domingo, 17 de febrero de 2008

GIRA DE NUESTRO PRESIDENTE LEGITIMO:


Movimiento defensor del petróleo superará al poselectoral: AMLO

“Esto es algo más que gritos y sombrerazos. No imaginen que va a ser un día de campo”, dijo.

Andrea Becerril, enviada
Publicado: 17/02/2008 17:02

Coahuayutla, Guerrero. Andrés Manuel López Obrador anunció que se avanza en la integración de 32 comités estatales para la defensa del petróleo, los cuales serán presentados el próximo día 24 cuando se llevará a cabo la primera gran movilización en contra de la privatización de Petróleos Mexicanos.

“Esto es algo más que gritos y sombrerazos, que no imaginen que va a ser un día de campo”, señaló el "presidente legítimo".

Adelantó que cuenta con el apoyo del PRD y los otros dos partidos que integran el Frente Amplio Progresista, ya que “pueden haber diferencias en otras cosas, pero en esto hay unidad total”.

Incluso, consideró que el movimiento será mayor al que se dio después de las elecciones del 2 de julio de 2006.

Corrientes sindicales consensúan “punto de unidad”

Acuerda SITUAM reanudar negociaciones y plan de acción

Laura Poy Solano

El Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) acordó reanudar las negociaciones con la representación institucional el próximo martes, luego de suspender las pláticas el viernes pasado e iniciar un plan de acción para convocar a mítines relámpago en distintos puntos de la ciudad, marchas y actividades político-culturales en apoyo al movimiento, así como mayor difusión de las demandas laborales entre gremios de todo el país.

Después de más de ocho horas de discusión, las distintas corrientes del sindicato impulsaron la construcción de un acuerdo de “unidad” que permita destrabar las negociaciones y levantar la huelga que estalló hace 15 días y que mantiene sin clases a 45 mil alumnos de licenciatura y posgrado.

Reunidos en comité de huelga, los delegados reiteraron que las bases para alcanzar un arreglo definitivo con la representación patronal son la “respuesta puntual a las demandas del pliego petitorio y no las mentiras que el secretario general de la Universidad Autónoma Metropolitana, Javier Melgoza Valdivia, insiste en difundir”.

Asimismo, se convocó a diversas actividades a partir del lunes, las cuales se extenderán hasta el próximo jueves y que incluyen asambleas informativas por unidad académica, mítines en las inmediaciones de los campus universitarios y la realización de por lo menos dos nuevas sesiones de comité de huelga.

Para el miércoles próximo impulsarán una movilización que partirá del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino, en la que se prevé sumar contingentes de otras organizaciones sociales y sindicales.

Entre los acuerdos alcanzados, también destaca la difusión de documentos con puntos consensuados para discutir las demandas presentadas a la representación patronal en la mesa de negociaciones y alcanzar acuerdos en temas como el otorgamiento de plazas sindicalizadas para la unidad Cuajimalpa, capacitación, prestaciones sociales, homologación salarial y reapertura del Centro de Desarrollo Infantil número tres.

Arnaldo Córdova

El saqueo del agro

El capitalismo moderno, basado en el uso de mano de obra asalariada, no nació en las ciudades, aunque en éstas las actividades mercantiles y financieras fueron comunes. Adam Smith, en su monumental Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, hizo ver que los primeros capitalistas de Inglaterra fueron los arrendatarios de tierras pertenecientes a los landlords (terratenientes) y que, para trabajarlas, empleaban mano de obra asalariada. Entonces nació el concepto de renta, que Smith desarrolló y que Marx redondeó en El capital. El mismo Marx anotaría, en su manuscrito sobre las formaciones precapitalistas de producción que las grandes fábricas manufactureras tampoco nacieron en la ciudad, debido al dominio corporativo y político de los gremios, sino en las aldeas, vale decir, en el campo.

El maestro Jesús Silva Herzog (el grande) señaló en alguna ocasión que en México, como en todo el mundo, había pasado lo mismo. Y daba como ejemplos las haciendas azucareras de Morelos y henequeneras de la Península de Yucatán (se podrían agregar las pulqueras de los valles de Apan, o las guayuleras del norte medio de México y tantas otras). Antes, sólo había capitalismo usurario si es que a eso se le puede llamar capitalismo y explotación mediante esclavos. El campo es el hogar primigenio del capitalismo moderno.

Durante los años sesenta y parte de los setenta, los historiadores de la economía mexicana y la sociología latinoamericana de aquellos años pusieron énfasis en el fenómeno típico de nuestra historia: el saqueo del campo como base para la formación del capitalismo que, a raíz de ello, se volvió urbano. Cuánto crecía el capitalismo, cuánto se sacaba del agro para alimentarlo y financiarlo: esa era la fórmula. Después de aquellos años de despegue intelectual, no he sabido que los economistas se hayan vuelto a ocupar del asunto: el saqueo indiscriminado e inmisericorde del campo para hacer crecer nuestra economía capitalista.

En una ocasión, en los días en que se estaban discutiendo las cláusulas agrícolas del Tratado de Libre Comercio, le oí decir a mi amigo Rolando Cordera: “Después de cincuenta años en los que le dieron en la madre al campo, haciéndolo totalmente inviable, ahora nos van a llenar de exportadores aguacateros y hortaliceros y los demás se van a ir al demonio”. Debo decir que a Rolando no le parecía despreciable el TLCAN. Los resultados parecen estar a la vista después de quince años: ese tratado fue hecho para los exportadores de productos agrícolas que la economía norteamericana necesitaba.

A algunos derechistas les he escuchado que, en su opinión, ha sido una necedad “histórica” querer hacer de México un país cerealero, cuando su territorio no tiene vocación para ello. Les he preguntado qué piensan del maíz y me contestan tranquilamente: “ése se puede comprar en cualquier parte del mundo”. Ellos creen que los mercados internacionales siempre dan lo que se les pide y no reparan en las recurrentes fluctuaciones bruscas de precios ni que los mercados pueden cerrarse por presiones políticas y, ciertamente, nuestra soberanía alimentaria les importa un bledo. Según ellos, nosotros deberíamos producir para hacer negocio, lo demás son pamplinas o babosadas de un pasado que más nos conviene olvidar.

Unos cinco años después de que se firmó el tratado, el socarrón de Salinas de Gortari (todavía gobernaba Zedillo) dijo que él había esperado que se tomaran las medidas necesarias para transformar la economía rural de México; si no se había hecho, dijo, pues eso ya no era culpa suya. Tal vez, lo que quiso decir fue que el gobierno había sido tan tonto que no había apoyado a sus exportadores del campo, pero no dijo nada sobre lo que había que hacer con los maiceros, los frijoleros, los azucareros o los productores de leche. ¿Cómo transformarlos a ellos en exportadores a la medida de nuestra integración a Norteamérica? Si están fuera de la competencia, ¿qué otras opciones podrían tener en el resto de la economía?

Desde aquellos años creo que todos debimos haber entendido la clave del asunto: hacer de nuestra economía agrícola una economía exportadora neta y mandar al diablo a todos lo que no encajaran en el propósito. Creo que así razonaron los salinistas y ni siquiera pensaron en que millones de seres humanos iban a perecer en este intento modernizador. Ahora, ¿qué vamos a hacer con los que no pueden exportar sus productos? Pero, sobre todo, ¿qué vamos a hacer con ellos cuando necesitamos desesperadamente lo que producen para nuestro consumo, como el maíz blanco, el azúcar o la leche y no les pagamos lo que cuesta producirlos ni los subsidiamos adecuadamente?

El mismo maestro Silva Herzog dijo en aquella ocasión que el mayor saqueo que se había hecho al agro era el de su mano de obra. Esa ya no se la creí tanto, pero ahora veo que también en eso tenía razón: aunque hoy tal vez una mayoría de quienes se van a Estados Unidos son citadinos (y defeños), la verdad es que nuestros campos se han despoblado monstruosamente y corremos el riesgo de que ya no tengamos en el corto plazo quién nos alimente. ¿Ahora tendremos que comer tortillas de maíz amarillo que es sólo para animales y acabar envenenándonos? El emporio maicero del Valle de Culiacán ha sido obligado, una vez más, a vender su riquísima producción al precio que el gobierno y los acaparadores dictan.

Con las grandes movilizaciones de los productores y trabajadores del campo en contra del TLCAN en su capítulo agrícola, sólo dos cosas parecen todavía planteables: o se denuncia en esa parte el tratado, como se demanda, o se instrumenta con la mayor rapidez una política de fomento de la producción que nos alimenta y que nos debe interesar. Lo primero significaría poner en predicamento a los exportadores que han gozado de las ventajas del tratado; lo segundo parece impensable. O sea que las dos cosas son imposibles. La derecha que nos gobierna no aceptaría ninguna de ellas. Pero para nosotros la segunda resulta vital.

No sé cuánto se requeriría para refaccionar a nuestros productores no exportadores (que producen para alimentarnos), pero sospecho que no debe ser mucho. Bastaría, creo, una décima parte de los excedentes petroleros para reavivar nuestra vital economía rural productora de alimentos y ponerla a salvo de la invasión inminente de productos baratos y de mala calidad que se avecina y que, de hecho, ya está aquí. Pero a los derechistas en el gobierno eso les debe parecer una estupidez. Creo que no se han dado cuenta de la tremenda fuerza social a la que están desafiando. De cualquier forma, hay que admitir que quienes ahora se pronuncian contra el tratado lo hacen demasiado tarde. Demasiado tarde para desgracia de todos nosotros, productores y consumidores.

A mi entrañable Ruy Pérez Tamayo con afectuosa solidaridad

El despertar

José Agustín Ortiz Pinchetti
jaorpin@yahoo.com.mx

Venenos y antídoto

Queridos amigos: admítanme un consejo: no dañen sus cerebros, no estropeen su conciencia. Expónganse lo menos posible al bombardeo mediático y a la chismografía política; son peores que el humo de cigarro y los imecas. No le crean a El Universal cuando dictamina que las cartas privadas que le envió AMLO a los miembros del PRD son propaganda pública e ilegal. Lean con lupa los periódicos. Oigan menos el radio y eviten la televisión. Pregúntense ¿de dónde viene la información política? Casi todos los periódicos son negocios vinculados con el gobierno. Desde hace más de 100 años están sometidos a quien manda, sea quien fuere. La radio y la televisión están controladas por oligopolios. Producen una ración de noticias y opiniones que consume a diario más de 85% de la población. Casi todos los materiales son tendenciosos. Ocultan, distorsionan, confunden. Hay alternativas excepcionales, pero el efecto de conjunto es impedir que se cumpla el derecho humano de información.

Déjenme darles un ejemplo: yo estuve involucrado en el episodio del desafuero. Cuando vi la película de Mandoki, Quién es el señor López, me di cuenta que había una multitud de hechos que no conocía, el bloqueo mediático me los ocultó. Asómbrense. Un tercio de la población no cree en lo que dicen los noticieros de televisión. El 80% desconfía de sus contenidos. Pero cualquiera, incluyendo a los opositores, estamos expuestos a un ambiente contaminado por el veneno de la mentira y el disimulo y nos afecta.

Lectores que me estiman me envían casi todas las semanas artículos escritos con iracundia contra AMLO. Casi nunca los comento. Pero hoy me voy a referir, muy brevemente, a dos:

1) Traidores al paredón, de Enrique Krauze (Reforma, 10 de febrero 2008). Krauze se refiere a la acusación de traición que hace AMLO a los que de modo hipócrita y artero trabajan por la privatización de la industria del petróleo. Krauze da una machincuepa y “descubre” en AMLO una voluntad de ¡fusilar a los privatizadores! Lo compara incluso con los sangrientos caudillos de la Revolución. ¡Va a asustar a las almas pías! Pero su análisis es en realidad una calumnia. AMLO nunca ha predicado la violencia y demostró su capacidad para contener la ira popular y conducirla por cauces civiles. Sus seguidores nunca han herido a nadie ni han roto un solo vidrio.

2) Sonríe, Denise, vamos a golpear. (D. Dresser, Proceso 3 de febrero 2008). Nos presenta a AMLO con el rostro contorsionado, y rabioso. Vengativo, sólo puede vivir golpeando a los demás. Incluso “confirma” el supuesto insulto a Ruth Zavaleta, una grotesca calumnia. Pero, ¿cual es la realidad? Quienes trabajamos con AMLO sabemos que su ánimo es excelente. Aunque es un opositor de verdad, no se propone vengarse de nadie. Tiene un espléndido sentido del humor y una voluntad pacifista. Le va bien: su movimiento está creciendo. Parafraseando a Dresser, diría yo que es un líder transformador que inspira a su gente, tiene una mira muy alta y prende donde va la esperanza. Es el único personaje que verdaderamente desafía el cinismo de la corrupta clase política.

Ni Krauze ni Dresser conocen a AMLO. Yo les recomiendo a ellos y a mis lectores que se pongan en contacto con la realidad. No es tan difícil. Observen los mítines que durante cuatro días de la semana realiza. No necesitan ir muy lejos. En estados cercanos al DF. Se darán cuenta cómo está renovando la política.

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