grupo de los Zetas, inicialmente formado para proteger al narcotraficante Osiel Cárdenas, domina varias plazas (municipios o estados con actividad de narcotráfico) del país y se ufana de ser el grupo de delincuentes más sangrientos. Además, como buenos representantes del Estado paralelo, cobra “impuestos”, tanto por ingresos como por uso de suelo: constituye un Estado con mecanismos más eficaces para obtener sus pagos. Las noticias sobre narcopolíticos (legisladores y del poder ejecutivo) se difunden desde hace décadas. Pocos se comprueban. Entre jueces y magistrados se comentan agresiones y hasta muertes a manos de delincuentes organizados.

La ineficacia gubernamental, por más datos favorables que transmita regularmente en los medios de comunicación, se demuestra en los hechos: los muertos siguen, la sociedad se manifiesta y la impunidad continúa. La población, en ese contexto, termina por asimilar como normal lo que en otros años sería impensable para el país entero. La violencia ha dejado de ser excepcional para volverse cotidiana (hay familias enteras, incluidos menores, dedicadas al secuestro; o pueblos o ejidos –núcleo agrícola– dedicados a la siembra de marihuana). La violencia dejó de ser ficticia para volverse real (todos los días en periódicos y televisión hay datos sobre asesinados). La violencia no sólo es individual, sino colectiva: la imitación de las conductas ha modificado los patrones sociales: recientemente fue detenido un sicario (asesino del crimen organizado) de doce años, con varios muertos en su carrera criminal. A nadie sorprende que los niños jueguen a ser secuestrados. En escuelas del norte del país se enseña a los niños de kínder qué hacer cuando se da una balacera en la calle, o ha sido necesario explicarles que las personas también se pueden morir de viejas.

La parte más complicada del análisis sobre esa barbarie que se vive en México, con mayor intensidad en ciertos lugares, es establecer si esa violencia es o no justificada. No puede evitarse establecer que las políticas económicas, agrícolas y de empleo han llevado desde hace décadas a que los hombres de pueblos enteros abandonen el país en busca de empleo. Muchos estados de la República dejarían de existir si no fuera por las remesas de dólares que envían los trabajadores mexicanos en eu. Los costos de vida cotidiana llevan a millones de personas a vivir en condiciones de miseria. ¿Cómo explicar las muertes por desnutrición o por enfermedades propias de la pobreza, cuando en México vive el hombre más rico del planeta? ¿A quién pueden recurrir los mexicanos? Los cientos de iglesias que se crean cada año parecen no responder mejor a las necesidades de sus feligreses que la tradicional católica, en declive porcentual. Si los mexicanos no confían en sus autoridades, políticas y “morales”, para sobrevivir seguirán buscando sus propios caminos.

El grado de salvajismo que se puede ver en cualquier canal de televisión o en cualquier periódico hacen obsoletos los conceptos del delincuente como luchador social o como anticipador de una nueva consciencia: la relación entre el criminal, ya como enfermo individual o enfermo social, respecto del pacto social, discutible o no, se ha perdido ante la crueldad gratuita y las muertes sin sentido. La lucha de clases también parece fuera de contexto: ¿qué rico merece tanta tortura? Las obras sociales de los delincuentes no explican su falta de captura. Suele confundirse el miedo con el respeto.

Quizá la única respuesta de tanta violencia sea que sólo así los criminales serán recordados. Entre los miles de muertos y entre los capturados, el olvido es común: ante la falta de referentes sociales, cuando los ideales comunes se han perdido, sólo queda el ego para evitar la inadvertencia: la historia de todos los delincuentes es irremediablemente la misma: saldrán de la pobreza, ejercerán el poder para consumir y dilapidar lo abruptamente conseguido, y terminarán con esa breve existencia de esplendor que da el crimen, ya muertos, ya encarcelados. Los delincuentes se realizan en el consumo y no en la producción de bienes sociales. De ahí la ostentación de joyas y mujeres, y como muestra de unicidad, de la violencia despiadada. Uno de los narcotraficantes famosos era conocido como el Mataamigos, por el salvajismo con que trataba incluso a sus cercanos.

En el ánimo de convencernos, en este mundo global donde la información y el consumo se renuevan en el vértigo, de que nuestra primera necesidad es consumir (patrimonio, tiempo, vidas ajenas, etcétera) se ha perdido la importancia de contar con referentes mínimos de cohesión social, quizá por la imposibilidad de que las sociedades de consumo ofrezcan igualdad en las posibilidades de existir y tener acceso a esos “bienes”. Los nuevos criminales no tienen culpa, pero no están locos: ante la falta de ideal referente, el imperativo de goce promueve la satisfacción sin límites. Sin duda los asesinos despiadados tendrán sus propios referentes heroicos y así como los terroristas ven en la muerte de unos cuantos “enemigos” su realización, habrá secuestradores y homicidas que podrían entrar a la categoría de los delincuentes “espirituales”, pero cuando las víctimas son sus congéneres, sus vecinos, cómo entender que incluso las fuerzas del Estado sean tratadas como la Otredad absoluta que merece la total aniquilación y si es con crueldad y sufrimiento, mejor. Hay un goce del mal del prójimo que es parte de la condición humana. Desmentir este deleite destructor conlleva peligros importantes: no se puede remediar aquello que no se ha aceptado. Para controlar los efectos sociales dañinos de las tendencias destructivas habría que empezar por admitirlas. La historia de violencia anida en el adn social; lograr su liberación gratifica, pero ello no sólo carcome al violentado, sino esencialmente al violentador.

Estos nuevos invasores, estos nuevos portadores de la peste, han obligado en México a que muchas personas se replanteen un cambio radical de los conceptos acerca de la convivencia cuando la vida no es acompañada en su curso. La necesidad más esencial del humano que presiente la existencia de algo metafísico en aquello a nuestro alcance, ha desembocado en la pesadilla y no en el sueño reparador. Hemos vuelto a la peste medieval para volver a ver pilas de cadáveres; para toparnos día a día con cabezas humanas rodando a nuestros pies y en nuestras manos de papel y de televisión; para ver correr ratas monstruosas con bocados innombrables entre los dientes sangrientos. El hedor de la muerte ha ahuyentado a muchos de sus tierras y familias. El reposo de los sentidos ha sido alterado.

El monstruo que aúlla con la voz de los muertos caídos todos los días y a todas horas es una poderosa llamada a la potencia que anima al espíritu. Al impulsar a los hombres a que se vean tal como son, se ha eliminado la máscara. ¿Qué espejo tendrá la fuerza para permitirnos entender cómo somos en realidad?


Foto tomada por un turista polaco en alguna carretera mexicana

El espejo quebrado de la historia nos refleja y las sombras del pasado mediato llegan alentadas por la primera conquista, cuando la muerte llegó a caballo, vestida con petos de hierro y cargando en las manos las balas preparadas en el otro lado del mundo. Así como los narcos y sus compinches han llegado en una nube de vapor sangriento para envolver a todos, así llegaron los españoles, envueltos en el misterio de las profecías que habrían de cumplirse, primero que en nadie, en la mente del entonces dirigente, Moctezuma II. Fueron necesarios siglos para que alguien pudiera afirmar que los mexicanos somos producto de ese choque de dos mundos, ciertamente emparentados por el gusto de la sangre (para los mexicas la renovación en la ofrenda, para los españoles la renovación en el sacrificio). Para los niños, la ubicación territorial, entre otras causas, sigue haciéndoles decir “nosotros” ante los hispanos, los “otros”. Pero estos nuevos portadores de la muerte incubada en el cuerpo no vienen de otro continente; vienen de la cercanía más inmediata, de nuestra tierra, de nuestro tiempo, de las condiciones creadas por nuestros “dirigentes”: de nosotros mismos. Ya no es posible decirles “ellos”, ya no tiene sentido histórico referirse a “esos”... locos, desgraciados, hijos de la chingada. No hay esa diferenciación de piel e idioma. La publicidad nos hace creer que visten de un modo singular, que bastaría ser mínimamente observadores para detectar al enemigo sangriento; que bastaría colocar orejas en los lugares adecuados para escuchar el aullido del lobo, pero claramente no es así. En las ciudades principales los hijos y los nietos de los delincuentes conviven y se divierten con y a expensas de los descendientes de los demás, los buenos. La segunda y tercera generaciones de la delincuencia, que viven en las “mejores” colonias y calles, afanados en mimetizarse con el resto de la población, es una realidad apenas dibujada por los detenidos de primera plana (los juniors delincuentes).

Entonces, ¿cómo entender la identidad del mexicano cuando el enemigo está adentro? Codiciosamente las leyes intentan decirnos que hay dos tipos de mexicanos: unos que merecen trato justo, hipergarantista, y otros que no. Para saber si tienen razón habría que ver la eficacia y los resultados de esas leyes que muy poco logran y que en casi nada modifican la vida cotidiana de quienes viven fuera del reclusorio, pero en otra cárcel construida con desconfianza y miedo en el mañana. Entre otras, la libertad de tránsito se ha perdido. No ha sido necesario el toque de queda para que los padres enseñen a sus hijos a no salir a ciertas horas, en cierto lugares y bajo ciertas compañías. El peligro de la moralina como remedio tiene años en boca de los fariseos que pedían cero derechos para las ratas que no aparecieron, salvo en el espejo.

La consabida religión oficial, antes por decreto y ahora por acción, nos impone el deber de poner la otra mejilla. ¿Cómo lograremos colocarnos siquiera para recibir el primer golpe cuando pensamos que “los otros”, los salvajes delincuentes capaces de hacer ver como civilizados a los criminales masivos de otros tiempos, no merecen siquiera el derecho de ser contemplados como seres humanos? Si la humanidad reside en lo esencial, sin importar la piel, el idioma o incluso las acciones, el inconsciente colectivo le ha quitado esa calidad a los bárbaros que siembran cadáveres cada vez más profanados. Nadie se ha planteado la opción de colocarse en los deseos y la mente de quienes infectan niños (con drogas o pedofilia: el abuso es el mismo), arrasan pueblos enteros y se afanan en mostrarse más inhumanos al exhibir el producto de sus torturas salvajes.

La primera acción debe darse en nuestra percepción de los hechos. Exigir resultados a unas autoridades incapaces de ocultar sus vínculos con embajadores de la ilegalidad está de sobra. Su ayuda o inacción los ha colocado casi al mismo nivel de los otros depredadores. Entender el fenómeno de la violencia, para tener un atisbo de luz en esta noche de luna roja, debe incluir el hecho de que esos seres despreciables también son humanos y, en muchos casos, personas que conviven con amplios sectores de la población. Las astillas del espejo de la historia nos recuerdan que durante mucho tiempo fue necesario que los mexicanos aceptaran estar cubiertos con la sangre de prehispánicos e invasores para comenzar a comprender el discurso de la identidad. Ahora ese mismo Destino nos ha colocado en la dolorosa situación de ver cómo esas palabras que definen lo que somos llevan la sangre de nuestros más cercanos y la posibilidad de que cualquiera sea el próximo en caer al vacío. Ese abismo que nos hemos cansado de ver se ha fijado en nosotros, en todos, especialmente entre quienes siembran el desconsuelo, y sus palabras son inaudibles. Muchos no querrán saber quiénes somos y qué podemos hacer para volver a la certeza de que la vida es más que sangre, miedo y furia.

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Obradoristas poblanos con el maestro Jesús Ramírez Cuevas director de nuestro periódico REGENERACION, charlando sobre aspectos de organización, problemas y tareas dentro de MORENA








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Jorge Moch
tumbaburros@yahoo.com

Las contradicciones de Salinas Pliego

Ricardo Salinas Pliego, el dueño de TV Azteca, es un genio de la dialéctica o un simple cínico exaltado. En su blog personal vierte toda clase de opiniones con tufillo didáctico de derechas que una cohorte de comentaristas a la carta celebran con loas, agradecimientos superlativos, comentarios de admiración y un acromegálico reconocimiento colectivo de las habilidades intelectuales y monetaristas del heredero de un emporio mueblero construido con los réditos que la clase trabajadora obsequió (y obsequia), por necesidad, por ignorancia y por años, y quien con los turbios trapicheos, un estratégico par de parientes pillos enquistados en el gobierno (uno de ellos el siniestro Carlos) fue insaculado un día como uno de los dos barones de los medios masivos electrónicos en México. El otro, como sabemos, es el junior Azcárraga.

Las cantatas de quienes comentan los presumiblemente agudos escritos de Salinas Pliego alcanzan atmósfera de cuetones y chirimías, y cualquier día vamos a ver en los canales de la televisora del Ajusco el machacante lanzamiento de la campaña que lo canonice como santo patrono de la libre empresa. Junto a Salinas Pliego y su lucidez vivisectora de las causas de los males socioeconómicos de México (buena parte de los cuales es el andamiaje social de su onerosa bonanza personal) Alfonso Reyes, Jaques Derrida o Roger Bartra son unos pobres desarrapados mentales. Marx es, desde luego, anatema. Leo los comentarios de sus feligreses y me pregunto si tanta amorosa espontaneidad no abrevará en una misma chequera, pero quién me manda andar de morboso…

El ingrediente axial de los argumentos de Salinas Pliego es el bienestar de la empresa. O debo decir de sus empresas. Según varios párrafos de las aventuradas exposiciones que deja flotando en el ciberespacio, el libre mercado es la panacea, la respuesta a todas las necesidades, materiales y metafísicas de la raza humana, mientras que las restricciones del Estado –incluyendo su connatural tutela de acuerdo con los criterios de conveniencia que dicten los empresarios disimulada o abiertamente voraces, o sea, cualquier forma de regulación que acote los abusos vueltos uso y costumbre de buena parte de la iniciativa privada–, son un sempiterno lastre al crecimiento, ya personal, ya colectivo de las naciones. Algunos de esos párrafos son unas joyas de aparente candidez que encierran perversos disimulos al apostar por la propia regulación empresarial (ja) y hacer como que no existe entre los empresarios como él la ambición desmedida, el culto a la propia personalidad y una avaricia desfondada.

En la realidad, el discurso público de Salinas Pliego, de no ser por algunos logros de las fundaciones que encabeza a la par que dirige sus emporios muebleros, aboneros, bancarios y de telecomunicaciones (no reconocer los logros de la orquesta infantil que patrocina sería una acto de injusticia primero contra sus virtuosos y entusiastas integrantes) está disociado de sus oficios de empresario, amo y señor. El discurso vacuo sobre la bondad humana así como las ventajas de la libre empresa se desmoronan al contrastarlos con los réditos estratosféricos que cobran sus empresas por conceptos como interés o mora, y eso sin ponernos a ver que las crisis mundiales recientes, que Salinas Pliego achaca a los malos gobiernos, son más bien efecto fatal de la ambición desmedida, del desaforado amor por el lucro de empresarios y banqueros como él, enfrascados desde hace demasiado tiempo en una orgía especulativa que al final va resultando un infame, inmenso globo de aire caliente.

Bien haría el señor Salinas en callar (o asumir su vocación) para que no lo contradigan, cada vez que dice “cultura” o “tolerancia”, la malsana colección de inmundicias, connivencias con el gobierno de los ineptos y complicidades medievalistas con un clero católico de tenores conocidos por retardatarios e intolerantes en las producciones de su televisora, y caer en la cuenta de que el discurso es cínico, hipócrita u oligofrénico. Por una parte se ensalza la generosidad, el espíritu de la compasión, y por otra se hace trabajo sucio al sexenio sangriento, se convierten noticieros en propaganda, se exacerba el chisme barato y vulgar en programas que son tristes insignias de la televisora, como Ventaneando, que a pesar de su ínfima calidad intelectual y mediática sigue inexplicablemente vigente en la barra programática de TV Azteca. Tan fácil que sería, hombre, seguirse llenando las faltriqueras de dinero sin hacer aspavientos moralistas…