lunes, 24 de noviembre de 2008

■ El movimiento popular, “anclado en la izquierda”, no titubeará

AMLO dice que encabeza a la oposición real, no a “paleros”

■ “¿Qué partido representa la posibilidad de un cambio?”, pregunta

Ciro Pérez y Alma E. Muñoz

Ampliar la imagen López Obrador y Alejandro Encinas durante la marcha de ayer del Ángel de la Independencia a Bellas Artes López Obrador y Alejandro Encinas durante la marcha de ayer del Ángel de la Independencia a Bellas Artes Foto: Carlos Ramos Mamahua

Ampliar la imagen Con el puño en alto, la senadora Rosario Ibarra de Piedra saluda durante el mitin al cual asistieron simpatizantes del movimiento social que encabeza Andrés Manuel López Obrador en defensa de Pemex y la economía popular, entre ellos Arnaldo Córdova y Javier González Garza Con el puño en alto, la senadora Rosario Ibarra de Piedra saluda durante el mitin al cual asistieron simpatizantes del movimiento social que encabeza Andrés Manuel López Obrador en defensa de Pemex y la economía popular, entre ellos Arnaldo Córdova y Javier González Garza Foto: Marco Peláez

La concentración económica y del poder político en unas cuantas manos va a durar sólo hasta que el pueblo quiera, advirtió Andrés Manuel López Obrador ante miles de simpatizantes, a quienes les dijo que el movimiento del que forman parte es “una real oposición que no actúa como palero”, y que, “sin titubeos ni vacilaciones, está anclado en la izquierda, en el compromiso de luchar con firmeza por la igualdad y la justicia”.

En la última asamblea informativa de este año, convocó a dos movilizaciones en diciembre: el día primero, frente a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para exigir que bajen los precios de las gasolinas, el diesel, el gas, la electricidad y los artículos de primera necesidad; el 9, una más frente a Televisa para demandar respeto al derecho a la información. Ya en el próximo año, el 25 de enero, llamó a celebrar una nueva asamblea nacional.

“No nos dejemos apantallar con las campañas de desprestigio. Que no nos aturda el ruido mediático. Levantemos la mira. Tenemos la enorme responsabilidad de transformar la vida pública del país.” Entre todos, continuó, “hemos logrado levantar este movimiento, el más importante –que se oiga bien y que se oiga lejos– en la historia reciente del país”.

Tras un reconocimiento a Alejandro Encinas, “a quien le tenemos respeto y admiración”, López Obrador preguntó a los asistentes, congregados frente al Palacio de Bellas Artes:

“¿Qué partido, qué organización política, agrupa a tantas mujeres y hombres conscientes y comprometidos como los que forman parte de este movimiento? ¿Qué partido tiene la capacidad de movilización que tiene este movimiento?

“¿Qué partido tiene la creatividad y el talento de quienes participan o simpatizan con nuestro movimiento? Contamos con la simpatía de las mujeres y de los hombres más lúcidos del país, de los mejores escritores y de los mejores intelectuales. Y lo más importante: ¿qué partido representa la esperanza y la posibilidad de un cambio en beneficio de 90 por ciento de los mexicanos que ganan menos de 9 mil pesos al mes, como lo propone y busca nuestro movimiento?”, planteó el tabasqueño, quien a pesar de esto no logró acallar los gritos y manifestaciones de inconformidad en contra de quienes integran la corriente perredista Nueva Izquierda, bajo cuya presidencia se encuentra el PRD.

Pide paciencia y serenidad

“Seamos capaces de actuar con paciencia, con serenidad sin límites. Es tan importante esta lucha, que se requiere humildad, mística, trabajo cotidiano, perseverancia, mucha labor de convencimiento y una inquebrantable fe en las causas que defendemos. No olvidemos que no sólo buscamos un cambio en lo económico, lo político y lo social, sino que aspiramos a crear una nueva corriente de pensamiento que reconozca y exalte la cultura y la inmensa bondad que hay en nuestro pueblo. Una nueva corriente de pensamiento para impedir el predominio del dinero, del engaño, de la corrupción y del afán de lucro sobre la dignidad, la verdad, los valores morales y el amor al prójimo.”

Luego de la marcha que partió del Ángel de la Independencia, López Obrador rindió frente al Palacio de Bellas Artes un informe a dos años de la conformación del “gobierno legítimo de México”, cuyos objetivos principales se mantienen: defender al pueblo y el patrimonio nacional. Advirtió que darán continuidad a la lucha en defensa del petróleo y de la soberanía nacional, aunque ahora se volcará toda la fuerza del movimiento a evitar mayor empobrecimiento, más descomposición social, más inseguridad y más violencia, sin dejar de lado el apoyo “a quienes luchan por la libertad y la justicia, a quienes enfrentan y padecen el autoritarismo de la oligarquía y del régimen”.

Exigió libertad para los “presos políticos” y cese a la “saña” contra los presos de Atenco. De igual manera, demandó que se detengan las agresiones contra el sector magisterial por oponerse a la Alianza por la Calidad de la Educación, y dio su respaldo a los trabajadores y técnicos de Pemex despedidos por “organizarse y defender sus derechos”.

También expresó una enérgica protesta por la agresión que enfrenta el periódico yucateco Por esto, “acosado injustamente por la Secretaría de Hacienda porque llama usurpador a (Felipe) Calderón, lo que realmente es”.

Dijo que a dos años de los comicios de 2006 ha quedado claro “que nuestros adversarios son los principales responsables de la debacle económica del país. Aunque traten de justificarse repitiendo una y mil veces en los medios de comunicación que todo se debe a factores externos, hay pruebas irrefutables de que nunca han querido llevar a cabo ningún cambio, porque el modelo que han impuesto les garantiza mantener y acrecentar sus privilegios. Es cierto que la crisis y la recesión en Estados Unidos afectan a casi todo el mundo, pero impactará con mayor severidad en nuestro país, porque tenemos una economía muy debilitada y un pueblo sin protección social”.

“Cinismo” y falsas promesas

Condenó la gestión de Calderón. “Dado el cinismo que lo caracteriza, ya ni tiene caso preguntarle dónde quedó el compromiso de que iba a ser el presidente del empleo, o su promesa de bajar los precios de la gasolina, el gas y la luz, o su declaración retadora de que nos iba a rebasar por la izquierda. No ha hecho una sola obra importante”, manifestó.

“A duras penas anunció que iba a construir una refinería, pero no tiene proyecto ejecutivo ni capacidad operativa, y es tanta su ineficacia que sería un milagro que la terminara en este sexenio”, añadió.

En fin, subrayó, “ha perdido el tiempo, dejó pasar la oportunidad de los precios altos del petróleo, que difícilmente se volverá a presentar; el peso se ha devaluado cerca de 40 por ciento y, por si fuese poco, todos los pronósticos señalan que todavía viene lo peor y que no habrá crecimiento ni recuperación económica en por lo menos dos años”.

Ante este negro panorama, agregó, “nuestro movimiento no puede tener tarea más importante que la de presionar al gobierno usurpador para obligarlo a cambiar su política y a utilizar todos los instrumentos del Estado para proteger al pueblo ante el desastre económico y de bienestar social. No podemos quedarnos con los brazos cruzados cuando el gobierno usurpador sólo protegerá ante la crisis, como ya lo está haciendo, a los financieros y a los grandes empresarios”.

Por eso, sostuvo el ex candidato presidencial, “no podemos eludir nuestra responsabilidad. A nosotros nos toca en estos momentos aciagos seguir actuando en defensa de la economía popular, del petróleo y de la soberanía nacional (...) Tenemos que defender el empleo, el salario y el derecho del pueblo a la alimentación; vamos a buscar apoyos para los productores del campo; ayuda directa para adultos mayores, madres solteras, personas con discapacidad, becas para estudiantes de escuelas públicas, atención médica y medicamentos gratuitos a quienes no cuentan con seguridad social. En fin, orientaremos nuestras acciones a proteger a los pobres y la clase media”.

■ Con el conflicto perredista en carne viva, AMLO cuestiona representatividad de partidos

Sin bombo ni platillos, la fiesta por el segundo año del “gobierno legítimo”

■ En el mitin, severas críticas a “traidores que se venden” y mensajes de encono contra los chuchos

Jaime Avilés

Ampliar la imagen Miles de manifestantes marcharon ayer en defensa de Pemex y la economía popular, movimiento que encabeza López Obrador Miles de manifestantes marcharon ayer en defensa de Pemex y la economía popular, movimiento que encabeza López Obrador Foto: Marco Peláez

Fue literalmente un paseo dominical. Una entusiasta caminata colectiva desde el Ángel hasta la Torre Latino. Un alegre desfile de banderas y pancartas en el marco de la Convención Nacional Democrática, pero sobre todo una celebración, sin bombo ni platillos, del segundo aniversario del “gobierno legítimo”, en la que Andrés Manuel López Obrador anunció la ampliación de su gabinete con 10 nuevas subsecretarías, dio un espaldarazo a Alejandro Encinas y presenció el reparto de miles de copias de un documental grabado en dvd acerca de la reforma energética.

En un templete pletórico de colaboradores y amigos, entre las espaldas de los maniquíes del Sears más antiguo de México y los merengues de mármol del Palacio de Bellas Artes, el “presidente legítimo” leyó su segundo informe de gobierno ante una multitud que escuchaba y tomaba notas de todo, apretujada a lo largo de avenida Juárez.

No habían grandes contingentes venidos del interior del país; la mayoría de los participantes era del Distrito Federal y del valle de México, pero el gentío llegaba hasta el monumento a la cáscara de plátano, en la esquina de Juárez y Reforma; se escondía entre los árboles de la Alameda, y se tostaba al rayo del sol en la explanada de Bellas Artes.

Y muchas personas, hay que subrayarlo, tomaban notas. Eran tal vez eslabones de cadenas de transmisión, que copiaban conceptos del discurso –como ese de que “los nuevos amos de México son un puñado de familias, dos partidos, un pelele y la televisión”–, para después divulgarlos entre quienes, por angas o por mangas, no habían podido asistir al mitin.

Pese al escándalo de un helicóptero blanco que estuvo largo rato zopiloteando sobre la multitud y saboteando los esfuerzos de las torres de sonido repartidas entre Bellas Artes y el Hemiciclo a Juárez, López Obrador recordó que desde su toma de posesión, aquel 20 de noviembre helado de hace dos años, el “gobierno legítimo” se propuso dos objetivos centrales: “defender al pueblo y al patrimonio nacional”, y “construir un movimiento para la transformación de la vida pública de México”.

Los poderosos están histéricos

Y para gozo y contento de sus oyentes, que fue lo que más le celebraron, en el tramo final del discurso dijo que “los poderosos están histéricos” porque “no han podido destruir nuestro movimiento”, y “vaya que lo han intentado y sin duda lo seguirán haciendo”, pues “nos calumnian en la mayoría de los medios de comunicación, un día sí y otro también. Los menos vulgares se la pasan diciendo que ya no representamos nada, que cada día tenemos menos capacidad de convocatoria (pero) si eso fuera cierto entonces por qué nos atacan tanto”.

De allí pasó a explicar la importancia de que se tenga claro lo que “realmente representamos”, porque somos, dijo, “millones de ciudadanos a nivel nacional, pero la cantidad no es lo que importa, sino que se trata de las mujeres y de los hombres más conscientes y comprometidos del país”. Ese fue el trampolín retórico que le permitiría saltar al tema de la crisis en el PRD, del que se deslindó sin mencionarlo, aunque para ello tuviera que darle un rozón al PT y a Convergencia:

“¿Qué partido, qué organización política agrupa a tantos hombres y mujeres conscientes y comprometidos como los que forman parte de este movimiento?” La multitud coreó: “¡Ninguno!” El orador reiteró la pregunta, multiplicándola: “¿Qué partido tiene la capacidad de movilización de este movimiento? ¿Qué partido tiene la creatividad y el talento de quienes participan en este movimiento? ¿Qué partido tiene los mejores escritores y los mejores analistas?”

Era un día de fiesta. Y de repente, por encima de las cabezas, brotaban carteles que advertían: “El gobierno no tiene dinero para comprar al pueblo, sólo a los traidores que se ponen en venta”, y otros con mensajes poco amables para Graco Ramírez, Carlos Navarrete, Ruth Zavaleta y Jesús Ortega. Pero sin duda lo más representativo era que, a diferencia de otros mítines en que las reflexiones personales se exhibían en pancartas, ayer las palabras se metían en los cuadernos para irse quién sabe adónde o para qué.

Por lo pronto, López Obrador fijó tres nuevas citas para volver a reunirse con la gente: el lunes primero de diciembre, a las cinco de la tarde, frente a la Secretaría de Hacienda, en el Zócalo, con el fin de exigir a Agustín Carstens que suspenda el aumento semanal del diesel y las gasolinas. Luego, el martes 9 de diciembre, también a las cinco de la tarde, pero frente a Televisa, para preguntarle al consorcio si ya tiene una respuesta a la carta petitoria que el movimiento le entregó hace varias semanas. Y una vez más el domingo 25 de enero, a las diez de la mañana en la Plaza de la Constitución, “para hacer el balance de lo logrado y definir nuevas acciones”.

Antes, el “presidente legítimo” había informado que desde el pasado 30 de octubre “se amplió la dirección” del movimiento, con la integración de 10 comisiones, llamadas“nacional”, de la “defensa de la Constitución”, de la “defensa de la economía popular”, de “ayuda mutua en apoyo a la economía popular”, de “vigilancia del consejo de administración de Pemex”, de “combate a la corrupción en Pemex”, de “asuntos internacionales”, de “estudios y actualización del proyecto alternativo de nación”, de “difusión”, de “seguimiento y acciones inmediatas” y de “coordinación nacional de las brigadas”.

Fue, en los hechos, una ampliación del gabinete, con 10 nuevas subsecretarías, pero al leer los nombres de los integrantes de la Comisión Nacional y mencionar el de Alejandro Encinas, López Obrador agregó entre paréntesis: “(a quien le tenemos admiración y respeto)”, para contrarrestar de tal manera el aluvión de críticas recibidas por el ex candidato a la presidencia del PRD, que si bien decidió no aceptar la secretaría general de ese partido, tampoco abandonó sus filas como todavía se lo exigen amplios sectores de base del movimiento.

Prueba de que esa herida sigue doliendo y no está cerrada ni mucho menos, un coro masivo surgió en los costados del templete, después del canto del Himno Nacional, cuando López Obrador ya se retiraba saludando con la mano en alto: “¡Fuera chuchos del PRD, fuera chuchos del PRD!”, vociferaban incontables gargantas, a las que minutos después otras, menos numerosas, replicaron con un débil y efímero “Encinas, Encinas”, cuando el aludido bajó del templete. Eran esbozos del debate que se está gestando, a despecho del año electoral que se acerca.

Astillero

Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

■ Deslinde de los paleros

■ “Oposición real”

■ Toc, toc: el narco

Ampliar la imagen “EL QUE YA BAILÓ, QUE SE SIENTE”. El gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, saluda al ex presidente Carlos Salinas de Gortari, quien presentó en Torreón su libro La década perdida ante empresarios y políticos priístas. En breve entrevista CSG dijo que "ahora es turno de las nuevas generaciones y el que ya bailó, que se siente", al negar que busque la candidatura del PRI a la gubernatura de Nuevo León “EL QUE YA BAILÓ, QUE SE SIENTE”. El gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, saluda al ex presidente Carlos Salinas de Gortari, quien presentó en Torreón su libro La década perdida ante empresarios y políticos priístas. En breve entrevista CSG dijo que “ahora es turno de las nuevas generaciones y el que ya bailó, que se siente”, al negar que busque la candidatura del PRI a la gubernatura de Nuevo León Foto: Notimex

Dos puntos destacan de lo dicho ayer por López Obrador: la continuidad de la lucha, particularmente en los temas económicos y de equidad informativa, y el deslinde claro respecto de prácticas falsas de oposición.

Sometido a un diario bombardeo mediático, que apuntala con disparos de misiles aéreos (es decir, sobre todo radio y televisión) los virus de química social esparcidos en tierra para producir discriminación, odio y división, el movimiento social de resistencia pacífica se encamina abiertamente a su tercera fase: luego de la denuncia del fraude electoral y el rechazo a la privatización petrolera, las baterías populares se encaminarán a la defensa de la economía popular, en el entendido claro de que la administración encabezada por Felipe Calderón sólo ha mostrado disposición para ayudar a los empresarios de elite y colocar el dinero público en favor de los grandes capitales. En esa tesitura, y a pesar de que en los meses recientes se han organizado múltiples movilizaciones, ayer se anunció que habrá manifestaciones el primero de diciembre frente a las oficinas de la Secretaría de Hacienda, para exigir que bajen las tarifas de servicios energéticos y precios de artículos de primera necesidad, y el día 9 a las puertas de Televisa, para exigir respuesta a la carta anteriormente entregada allí en la que se demandó apertura a las voces y puntos de vista de un segmento social hasta ahora excluido y vilipendiado.

La recomposición y redefinición de ese movimiento se expresó particularmente en el señalamiento de que constituye “una oposición real”, cuyos miembros no actúan “como paleros” y que “sin titubeos ni vacilaciones estamos anclados en la izquier- da”. Las precisiones tienen inequívoco significado en relación con el proceso de ruptura con el chuchismo colaboracionista que se ha quedado con el cascarón del PRD y pretende desde allí tejer alianzas comerciales con postores varios.

En otro rubro, los caldereros ya no aguantan los hervores derivados de la llamada “guerra contra el narcotráfico”. Enredados y desanimados andan muchos de quienes a partir de una designación michoacana trabajan en la administración de ese segmento estupefaciente del fogón nacional. Genaro García Luna, el vicepresidente policiaco del país, es señalado una y otra vez como presunto destinatario principal de los embates de una Operación Limpieza cuya escoba punitiva ha ido sacando basura con la marca de la casa de debajo de la alfombra política y burocrática del secretario federal de Seguridad Pública. El operario principal del perol, el licenciado F.C., ha creído necesario precisar que de ninguna manera se duda de la integridad y honestidad del ingeniero G.G. Moon, pues si tales desconfianzas hubiera, el susodicho funcionario en su silla no estuviera. El coordinador general de los trabajadores del Calderón llamado México utilizó parte de una conferencia de prensa en Lima para advertir que “hay un sesgo (…) un error de apreciación” de los medios mexicanos al colocar bajo la lupa o en entredicho al secretario Luggage (equipaje, según el diccionario inglés-español de la Real Academia del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México), pues este calderero de seguridad goza de la plena confianza de sus superiores a ambos lados de la frontera.

El desplazado procurador federal de Justicia, Eduardo Medina Mora, mientras tanto, ha dado una entrevista al diario español El País en la que asegura que “las organizaciones de delincuencia organizada estaban tocando la puerta de las más importantes instituciones del Estado”. (Astillero Productions ofrece una recreación animada: Toc, toc, se escuchaba el redoble de nudillos, y nadie contestaba desde dentro de las Masimines, es decir, las más importantes instituciones del Estado. Cansados de insistir, dolidos los brazos, deshechas las manos y sus nudillos, los tocadores se retiraban a sus aposentos delincuenciales, olvidando mensualmente portafolios llenos de dólares a las puertas semicerradas desde donde las Masimines estiraban el brazo para no dejar basura en los pasillos. Toc, toc: Knockin’ on heaven’s doors).

El susodicho procurador Medina Mora explicó al periodista Pablo Ordaz que antes había “un modelo de delincuencia administrada. El crimen organizado desde el poder. Y ese modelo fue liquidado en los ochenta, pero no se sustituyó por unas instituciones sólidas. No las tenemos. La principal característica del problema de seguridad es su debilidad institucional”. Pero más delante el mismo funcionario plantea un futuro de convivencia administrada con el narcotráfico, pues, según aseguró, “el planteamiento del gobierno no es terminar con el narcotráfico en la medida en que somos conscientes de que siempre habrá una demanda de sustancias ilícitas, sino quitarle a estas organizaciones el enorme poder de intimidación, el enorme poder de fuego que acumularon a lo largo de todos estos años y por consecuencia su capacidad de destruir instituciones y de secuestrar la tranquilidad de los ciudadanos”. Es decir, no se trata, en realidad, de una “guerra” en forma como el general Calderón ha anunciado y como las bajas en el terreno de batalla muestran, sino una fórmula de reorganización convenida: que los señores narcos dejen de atemorizar a la gente (y al propio gobierno federal) y reduzcan su capacidad de fuego y podría entonces darse otro “modelo de delincuencia administrada”. ¡“Guerra contra el narcotráfico”, cuántas mentiras se dicen en tu nombre! (el siempre entusiasta y optimista procurador M&M anunció un blindaje tecnológico picudo: no más computadoras con capacidad de grabar discos compactos o con entradas para USB, ni impresoras de papel. Es más, con vero ánimo de impedir que haya trasiego de información confidencial, el modernísimo procurador podría ordenar que todo el trabajo futuro en sus cavernas se realice mediante inscripciones en piedra labradas con cincel, para dificultar aún más el espionaje interno). ¡Hasta mañana, con Obama y sus planes que se le están haciendo bolas a Los Pinos!

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