jueves, 15 de mayo de 2008

Miguel Alemán, sobreviviente de la dinamita universitaria

Ampliar la imagen En agosto de 1960, la estatua de Miguel Alemán sobrevivió a dos ataques de dinamita provocados por estudiantes inconformes con la represión policiaca. El monumento sufrió otro atentado en 1966 y tuvo que ser cercado. Arriba, momento de uno de los ataques. La cámara captó los destellos de la explosión, que son las marcas blancas que atraviesan la imagen En agosto de 1960, la estatua de Miguel Alemán sobrevivió a dos ataques de dinamita provocados por estudiantes inconformes con la represión policiaca. El monumento sufrió otro atentado en 1966 y tuvo que ser cercado. Arriba, momento de uno de los ataques. La cámara captó los destellos de la explosión, que son las marcas blancas que atraviesan la imagen

El 10 de agosto de 1960 un grupo de jóvenes universitarios se concentró frente a la estatua de Miguel Alemán, en Ciudad Universitaria. El movimiento estudiantil se había radicalizado. Ferrocarrileros y maestros democráticos habían sido reprimidos. Dos manifestaciones habían sido prohibidas y disueltas con violencia policiaca. Un día antes, la policía judicial del Distrito Federal había detenido al pintor David Alfaro Siqueiros. Los muchachos que protestaban eran solidarios con el magisterio, exigían el cese a la represión y la liberación del muralista.

Un día después se volvieron a reunir en el mismo sitio para anunciar que, con o sin autorización, volverían a tomar las calles el 12 de agosto para expresar públicamente su inconformidad. Varios estudiantes lanzaron piedras contra la estatua de Miguel Alemán. Se rumoraba que el ex presidente era candidato a la rectoría de la UNAM en las elecciones de Consejo Universitario de febrero de 1961.

La manifestación del 12 no se efectuó. En cambio, se realizó un nuevo mitin. Allí se propuso y aprobó derrumbar el monumento a Miguel Alemán. De inmediato, unos 50 estudiantes excavaron la estatua y colocaron cartuchos de dinamita para lanzarla. La fortuna no les sonrió. Las cargas no explotaron.

La estatua tenía una altura de 7.50 metros. Había costado 409 mil pesos de la época. Era obra del escultor Ignacio Asúnsolo, quien la hizo mientras se edificaba Ciudad Universitaria, durante el gobierno de Miguel Alemán (1946-1952). En ella se representaba al entonces Presidente de la República de cuerpo entero. Fue inaugurada el 18 de noviembre de 1952.

El fracaso inicial no intimidó a los muchachos. En la madrugada del 14 de agosto, una docena de personas se trasladaron a la Universidad en cuatro automóviles e hicieron explotar nuevos cartuchos de dinamita para demoler la estatua. Sin embargo el Miguel Alemán de acero sobrevivió. El atentado logró abrirle un nada despreciable boquete, pero sobrevivieron la cabeza, los brazos y parte del tórax del ex mandatario.

El monumento fue restaurado. Durante años fue objetivo predilecto de la ira estaudiantil, una especie de Muro de las Lamentaciones. Para protegerlo debió ser cercado hasta que, en 1966, volvió a sufrir un atentado dinamitero más. Desaparecería entonces para ya no volver más al campus universitario.

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