domingo, 26 de diciembre de 2010

¿A quién ataca y a quién defiende WikiLeaks?
muchas respuestas se plantean a las preguntas acerca de las motivaciones reales del fenómeno WikiLeaks cuyos objetivos difícilmente pudieran calificarse de nobles o positivos




Assange es entrevistado por la publicación ultra liberal The Economist

Por estos días es frecuente escuchar preguntas acerca de WikiLeaks en todas partes: ¿Quién lo financia, a quién beneficia, a quién perjudica, cómo es posible que el imperio se muestre tan vulnerable?

No es difícil descubrir que quien queda más dramáticamente expuesto en los documentos sustraídos por WikiLeaks es el actual, ahora impopular, gobierno de Estados Unidos y, quizás por ello, la inusitada acción fue recibida con aprobación jubilosa en casi todas partes del mundo porque constituía un aporte de pruebas para la denuncia de sucios manejos imperiales contra los pueblos.

Diríase que la opinión pública aprobaba de antemano aquel gesto heroico de sustraer, a lo Robin Hood, papeles secretos del gobierno de Estados Unidos que ponían de manifiesto el irrespeto a la independencia de otras naciones y a la soberanía de los pueblos con que la política nacional y la diplomacia estadounidense asumen un papel que pretende ser de líder del mundo, para difundirlos a escala global.

Obviamente, tal ejercicio habría significado una extraordinaria conmoción en los procedimientos informativos establecidos.

Muchos pensaron incluso que tales revelaciones podrían ser el preludio del fin del imperio estadounidense o del fin del capitalismo. Era difícil suponer que tan inconcebibles testimonios de la violencia y del desprecio con que Estados Unidos maneja sus relaciones, no solo con sus enemigos sino también a sus amigos y asociados, fueran a quedar impunes a la luz del derecho internacional.

Las primeras revelaciones que pudieron ser apreciadas por la opinión pública mundial, por su carácter sensacionalista, hicieron pensar que las expectativas se justificaban, pero bien pronto se pudo saber que el hecho no era, como se creía, algo parecido a una absoluta libertad de difusión de la información que escapara de las reglas de control impuestas por Washington.

Pronto se hizo evidente que, por algún motivo, la disciplina que ha venido rigiendo a la supuesta libertad de prensa en el hemisferio, no había cedido en el caso del evento WikiLeaks.

No se sabe bien cómo ocurrió que los dirigentes del sitio web aceptaron que los documentos que habían logrado sustraer, para hacerlos del libre conocimiento de los pueblos, fuesen seleccionados o censurados por una agrupación de cinco de los medios más representativos de la gran prensa occidental que ha respetado históricamente las regulaciones impuestas por Estados Unidos. Se pudiera suponer que el acoso a que fue sometido por las autoridades estadounidenses de relaciones exteriores e inteligencia el máximo dirigente de WikiLeaks, fue responsable de que él cediera en esto, cual ante una retorcida de brazo.

Esos cinco medios fueron los diarios The New York Times, El País, Le Monde, Der Spiegel y The Guardian, de Estados Unidos, España, Francia, Alemania e Inglaterra, respectivamente.

Se supone que estas cinco publicaciones llegaron a una suerte de pacto con WikiLeaks sobre la base de que, antes de hacer públicos los documentos, advertirían al Departamento de Estado y se pondrían de acuerdo entre ellas para que los textos publicados se mantuvieran dentro de ciertos parámetros "éticos" acordados.

O sea, a diferencia de lo que anteriormente ocurría con las informaciones confidenciales reveladas por WikiLeaks, en esta ocasión se había instrumentado una filtración o "censura" a cargo de varios medios acostumbrados a regirse por la disciplina informativa establecida por Washington para los grandes medios occidentales que se identifican como la "mainstream media" informando, previamente a su publicación, a la administración estadounidense.

Pero más allá aún de estas dudas sobre la naturaleza verdadera de la operación WikiLeaks, están las dudas acerca de cuáles serán las fuerzas internas o elementos en Estados Unidos que están detrás del asunto o que han propiciado su ocurrencia.

No son pocos los que atribuyen la paternidad de la audaz hazaña periodística a la extrema derecha de Estados Unidos, las fuerzas neoconservadoras que perdieron, con la asunción de Barack Obama, el control total que ejercieran desde la administración de Ronald Reagan hasta la de George W. Bush.

Suponen que la contundente derrota del partido demócrata en las elecciones de medio término, abrió los apetitos de las fuerzas neoconservadoras de golpear al herido hasta asegurar su exterminio y el regreso de la ultra derecha al poder real en las elecciones del 2012, o antes.

Otras muchas respuestas se plantean a las preguntas acerca de las motivaciones reales del fenómeno WikiLeaks cuyos objetivos difícilmente pudieran calificarse de nobles o positivos, aunque su acontecer haya sido recibido con júbilo por quienes consideran merecida una sanción al presidente Barack Obama, dada su pobre actuación a favor de quienes lo eligieron en apoyo a su discurso renovador.

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61 defensores de Derechos Humanos muertos en el sexenio de Calderón

 61 defensores de Derechos Humanos muertos en el sexenio de Calderón

Fue inevitable que tras la muerte de la señora Maricela Escobar todos los medios y periodistas independientes comenzáramos a contabilizar cuántos defensores de Derechos Humanos han caído durante el sexenio de Calderón, pues si bien nuestro país, como otros de América Latina resaltan por la poca importancia que se le da a este rubro, ha sido durante estos años que menos importancia le da el gobierno, ya que conocemos la guerra contra el crimen organizado ha tenido mayores tonos en todo el territorio nacional.

Pero no para todos esa guerra es importante. Se conoce que al menos 61 defensores y luchadores sociales han sido asesinados y al menos de 4 desaparecidos. El móvil más común es a través de comandos armados, grupos paramilitares y policías y militares que normalmente están implicados en “operativos” contra el gobierno y que en la mayoría de los casos termina por ser un caso complicado de resolver. Esta condiciones afectan además, la democracia, la justicia y la equidad y sobre todo, violentan a los ciudadanos pues dejamos de creer en la capacidad que las autoridades tienen para protegernos.

Con el asesinato de la activista en Chihuahua, la cifra sube a 62 pero no para ahí… ¿qué suceden con los crímenes que continúan contra su familia? Ahora también su cuñado fue muerto por la causa de odio que le tenían a ella.

Son muchos los casos de los y las defensoras de Derechos Humanos que se ven obligados a exiliarse porque las autoridades (ni el compromiso de Blake Mora ni las medidas cautelares dictadas por el sistema interamericano para protegerlos) no pueden protegerlos y más allá de proteger su vida, está la de las familias: madres, padres, abuelos, cuñados o incluso pequeños que forman la familia del luchador social.

Ya en alguna ocasión mencionaba que muchos de estos activistas han comenzando reclamando un problema de índole personal que transmuta para convertirse en una lucha de causa comunitaria y llega a conocerse en todo el país como le sucedió a la señora Wallace o a la señora Maricela, pero desgraciadamente en nuestro país parece que todo depende de los millones que se tenga: si tienes muchos tu vida está segura y el gobierno no te perderá la pista, si tienes pocos eres un caso más y tendrás que arreglártelas como puedas.

Triste realidad mexicana.

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El Despertar

Fuego sobre San Martín

José Agustín Ortiz Pinchetti


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El desastre que provocó el estallido en un ducto de Pemex en San Martín Texmelucan es buen ejemplo para mirar cómo se manejan estos problemas en el país. Me reuní con enlaces de los comités del Movimiento para Transformar a México (por fortuna ningún compañero sufrió daños).

Esta es la opinión de estos activistas que, creo, refleja la de la población: 1) Nadie cree en la versión de Pemex de que el siniestro se generó por el descontrol en una toma clandestina. Piensan que se debió (y en esto coinciden con el senador Francisco Labastida) a que las instalaciones están en mal estado y sin mantenimiento desde hace años. Las ordeñas se hacen de productos refinados, como gasolina y diesel, no de petróleo crudo. 2) El número de muertos es mucho mayor a los 36 que se reportan. El fuego se propagó en varias colonias. Muchísimos desaparecieron convertidos en cenizas por una ola de fuego de 40 metros de altura. 3) Están seguros de que los medios, particularmente la televisión, echarán tierra sobre el desastre. Ya lo están haciendo al dar espacio al farsante de Diego Fernández de Cevallos. 4) Creen que el impacto ambiental afectará el agua, el suelo y la atmósfera, y será resentido totalmente por la población. Que el río Atoyac quedará contaminado y que se echarán a perder numerosos cultivos. 5) No habrá investigación seria ni justicia. No se pagarán enteras las indemnizaciones. Nadie responderá. Ni diputados, ni senadores, ni gobierno federal harán nada serio para esclarecer los hechos. La impunidad se mantendrá intacta.

Nuestros compañeros hacen autocrítica: a pesar de que el desastre provocó solidaridad de la gente con las víctimas, a pesar de que hay rabia e inconformidad, el pueblo no se organizó ni se organizará para exigir justicia. Los manipuladores confían en que la gente, abrumada por una sensación de impotencia, se someterá. Al final de cuentas, mientras no exista una organización articulada, no sólo en San Martín sino en todos los distritos de Puebla, los abusos de las autoridades seguirán impunes. Me dijeron: Si tuviéramos en esta región 143 comités en otras tantas comunidades que existen, la respuesta no se haría esperar y las autoridades tendrían que responder de sus actos.

Cuando terminó la reunión, quedó flotando entre todos nosotros la convicción de que la única fórmula para cambiar las cosas en México está en tres palabras: organizarse, organizarse y organizarse.

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Los (no tan) misteriosos manipuladores
Hernández

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¿Tenemos gobierno?
Néstor de Buen


Yo me atrevería a afirmar que México vive una guerra civil. Ya se habla de territorios ocupados por los narcos, pero no es sólo eso. La falta de respeto por las autoridades es cada vez más notoria. El asesinato de una mujer enfrente del palacio de gobierno de Chihuahua, el robo descarado del petróleo, los asesinatos en toda la República, la fuga de presos en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y la notable incompetencia de las autoridades, hacen pensar que hay un poder superior al del gobierno, que hace lo que le da la gana sin que la autoridad formal encuentre la fórmula para remediarlo.

Por supuesto que detrás de todo está nuestra enfermedad endémica, la corrupción, que nos ha hecho perder, si es que la tuvimos, cualquier confianza en la policía, y que está provocando un sentimiento de que el Ejército no puede hacer nada.

Estamos en guerra civil, y todo indica que la hemos perdido. El problema es que no hay conflictos ideológicos, sólo la circunstancia de que los poderes de hecho hacen lo que les da la gana.

No es escasa la contribución de Estados Unidos, consumidor pertinaz de la droga que recibe por nuestro conducto y vendedor insistente de armas que hacen posible el dominio de los narcotraficantes.

Para el colmo de males, nuestra política está dedicada a un visible adelanto de la campaña presidencial, con alianzas absurdas entre la extrema derecha y la moderada izquierda. Hay candidatos interesantes, pero falta oficializar a alguno que represente un sentimiento nacional importante, por ejemplo, el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México Juan Ramón de la Fuente. Creo que tiene problemas familiares muy serios, lo que lamento muchísimo, pero que ojalá no le impidan iniciar una campaña a la que mucha gente se adheriría. ¿Por qué no pensar en la creación de un partido universitario que pudiera respaldar su candidatura?

Hoy domina en México la inseguridad. Hay ciudades en las que la gente ya no se atreve a andar por las calles porque teme encontrarse con un tiroteo, que no respeta, como lo hemos visto de sobra, la identidad de las personas presentes.

Ha habido, sin embargo, una buena noticia. La liberación de Diego Fernández de Cevallos nos ha tranquilizado a sus amigos, por la terminación de la incertidumbre en que vivíamos. Y hasta es posible que su presencia visible le resuelva al PAN el problema de la candidatura presidencial. Los antecedentes tal vez no le sean muy favorables a Diego, pero la falta de personalidad de los presuntos candidatos puede superar esa falla. Aunque me parece que Josefina Vázquez Mota podría ser otro candidato con posibilidades.

No recuerdo que México haya vivido otra situación igual a la actual. Claro está que la lucha por el poder en lo que hemos llamado y celebrado como Revolución fue mucho más cruel, pero por lo menos el tema era mucho más definido. Por supuesto que la ambición personal, igual que ahora, dominaba los hechos, pero los efectos mortales se producían en el enfrentamiento directo de las fuerzas contrarias en lo que fue una verdadera guerra. Claro está que las soluciones fueron impactantes, aunque afectaban sólo a la cumbre. Los asesinatos de Emiliano Zapata, Venustiano Carranza, Pancho Villa y Álvaro Obregón caracterizan a aquel periodo, en el que todos sabían a qué atenerse.

Paso revista a nuestros antiguos gobiernos y me quedo con el de Lázaro Cárdenas. Fue una época de definiciones y una posición de fuerza frente a enemigos internos y externos. Lo cierto es que sabíamos a qué atenernos. Ahora todo puede pasar.

La verdad es que México merece otro trato. Somos un país provisto de todo lo necesario. Costas, tierras de sembradío, bosques, mares, ríos donde hacen más falta y una tradición cultural relevante. Pero se queda uno con la sensación de que no sabemos aprovechar lo que tenemos y lo único que se nos informa es del desempleo, la crisis económica y nuestra falta de definición política con el exterior. Nos domina el pesimismo. Habrá que hacer algo.

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La década de administraciones de Fox y Calderón cierra con 2.6 millones de desocupados: ENOE

Subió 333% el desempleo en 10 años de gobiernos del PAN, señala el Inegi

Otros 5.4 millones ya desistieron de buscar trabajo porque creen que no tienen oportunidad de hallar

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De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2.6 millones de mexicanos no tienenen trabajo, quienes se suman a los 5.4 millones que ya desistieron de buscar. La imagen, en el Centro Histórico de la ciudad de MéxicoFoto María Luisa Severiano
Susana González G.
Periódico La Jornada
Domingo 26 de diciembre de 2010, p. 19

La primera década del siglo XXI, en la que el PAN ha gobernado el país, concluye con un saldo de 2.6 millones de mexicanos en el desempleo y un alza de 333 por ciento en el nivel de desocupación desde que Vicente Fox empezó su gestión, con 612 mil personas sin trabajo.

A quienes en este momento no tienen trabajo se agregan otros 5.4 millones que de plano desistieron de buscar porque consideran que no tienen posibilidades de encontrar, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Si bien ambos grupos están conformados por mexicanos sin ocupación, y en conjunto suman 8 millones (10 por ciento de la población mayor de 14 años o 19 por ciento de la empleada), para el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), responsable de la ENOE, se trata de casos diferentes.

De cualquier manera, si sólo se toma en cuenta la población que las autoridades consideran como desempleada, ésta se cuadriplicó en los 10 años de gobierno del PAN, y sólo en el último cuatrienio, correspondiente a la administración Felipe Calderón Hinojosa, se disparó 65 por ciento (un millón 50 mil más), ya que cuando asumió el poder la población desocupada era de 1.6 millones.

A ese saldo se suman otros 5.4 millones que carecen de trabajo, pero a quienes las autoridades no consideran desempleados porque ya dejaron de buscarlo y, por tanto, no presionan el mercado laboral, así que las incluye entre la población no económicamente activa.

Se trata de un grupo sin empleo que aumentó 10.5 por ciento desde que arrancó el gobierno actual, lo que implica que 522 mil personas más cayeron en tal situación entre diciembre de 2006 y el tercer trimestre de este año, según las estadísticas más recientes de la ENOE.

Al inicio del sexenio de Calderón sumaban 4 millones 933 mil personas disponibles para trabajar que se han desistido de buscar ocupación o que no buscan por considerar que no tienen posibilidades, pero el pasado trimestre llegaron a 5 millones 455.2 mil, y falta sumar las que se acumulen durante el último trecho de 2010.

Cayeron 30 por ciento empleos con más de cinco minisalarios

La encuesta muestra que aunque también aumentó en 1.6 millones la población ocupada –como consecuencia de que la población total del país llegó este año a 108.5 millones, es decir, 3.3 millones más que en 2006–, en la mayoría de los empleos generados se pagan menos de tres salarios mínimos.

El grupo de trabajadores mejor pagados, aquellos que perciben más de cinco salarios mínimos, se redujo 30 por ciento en lo que va del sexenio, al pasar de 5.1 a 3.9 millones. Cifras que también implican que perdieron presencia en la población ocupada, ya que hace cuatro años estos trabajadores bien pagados representaban 12 por ciento del total, pero en 2010 apenas llegaron a 8.8 por ciento.

En cambio, los trabajadores que ganan menos de dos salarios mínimos representan la tercera parte del total de la población ocupada, pues en cuatro años su número creció 10 por ciento, al pasar de 14.3 millones en 2006 a 15.7 millones en 2010, un aumento de 1.4 millones.

En ese lapso casi no hubo variación entre los empleados que tienen acceso a las instituciones de salud, pero los que carecen de tal prestación subieron de 26.8 a 28.4 millones, un alza de 6 por ciento, en tanto que la población subocupada subió de 3 millones en 2006 a 3.7 millones en este año, según la ENOE.

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Los salarios abajo, los precios arriba
Antonio Gershenson

No sólo los salarios mínimos: los salarios de la mayoría de los mexicanos han subido muy, muy poco. Esto se siente más duro por el alza de los precios.

Los aumentos de precios de artículos de primera necesidad, incluidos alimentos básicos, han sido importantes. Y no ha terminado el ascenso.

Otro elemento importante es la energía, y en especial los combustibles. La autoridad que da seguimiento a los precios señaló como factor importante del índice de precios el aumento de los de la energía eléctrica. Y es que en este caso los aumentos no han sido oficiales, como los de antes, que se publicaban en el Diario Oficial, sino de hecho.

Los aumentos por decreto cada mes incluyen a los combustibles: gasolinas, gas natural, gas LP y diesel, sobre todo. Pero el diesel sube aún más, y eso es una injusticia adicional.

La gasolina la paga el que va en coche. El diesel lo paga el que compra cualquier artículo transportado en camión. Lo paga el hombre del campo que usa una bomba para el riego o un tractor. También los pescadores que usan lancha de motor. Y una industria que usa motores diesel para una u otra cosa. También una buena parte de los que van en camión de pasajeros en la ciudad. Esto hace que suban de precios, entre otros artículos, lo que se cosechó para la alimentación u otros usos, el pescado, la ropa, etcétera. Y los que van a su pueblo en autobús. Han subido, en varias regiones los pasajes de camión urbano y suburbano, de manera importante.

El diesel, en general, es más barato que la gasolina. Aquí siempre lo fue. Todavía en el primer mes del actual sexenio, diciembre de 2006, el diesel costaba 5.78 pesos por litro. La gasolina Magna costaba 6.71 pesos. La gasolina más barata era 16 por ciento más cara que el diesel. Y las diferencias han sido mayores.

Hasta ahora, diciembre de este año, la gasolina Magna ya cuesta 8.76 pesos, con un aumento de 13 por ciento. Pero el diesel subió a 9.12 pesos, con un aumento de 58 por ciento.

¿Quiénes salen ganando con ese subsidio a la gasolina en perjuicio del diesel? Los fabricantes de coches estadunidenses, los cuales en general usan gasolina (la mayoría de los coches nuevos que se venden en Europa occidental son de diesel). También ganan los funcionarios que importan gasolina para Pemex (que luego se revende), en cantidades enormes. Y los que venden coches, que casi todos son de motor de gasolina.

Pierde, además de los sectores mencionados que usan diesel, el país. Debe importar mucha más gasolina. Debe soportar mayores aumentos de los precios. Todo esto contribuye a menor crecimiento de la economía, menor nivel de vida y menor mercado interno.

Otra diferencia de precios, que agudiza las diferencias internas del país, es que la gasolina Magna, para coches más viejos, ha subido, en lo que va del sexenio, aproximadamente 10 por ciento más que la Premium, que es para coches nuevos y vehículos de lujo.

Cuando hay periodos de una cierta recuperación, ésta se concentra, en México, en ramos como la exportación de refacciones y componentes de coches a Estados Unidos. Esto no se traduce en mejoras salariales para un sector mayoritario del país. Y ahora hubo una recaída; los indicadores en Estados Unidos fueron menores que lo esperado, y en este caso, con los aumentos de precios y otros resultados, es afectada, en México, una gran parte de la población.

Esto se ha visto también en otros lados. En países europeos se afectan las jubilaciones y los costos de los estudios. Pero no es un fenómeno mundial ni inevitable. En medios de la prensa internacional se mencionan mejoras salariales, en los últimos tiempos, en China, Brasil y Argentina.

En diferentes momentos ha habido movimientos de choferes de camión de carretera, ante los aumentos en el precio del diesel. Ahora veremos qué pasa a partir de enero, en que habrá otro aumento mensual en los combustibles.

Ya hemos señalado que, entre las medidas al respecto, está la construcción de ferrocarriles, un medio más barato y que no gasta tanta energía por pasajero. Y debe devolverse el precio del diesel a su nivel real. En el proceso de la refinación, éste ocupa un lugar de menor nivel de procesamiento que la gasolina.

Las importaciones de gasolina recibirán su principal golpe con la construcción de nuevas refinerías. No de balde el régimen no hizo nada al respecto, salvo circo, a pesar de acuerdos en ese sentido. Ni siquiera se comenzó con la barda perimetral, que ya estuvo en el presupuesto del año que está terminando, y que está presupuestada de nuevo.

Aun si se avanzara, es evidente que es una parte mínima de una refinería. Han presupuestado la tal barda para ¡dos años! Buenos tiempos para los tecnócratas y burócratas, y además para no hacerlo, por lo menos en el año que termina.

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