domingo, 23 de mayo de 2010

Defensa de la industria eléctrica
Somos guerreros: la huelga continúa

Ayunantes llevan casi un mes de librar otras batallas

Padecen además calor, ruido y hasta agresiones

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Desde el pasado 10 de octubre, cuando se decretó la extinción de Luz y Fuerza del Centro, miles de trabajadores comenzaron una serie de movilizaciones con la finalidad de recuperar sus fuentes de empleoFoto Carlos Cisneros
Fabiola Martínez
Periódico La Jornada
Domingo 23 de mayo de 2010, p. 2

Somos guerreros. La huelga de hambre sigue, expresa Miguel Márquez Ríos, integrante del grupo de ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro (LFC) que está por cumplir un mes en ayuno en el Zócalo capitalino.

Casi 30 días alimentándose sólo con agua, suero y miel; lapso en el que han estado padeciendo no sólo mareos, náuseas, dolor en el cuerpo, punzadas en los riñones y debilidad general sino la inclemencia del clima de abril y mayo. Además, el ruido incesante de la Plaza de la Constitución.

A diario sofoca el calor debajo de la gran carpa verde y de las tiendas de campaña levantadas frente a Palacio Nacional; si hay lluvia, los chorros de agua invaden la plancha de concreto y, en la noche, la batalla es contra los insectos y el frío.

El plantón del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) no ha estado exento de amagos de civiles sospechosos que merodean el lugar; una vez les aventaron una estopa ardiendo que alcanzó a quemar una manta y, hace algunos días les lanzaron, desde la parte alta de Palacio Nacional, canicas –las conocidas como ‘bombochas’– las cuales conservan como prueba de las agresiones, y que son adjudicadas a los soldados que vigilan las oficinas presidenciales.

Fieles acompañantes

A toda hora padecen el ruido de automóviles y sus bocinas y los acompaña el murmullo de la gente, las manifestaciones de apoyo de organizaciones sociales y de transeúntes, así como los mítines solidaros.

La semana pasada hicieron malabares para sortear a la multitud que acudió a un concierto de rock en el Zócalo en protesta por la ley antimigrante de Arizona. Los electricistas, frente a Palacio y los rockeros, frente a la Catedral. Los tapones en los oídos de los trabajadores en lucha fueron insuficientes ante el volúmen de la música.

Los electricistas, sus familias y otras personas –principalmente jubilados y jubiladas– que apoyan a los huelguistas, se ajustan perfectamente a las reglas para ingresar al campamento: registro puntual en un cuaderno, colocación de un gafete, cubreboca y gel antibacterial, para evitar daños inesperados.

A unos metros del punto de revisión, del lado derecho, está la carpa de la decena de mujeres en ayuno, quienes no saben estar quietas. Sacan la bolsa con el tejido, acomodan sus pertenencias, ven la televisión o se reúnen para darse ánimos.

Del otro lado están las carpas de los varones, similares a una sala de urgencias de un hospital público, catre con catre están casi pegados; los que iniciaron la protesta desde el 25 de abril pasado, un primer grupo de 10 (hasta ayer quedaban cuatro) ya no aguantan los dolores de espalda por dormir tantos días sobre una cama endeble.

Los huelguistas portan una playera roja con leyendas. Al frente está el escudo de su sindicato y se lee: Por el SME, mi mente, mi alma, mi espíritu y mi vida. Hasta la victoria. Huelga de hambre.

En la parte posterior, de un lado el logo de LFC y en el opuesto el del SME, símbolos que no se llevan en los labios para vivir de ellos, sino en el corazón para morir por ellos.

Los electricistas en resistencia se distinguen por llevar colgado al pecho su credencial, ampliada y resguardada por una mica de unos 20 centímetros de largo por 15 de alto.

Miguel es uno de los dos integrantes del comité central del SME que aprobó los exámenes médicos y que se integró a la protesta.

El otro es Gregorio Ernesto Paredes, de la Comisión Autónoma de Hacienda, con casi 25 años de antigüedad en Luz y Fuerza. Varios líderes estuvieron en la disyuntiva de ponerse en la primera línea del ayuno permanente o continuar en la organización de este movimiento opositor a la extinción de LFC.

No podía quedarme fuera, explica Miguel, prosecretario de las 11 divisiones de la extinta empresa, es decir, quien coordinaba a los 14 mil electricistas que daban servicio a los municipios de poblaciones vecinas al Distrito Federal.

Y fue justo en esa región, con amplias zonas rurales, donde se registraron los porcentajes más altos de trabajadores que se negaron a ser liquidados, pese al bono adicional ofrecido por el gobierno.

Ejemplo de la resistencia del SME es la hidroeléctrica Necaxa, cuna de la industria eléctrica en el país y donde permanece el equipo técnico manufacturado en 1907.

De una plantilla de 700 trabajadores permanecen en lucha 468. Ahí, en Necaxa, el pueblo se ha organizado para defender su principal fuente de empleo formal; las guardias al pie de la planta las encabezan no sólo los electricistas sino familias enteras; aseguran que no han dejado entrar ahí ni a la Comisión Federal de Electricidad ni a empresas contratistas.

Y es ahí también donde se prevé, de acuerdo con declaraciones del opositor en el SME, Alejandro Muñoz, la búsqueda de inversionistas privados para que se hagan cargo de esa planta, ubicada en una zona rica en recursos naturales.

Al respecto, el prosecretario de divisiones, quien conoce el proceder de los electricistas del campo y la ciudad, advierte que el pueblo de Necaxa es capaz de defender la hidroeléctrica con la vida misma.

Estamos con el corazón metido en este movimiento. Hay compañeros enlistados, que pasaron los exámenes médicos y que están con la mira de venir a integrarse a la huelga de hambre, expresa.

Porque, agrega, qué se puede esperar de un títere como Muñoz que primero fue líder, defensor de la materia de trabajo del SME, hoy es empresario y esquirol de nuestro contrato. Si aun con el repudio de trabajadores y jubilados se atreven a llevar a sus inversionistas, lo único que provocarán será un enfrentamiento. Nosotros estamos unidos.

Miguel tiene 22 años de antigüedad en LFC y se integró a la huelga de hambre el 3 de mayo, es decir, ayer cumplió 20 días en ayuno, sin importar las afectaciones –coyunturales o permanentes a su salud– porque está convencido de que la lucha es justa.

Los del SME no somos ni héroes ni mártires, sino un grupo de trabajadores que no está dispuesto a ser pisoteado. Tenemos claro que si en el país no hay justicia, ésta será tomada por propia mano.

Miguel ya perdió más de 10 kilos –al principio disminuía un kilo por día– pero todavía se ve fuerte, apenas con los labios resecos.

Asegura que no van a dar ni un paso atrás; como han repetido desde hace 28 días en que se instaló el campamento en el Zócalo, de una huelga colectiva de hambre posiblemente sin precedente, su lucha es hasta las últimas consecuencias. El gobierno federal, asevera, no les dejó otra opción.

Las respuestas del dirigente son fluidas y enfáticas; pero de pronto la voz se le corta, traga saliva y los ojos se le humedecen cuando recuerda la trayectoria del SME: ¡este es mucho sindicato. Somos guerreros y no permitiremos que este gobierno estúpido acabe de un plumazo con 95 años de historia de nuestra organización y con 106 años de Luz y Fuerza. Nos mantenemos aquí, así, porque tenemos mucha dignidad, mucho valor!

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Vivir en el error
Hernández

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Defensa de la industria eléctrica
La resistencia no se mide por el número de huelguistas
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Varios de los electricistas que se pusieron en huelga de hambre desde el pasado 25 de abril han tenido que abandonar la protesta por las graves afectaciones a su salud que han puesto en riesgo sus vidasFoto Carlos Ramos Mamahua
Fabiola Martínez
Periódico La Jornada
Domingo 23 de mayo de 2010, p. 3

En las pasadas 24 horas –entre viernes y sábado– han sido trasladados al hospital cinco electricistas del grupo que se encuentra en huelga de hambre en el Zócalo capitalino.

Durante 28 días se han retirado, por complicaciones en la salud, 12 trabajadores de los 80 que han participado en este ayuno colectivo, sin precedente, en la Plaza de la Constitución. De manera simultánea, otros 13 electricistas iniciaron esta forma de protesta en Toluca, estado de México.

La salida de algunos fue necesaria porque presentaban alteración en la presión sanguínea, cuadros de taquicardia, afecciones renales y problemas gástricos severos, entre otras descompensaciones.

Sin embargo, aclara Humberto Montes de Oca, secretario del Interior del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), nuestra resistencia no debe medirse por el número de huelguistas sino por la muestra que están dando al gobierno y al pueblo de México de férrea defensa de sus derechos laborales y del carácter público de la industria eléctrica.

La incorporación al ayuno (sólo toman agua, miel y suero) fue escalonada, en grupos de 10 cada día, desde el 25 de abril pasado. De esa primera decena quedan cuatro y, de las 10 mujeres, sólo ha salido una.

Por ello, pese al retiro de algunos, la dirigencia del SME valora si abre o no la etapa de ingreso de otros trabajadores que acreditaron buena salud y se declaran listos para protestar de esta manera. Son decenas los que están aptos y en primera línea de espera para sumarse al ayuno.

La protesta, considerada por los médicos como extrema por las condiciones a las que se somete al organismo, inició hace casi un mes en repudio a la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC), otrora fuente de empleo de más de 44 mil trabajadores.

Un decreto presidencial dio por concluida la vida de ese organismo para trasladar sus operaciones, en la zona central del país, a la Comisión Federal de Electricidad.

Tras la intempestiva toma de LFC la noche del 10 de octubre, con el apoyo de la Policía Federal, el gobierno ofreció a los trabajadores un finiquito con bono adicional, como principal atractivo para que aceptaran firmar su liquidación.

No obstante, al cierre del año, casi 18 mil trabajadores –de la plantilla de más de 44 mil– decidieron no cobrar y permanecer en lucha; algunos interpusieron demandas por despido injustificado y/o por la reinstalación en CFE, bajo la figura de patrón sustituto, y miles más se adhirieron a la solicitud de amparo promovida por la dirigencia del SME, encabezada por Martín Esparza.

Este trámite fue rechazado en principio por un juzgado de distrito, pero debido a la importancia del caso, es analizado actualmente por los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el cual deberá definir si el decreto presidencial es constitucional.

Durante los siete meses tras el decreto, el SME ha encabezado decenas de protestas que han recibido lo mismo el rechazo de diversos sectores que el apoyo de otros, como organismos y sindicatos del país y el extranjero.

Quizá por las altas temperaturas del viernes, el estado de salud de varios se afectó aún más, por lo que hasta anoche había 68 huelguistas en el Distrito Federal y cuatro en Toluca.

Este mismo viernes, los huelguistas y la dirigencia del SME se reunieron para tratar de mejorar las condiciones del campamento instalado en el Zócalo. Pese a las condiciones adversas, predomina el alto espíritu de lucha de este movimiento que ya trasciende las fronteras, dijo Montes de Oca.

Estamos firmes, agregó, hasta la devolución de nuestro empleo y el respeto a nuestro contrato colectivo y organización gremial.

Lo cierto es que el criterio numérico no nos ayuda y mucho menos nos define. Hay muchos compañeros esperando que les demos luz verde para incorporarse a la huelga; aquí lo importante es que el ayuno ya tiene un impacto en la sociedad, como muestra de que puede haber resistencia ante actos autoritarios del gobierno, señaló el dirigente.

Por lo pronto, pese a las bajas, la huelga de los electricistas sigue teniendo carácter indefinido.

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Ante la falta de oportunidades, miles de mexicanos se van cada año a EU

Vetar la racista ley Arizona, pide López Obrador a Obama

El tabasqueño dice esperar que Fernández de Cevallos regrese vivo

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Misael Habana de los Santos
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 23 de mayo de 2010, p. 8

San Jerónimo de Benito Juárez, Gro., 22 de mayo. Andrés Manuel López Obrador pidió al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, vetar la ley Arizona, por considerarla racista y violatoria de los derechos humanos de los mexicanos que laboran en aquella nación.

Recordó que miles de connacionales emigran anualmente al vecino país del norte en busca de mejores condiciones de vida y de trabajo, porque en México se han cancelado ambas oportunidades desde hace 27 años de imposición de una política económica de corte neoliberal, que mantiene en la pobreza a la mayoría de los mexicanos.

El ex candidato presidencial encabezó en esta ciudad la segunda asamblea regional de evaluación de los comités territoriales del gobierno legítimo, a la que asistieron representantes de Tecpan, Atoyac, Zihuatanejo y Petatlán, no así los de La Unión y Coahuayutla. El político tabasqueño constató los avances logrados y exhortó a sus simpatizantes a seguir trabajando para llegar fortalecidos a 2012.

Ante más de 400 asistentes, el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal aseguró que la gente, actualmente aturdida por los bombardeos que recibe en los medios de comunicación, despertará para rechazar el regreso del PRI al poder.

El presidente legítimo llamó a los perredistas del estado a evitar las divisiones durante el proceso interno para elegir candidato a la gubernatura –se renovará en enero de 2011– y a participar decididamente en los comicios estatales: después vamos a 2012, al proceso federal, donde sólo con organización podremos ganar la elección presidencial, anunció.

En materia electoral, López Obrador reiteró su postura de que el próximo candidato al gobierno estatal que represente a la izquierda no debe hacer alianzas ni con el PRI ni con el PAN, porque son lo mismo.

Reiteró que su respeto es para los militantes, porque los de arriba son rateros; el PRI y el PAN son lo mismo, son unos ladrones; son lo mismo (Vicente) Fox que (Carlos) Salinas, (Manlio Fabio) Beltrones que (Fernando) Gómez Mont, (Enrique) Peña Nieto que Elba Esther Gordillo, son lo mismo, insistió.

Explicó que el movimiento que encabeza escogió la vía electoral para lograr la transformación del país, y en enero próximo los guerrerenses tendrán oportunidad de cambiar la actual situación de su estado, donde gobierna el perredista Zeferino Torreblanca.

Interrogado acerca del escenario que prevé ante la desaparición del panista Diego Fernández de Cevallos, expresó que espera que regrese vivo.

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Se rompe el cerco paramilitar

Autor: Miguel Badillo
16 Mayo 2010

San Juan Copala, Oaxaca. Todos los días, desde hace seis meses, hombres armados apostados en los cerros que rodean Copala disparan a todo lo que se mueve. La orden que recibieron, cuenta uno de ellos, es que nadie salga ni entre a este pequeño pueblo de la región triqui oaxaqueña. Así, evitan que llegue el abasto de comida, agua potable y medicinas a las cerca de 800 personas que, hambrientas, sobreviven atrapadas en este infierno.


Miguel Badillo y Zósimo Camacho / Julio César Hernández, fotos / enviados

Cualquiera que intenta cruzar por montes y veredas con rumbo al pueblo de Copala, principal centro ceremonial de la comunidad triqui, se enfrenta a las ráfagas de metralletas AK-47 y rifles R-15 que portan grupos armados, como el que disparó aquella tarde del martes 27 de abril en contra de la caravana por la paz, que encabezaban defensores de derechos humanos y que tuvo como saldo dos muertos y una decena de heridos.

Diez días después de aquel ataque armado, en donde resultó herido con tres disparos de bala nuestro compañero fotógrafo David Cilia (lo que lo mantiene, hasta el cierre de esta edición, internado en un hospital de la ciudad de México) y junto con la reportera Érika Ramírez tuvieron que correr y esconderse por casi tres días en el monte para salvar la vida, otros tres reporteros de Contralínea (Zósimo Camacho, Julio Hernández y Miguel Badillo) han llegado a la región dominada por los triquis para terminar el trabajo periodístico inconcluso: entrar a San Juan Copala y describir el terror que viven aquí niños, mujeres, ancianos y los pocos hombres que aún quedan.

El viernes 7 de mayo, un grupo de 12 indígenas, simpatizante del Municipio Autónomo de San Juan Copala, se comprometió a guiar a los periodistas y escoltarlos hasta esta cabecera municipal, aun con el temor y el riesgo para los triquis de perder la vida en el intento.

La primera recomendación a los reporteros fue evitar llamar la atención entre los habitantes de los pueblos que rodean Copala, en donde las organizaciones Unidad para el Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort), Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT) y Movimiento por la Unificación de la Lucha Triqui Independiente (MULTI) tienen sus bases. La segunda recomendación a los periodistas fue ocultarse hasta que llegara el momento de partir. No se sabe ni hora ni día. Simplemente hay que esperar.

Tres días transcurrieron, hasta la noche del lunes 10, cuando los indígenas triquis vuelven a hacer contacto y acordamos los términos de la incursión hacia el pueblo de Copala: el ingreso será de noche, lo que dificultará el acceso, pero dará una oportunidad más para evitar cualquier agresión; nada de lámparas ni luces que puedan llamar la atención de los francotiradores; hablar lo menos posible y sólo cuando sea necesario hacerlo en voz muy baja; vestir de negro para perdernos en la oscuridad de la noche y llevar botas y mochila con medicamentos para la atención de alguna posible herida de bala; si nos disparan, tirarnos al suelo y avanzar lo más rápido posible para eludir las balas y perdernos de los agresores; resistir el tiempo necesario en el monte hasta encontrar el acceso más seguro y, lo principal, mucha suerte, porque para entrar a Copala se necesita eso y más.

La columna informativa que integran 12 triquis-guías y tres periodistas inicia su marcha por el monte. Seis indígenas van al frente y otros seis en la retaguardia. Los reporteros, en medio de la columna para mayor protección. La instrucción es guardar distancia entre nosotros para evitar ser blanco fácil ante un posible ataque, lo que dificulta aún más el camino; la oscuridad impide ver a medio metro de distancia, sólo el ruido del andar de los indígenas sobre hojas y ramas secas orienta la ruta a seguir. Las caídas y tropiezos de los reporteros son constantes; el peligro de caer en alguna barranca invisible es latente, pero nadie puede detenerse si queremos llegar con vida a Copala. Debemos avanzar lo más rápido posible durante la noche y, de vez en cuando, descansar a petición de los tres de en medio.

El sudor agobiante embarra y pega las hojas y ramas de los árboles en el cuerpo. Los mosquitos e insectos nos acompañan todo el camino: los brazos y piernas empiezan a llenarse de bolas por las picaduras conforme avanza la columna y nos internamos cada vez más en estas rudas montañas. A pesar del peligro, estamos seguros de que no nos equivocamos en querer documentar y contar la historia que vive San Juan Copala.

La ruta es acompañada por constantes disparos que retumban en el silencio de la montaña. Son tiros de advertencia para aquel que se atreva a cruzar por su territorio. La angustia y miedo invaden el cuerpo. Un escalofrío inevitable nos atraviesa de sólo pensar encontrarnos de frente a cualquier grupo armado que patrulle el área. Nuestros guías se mueven rápido, cubren una amplia área de protección; pero al final de cuentas, los grupos paramilitares, también integrados por indígenas, saben dónde vigilar para impedir que alguna persona, sobre todo periodistas, como ya lo demostraron en el ataque a la caravana por la paz, se les pueda colar hasta Copala y dar cuenta del infierno en que tienen metidas a unas 100 familias triquis que quedaron atrapadas en el lugar y no pudieron o no quisieron abandonar el sitio.

Agotados, a lo lejos se ven las luces de velas que alumbran algunas casas del pueblo desierto. Después de varias desesperantes horas, nos acercamos a Copala. En el pueblo no hay energía eléctrica. El motivo es que cortaron los cables desde hace seis meses, cuando iniciaron los ataques de la Ubisort y el MULT en contra de los habitantes que apoyan la presidencia autónoma de San Juan Copala, ahora en manos de simpatizantes del MULTI.

En la región se libra una lucha por el control político y económico del lugar. Viene un periodo electoral en Oaxaca y el Partido Revolucionario Institucional, por conducto de la Ubisort, no está dispuesto a dejar a su suerte al municipio de San Juan Copala, en donde las nuevas autoridades afiliadas al MULTI no quieren saber nada de los partidos políticos, a los que culpan de robarse cada año las partidas presupuestales de los ramos 28 y 33 del erario. Algo sabrán estos indígenas de injusticias, abusos y atropellos de la autoridad, igual que otros 100 millones de mexicanos.

Hemos llegado a la zona más complicada del trayecto. Copala está a menos de 1 kilómetro de distancia. Aquí, en la oscuridad de la madrugada, la vigilancia de hombres armados se vuelve más latente. Hay que esperar, agazapados, entre rocas, arbustos y árboles. Para sorpresa nuestra, el lugar donde nos escondemos sirve de base para francotiradores de alguno de los grupos agresores. La prueba de ello está en el suelo, entre hierbas y hojas de árboles encontramos muchos casquillos de rifles R-15 y AK-47. Eso tensa la espera. Los mismos indígenas, que siempre hablan en triqui, se ven preocupados y nerviosos. Quieren abandonar rápidamente el área, pero deciden esperar y no acelerar el ingreso a Copala.

Una dudosa decisión se ha tomado. En cuanto iniciamos el descenso del último cerro hacia el pueblo, empieza el estruendo de las ráfagas de metralletas, como si los paramilitares esperaran el momento propicio para ejecutar a toda la columna informativa. La orden de nuestros guías ha sido no detenernos. El miedo nos hace cumplirla y no mirar atrás, como si quisiéramos ganarle a la velocidad de las balas que cruzan chiflando por el viento. Inevitablemente hay que pasar por una zona descubierta, que aun con la ropa negra que llevamos y la ayuda de la oscuridad de la noche, a nosotros nos parece que somos muy visibles, tanto como un foco prendido en una habitación.

Pero sólo es el miedo de los 15 que hemos ingresado a las solitarias calles de Copala. Llegados al pueblo, nos movemos con precaución entre calles y las paredes de las casas. Los guías nos advirtieron que algunas familias, que también permanecen encerradas en sus viviendas, simpatizan con los grupos opositores al Municipio Autónomo y sería muy delicado que dieran aviso a los hombres armados de que extraños hemos entrado al pueblo. No queremos hacer ruido, pero los ladridos de los perros nos delatan y antes de que miradas extrañas nos vean, ingresamos a salvo y agotados a una vivienda que nos protege.

La huida de Copala

Hemos recogido los testimonios y relatos de los sobrevivientes de Copala. Durante nuestra incursión, recorrimos parte del pueblo entre los disparos que nunca cesaron. Desobedecimos a los guías, que nos pedían no salir de la casa. De hacerlo, no habría tenido sentido llegar hasta Copala y perder la oportunidad de mirar y vivir en carne propia lo que cientos de mujeres, niños y ancianos indígenas triquis padecen todos los días.

Para los agresores, toda hora es buena para amedrentar y amenazar a la población. En las noches, ráfagas de metralleta quitan el sueño. En el día, sólo unos cuantos, sobre todo mujeres y niños, se atreven a cruzar corriendo las calles para evadir los disparos y buscar alimentos.

Notas, fotografías y videos de Contralínea dan ahora cuenta del peligro que representa vivir aquí. Es el primer material periodístico tomado desde adentro de Copala. Como parte de Contralínea, nuestros dos compañeros agredidos, Érika y David, deben estar orgullosos de que su intento por llegar a ese municipio, hasta que un ataque armado lo impidió, no fue en vano. Por ellos y por lo que les sucedió, el equipo de Contralínea decidió concluir su misión de informar del asecho en que viven decenas de familias triquis a manos de paramilitares tolerados, por decir lo menos, por el gobierno de Ulises Ruiz.

Nuestro grupo indígena de protección ha estado atento en todo momento de la seguridad de los periodistas, aunque aquí, en Copala, nada es seguro. Lo único cierto es que ha llegado la hora de salir de este pueblo olvidado por los gobiernos, los ejércitos y los policías. Otro martirio está a punto de comenzar: volver al monte y abrirnos paso entre la maleza, aunque más preocupante es librar los retenes y las guardias blancas que están dispuestas a no dejarnos huir de sus territorios controlados.

Nuestros guías han trazado una ruta distinta. Nos explican que ésta es más larga, pero más segura. Ninguno de los reporteros se queja, los tres asentimos con la cabeza sin hablar. Nos miramos cansados y mugrosos, porque el servicio de agua fue cortado también por los grupos agresores. La única oportunidad de bañarse es en el río más cercano, pero nadie se arriesga; preferimos mantenernos sucios dos o tres días.

Nuevamente estamos en manos de 10 indígenas triquis. El grupo se ha reducido: dos de nuestros guías se han quedado en la zona de conflicto. Esperamos nuevamente la noche para salir del lugar. Nos han advertido que, esta vez, la caminata será más larga, hasta alcanzar quién sabe qué carretera a la mañana siguiente. Los periodistas estamos listos. Otra vez, los indígenas vuelven a arriesgarse para acompañarnos y sacarnos del lugar con vida.

Ansiosos, esperamos la noche. Apenas hemos comido durante los tres días tortillas, frijoles y chile. Pero nos sentimos fuertes para partir, más por miedo y ganas de huir del lugar. Todo ha sido una pesadilla que apenas duró poco más de 48 horas. Los habitantes de Copala llevan seis meses en esas condiciones. Desde finales de noviembre, viven encerrados en sus casas, sin poder salir, y cuando lo hacen, simplemente arriesgan la vida.

La columna informativa ha iniciado su retorno a no sabemos qué lugar del camino. Las instrucciones han sido las mismas. Con mayor énfasis, nos indican no hacer ruido cuando caminemos, lo que se vuelve imposible ante los tropiezos y caídas constantes de los reporteros. Más cuando esta noche especialmente es más oscura. No hay luna y el cielo está nublado. No logramos ver a nuestro compañero que va enfrente. Es más, decidimos agarrarnos de las mochilas para no perdernos y seguir la ruta de los guías.

La salida de Copala es igual. Rápido hacia el monte para protegernos de los disparos entre los árboles. Una vez más, las balas pasan chiflando cuando rompen el viento. Esta vez los disparos los sentimos más cerca de nosotros, como si los grupos armados estuvieran esperándonos a la salida del pueblo.

Todos estamos nerviosos, también los valientes indígenas que arriesgan su vida para que un grupo de extraños periodistas den cuenta del terror que viven los habitantes de Copala. No nos han pedido pago alguno para ser nuestros guías, sólo nos miran como si fuéramos a solucionar el conflicto. Nada más desilusionante. Como reporteros, sólo sabemos que informaremos lo que allí sucede y que nada pasará. Eso pensamos cuando caminamos por largas horas durante esta agobiante madrugada. Y más cuando sabemos que, en seis largos meses, nadie del gobierno federal ha querido atender el problema. Mucho menos el gobierno estatal de Ulises Ruiz, a quien le corresponde formalmente. El gobierno de Felipe Calderón también es responsable, pues para esta pequeña población indefensa que está siendo agredida durante meses no hay Ejército ni policía alguno que la defienda.

Para salir de este territorio hostil, a la columna informativa le parece que el camino es el mismo, aunque hayamos salido esta vez por el lado opuesto. Los reporteros no distinguimos ruta alguna; nuestra inexperiencia en avanzar en el monte nos hace ver todo igual. Sumamente difícil caminar de noche y sin lámpara por las montañas de la región triqui, de acceso inaccesible y orografía accidentada.

Las horas pasan sin llegar a lugar alguno. Los zumbidos de las balas que arrojan las potentes armas se escuchan todo el trayecto. Por un lado, al norte, el pueblo de La Sabana, dominado por la Ubisort; al oriente, El Rastrojo, la zona controlada por el MULT, ambas organizaciones violentas y fuertemente armadas. Al norte, Yosoyuxi, del MULTI, organización que apoya al Municipio Autónomo y que su principal demanda es que todas las partidas presupuestales que debe destinar el gobierno para la región triqui se entreguen a los indígenas para mejorar la vida de sus familias y pueblos, y no se las lleven los caciques y los líderes de grupos armados.

Antes de amanecer, alcanzamos un camino de terracería. Los indígenas nos piden avanzar con precaución para evitar alguna emboscada. Pero el peligro va en aumento y los guías deciden que debemos volver al monte para estar seguros y dejar la comodidad de seguir en la madrugada por la vereda que nos sacaría a la carretera.

Otra vez el sufrimiento para los reporteros inexpertos en caminar por esos lugares. Casi con la luz hemos salido a un pueblo apartado, allí recibimos el apoyo de un agente municipal que nos permite permanecer en el portal de su vivienda hasta esperar la mañana e iniciar el retorno a la ciudad de México.

Con muchas dificultades, Contralínea ha roto el cerco paramilitar establecido por grupos armados para aislar y ahogar a una población triqui que sólo lucha por su autonomía: San Juan Copala ha quedado atrás y sus 100 familias abandonadas a su suerte. Sentimos dolor y desesperación.

Fuente: Contralínea 182

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RESOLUTIVOS DE LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA RESISTENCIA POPULAR Y EL CONGRESO SOCIAL HACIA UNA NUEVA CONSTITUYENTE, APROBADOS EL 20 DE MAYO EN EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MEXICO, PARA SU MÁS AMPLIA DIFUSION Y PUESTA EN PRÁCTICA.


FERNANDO AMEZCUA CASTILLO
SECRETARIO DEL EXTERIOR
SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS

¡EL SME SE QUEDA, CALDERÓN SE VA¡

Criminalizar la lucha del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y acusarlos de sabotaje a la red eléctrica, pone al descubierto la estrategia represiva de la camarilla encabezada por Felipe Calderón.

Desaparecer al SME y desarticular al Sindicato Minero aplastando a los compañeros de Cananea, es el primer paso de un plan del empresariado para precarizar de una vez por todas, las condiciones de vida y de trabajo de los empleados públicos, de telefonistas, petroleros, minero-metalúrgicos, electricistas y transportistas, entre otros. Es el primer paso de su verdadero programa anti crisis de carácter patronal, del proyecto para generalizar y profundizar la pobreza, así como concluir la entrega de los bienes naturales y humanos de la nación mexicana, a multinacionales y gobiernos extranjeros, al español y al estadounidense, en primer término.

Calderón y su camarilla de vendepatrias saben que el desmantelamiento de los pocos derechos sociales y de los últimos resquicios de soberanía nacional que nos quedan, únicamente puede prosperar sí culminan la implantación de su dictadura cívico-militar, mafiosa y terrorista. Las reformas reaccionarias en el terreno laboral, educativo, judicial, de las comunicaciones y de la seguridad nacional son parte de una guerra global en contra del pueblo de México, contra sus mujeres y hombres, contra sus jóvenes y niños, en un país en el que 30 ricos de la calaña de Slim, Azcárraga, Salinas o Larrea, pretenden quebrarnos la esperanza, toda tentación de futuro.

La guerra intermafias del señor Calderón, con casi 30 mil víctimas entre asesinados y desaparecidos, la Iniciativa Mérida, la militarización del espacio nacional, la represión tipo San Salvador Atenco o San Juan Cópala y los asesinatos de Pasta de Conchos, Cd. Juárez y de tantos mexicanos, migrantes o no, a manos de policías, militares y bandas de criminales protegidos por el Estado Mexicano, son la otra cara de la guerra social. De una que en tres años de dictadura calderonista generó 10 millones de nuevos pobres, incrementó a tres millones de desempleados más, y la caída de los ingresos de la mayoría de los mexicanos en alrededor de un 30 por ciento. Entre las víctimas más destacadas de esa guerra librada por el gran capital contra nosotros, destacan las mujeres y 7 millones de jóvenes que carecen de empleo y escuela Acusar de sabotaje al SME constituye un hecho de graves consecuencias para todos los mexicanos. Una vuelta de tuerca en la línea de la dictadura cívico-militar, un paso hacia la completa instalación de la violencia y el terror, donde los principios éticos más elementales puedan ser violados cínicamente, al estilo de gente como Calderón o Lozano. Sólo por nombrar a dos de los personajes más corrompidos, entre los muchos que abundan en la clase política y la casta de los grandes empresarios.

Queda claro compañeras y compañeras ¡o son ellos o somos nosotros! No hay término medio. No hay posibilidad de enfrentar el desastre nacional, de parar y hacer retroceder las reformas neoliberales, más que sacando del gobierno y del poder a los responsables del desastre nacional; más que refundando la nación desde el pueblo, desde las tradiciones de Hidalgo, Mina, Morelos, Juárez, Magón, Villa, Zapata, Lázaro Cárdenas, Breña Alvírez, Jaramillo, Vallejo y Othon Salazar.

El despeñadero está a la vista y promete ser más catastrófico que todo lo vivido en el último siglo. La crisis actual es, en muchos sentidos, la más grave en toda la historia de las sociedades capitalistas, al igual que la crisis del estado-nación mexicano. Requerimos de propuestas que estén a la altura de los retos. Las luchas de los últimos años enseñan que no bastan las batallas gremiales, puramente económicas, ni tampoco las de carácter local o incluso sectoriales. Hace ya tiempo que las viejas formas de organización y lucha, no responden con eficacia a la guerra global y a la determinación de nuestros enemigos, de hacernos retroceder a condiciones de servidumbre colonial y esclavitud que creíamos superadas. Separar lucha económica de la lucha política y cultural como hizo el viejo anarcosindicalismo conduce a la derrota.

Desde nuestra opción de lucha política, civil y constitucional, a la guerra global del enemigo debemos responder con una estrategia equivalente, colocando en el centro de las disputas, la lucha por la construcción del poder popular, la liberación nacional y la toma del poder. Sólo de esta manera podremos operar como un gran ejercito civil, social y político, que es capaz de concentrar sus fuerzas en el punto que exija la marcha general de la batalla contra nuestros adversarios. Únicamente de ese modo, tendremos oportunidad de trascender los egoísmos y sectarismos que alimentan nuestras derrotas.

En el momento actual la huelga de hambre del SME y la lucha que ellos protagonizan, es el punto central del frente de batalla, de la guerra social que libramos las fuerzas populares y progresistas contra el gobierno espurio y los capitales trasnacionales: CARSO, TELEVISA, TV AZTECA, CEMEX, IBERDROLA, GAS NATURAL, REPSOL, HALLIBURTON y muchas más.La posibilidad de articular un frente común y varias líneas convergentes de combate radica en reconocer esta realidad y actuar en consecuencia. Es decir, conjuntando las luchas más importantes del momento y las fuerzas de las que disponemos alrededor del punto central del combate. En este caso, la huelga de Cananea y la resistencia minera, la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, los compañeros de San Juan Cópala y de San Salvador Atenco además de la huelga de hambre del SME, pueden concitar la indignación y el coraje de amplios sectores hastiados con el proceder del gobierno.

Para que así ocurra, los aquí reunidos, representantes de la Asamblea Nacional de la Resistencia Popular y del Congreso Social Hacia una Nueva Constituyente estamos comprometidos en la pelea por echar al usurpador Felipe Calderón, cabeza visible de quienes engendraron la catástrofe nacional.

¡Que se vaya Calderón¡ ¡Que se vayan todos los neoliberales! Para conmemorar el Bicentenario del inicio de la Guerra de independencia y el Centenario del arranque de la Revolución Mexicana, enarbolando nuestro Proyecto de Nación Alternativo al Neoliberalismo.

El Congreso Social Hacia la Nueva Constituyente aprobó en su asamblea fundacional del 5, 6 y 7 de febrero del año en curso, desarrollar una campaña para la destitución de Calderón que concluiría en una primera fase con una Consulta Nacional los días 22,23 y 24 de mayo en la que todos nos comprometimos a instalar mesas de consulta.

En días recientes se afinó una propuesta de la segunda fase de la campaña ¡Fuera Calderón! En ella se plantea avanzar hacia la realización de un juicio político contra el espurio, que consta de dos aspectos o procesos:

El primero, consiste en la organización formal de un comité de abogados, legisladores y personalidades del movimiento social, civil y político que preparen la iniciativa de juicio político a Calderón por violaciones al orden constitucional y traición a la patria, a la par que se presenta un proyecto que incluya el tema de la revocación de mandato en la Constitución, entre otros, que tienen que ver con la democracia participativa.

El Segundo proceso, incluye una serie de juicios populares en las plazas públicas del país a partir de julio-agosto y que culminarían con un gran juicio popular el primero de septiembre. Además se instrumentaría una campaña nacional de firmas, casa por casa, para aumentar el número de adhesiones a la exigencia de destitución de Calderón.

Esa propuesta, de aprobarse, se articulará con el Plan de Acción que se bosquejó para llevarse a cabo en los próximos días.
Propuesta de plan de acción:

1.- Reforzar la huelga de hambre del SME, con ayunos y movilizaciones en todos los estados de la República.
2.-Instalación de campamentos magisteriales y de grupos populares junto a la huelga de hambre.
3.- Aprovechar la movilización para visibilizar otras luchas, en particular la de Cananea, ABC de Hermosillo, San Juan Copala, Atenco, Candelaria y la consulta de revocación de mandato, entre otras.
4.- Participar en todo el país en la Consulta los días 22, 23 y 24 de mayo, y continuar la consulta bajo cualquier forma, hasta el 30 de junio.
5.- Movilización Nacional Magisterial y popular en la Cd. de México el 24 de Mayo, de la Glorieta de Colón al Zócalo a las 16 Hrs.
6.- Participar en el Paro Nacional de Transportistas el primero de julio.
7.- Esta Asamblea acuerda convocar al Congreso Social para determinar las siguientes fases hasta su realización.

Atentamente

ASAMBLEA NACIONAL DE LA RESISTENCIA POPULAR
CONGRESO SOCIAL HACIA UNA NUEVA CONSTITUYENTE

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Detienen a Octavio Solís Cortés integrante del Movimiento de resistencia civil contra las altas tarifas de la energía eléctrica en Candelaria, Campeche.

El sábado 15 de mayo fue detenido en Escárcega, Campeche, el compañero Octavio Solís por elementos de la Procuraduría General de la República quienes lo trasladaron al Ministerio Público de la PGR en la ciudad de Campeche y posteriormente al penal de Kobén donde se encuentran recluidos los compañeros Sara, Joaquín y Guadalupe.

Antecedentes

El 10 de julio del año pasado de 2009 fueron detenidos cinco compañeros y giradas 31 órdenes de aprehensión contra otros integrantes del Movimiento de resistencia civil contra las altas tarifas de la energía eléctrica en Candelaria. Hasta el día sábado 15 de mayo ninguna de estas órdenes de aprehensión había sido ejecutada a pesar de que elementos de la PGR hostigaban constantemente al movimiento, haciendo operativos en Candelaria y yendo a las casas de los denunciados a hacer preguntas cualesquiera que evidentemente revelaban que no había orden o intención de detenerlos pero sí de hostigarlos.

Denuncia

La detención del compañero Octavio Solís se ejecuta precisamente el día en que se realizaba el Encuentro nacional de las resistencias en Candelaria y los compañeros presos Sara, Joaquín y Guadalupe iniciaban su huelga de hambre con el objetivo de que los magistrados a cargo de resolver el amparo que les fue otorgado con anterioridad, dejen de retardar su resolución en franca complicidad con la CFE y la PGR quienes se han dedicado a amañar y obstaculizar todo el proceso penal en contra de nuestros compañeros.

La detención de Octavio Solís se suma a la campaña ejecutada por el Ayuntamiento de Candelaria y la CFE, el primero usando los recursos públicos para presionar a los integrantes de la resistencia civil a que se desistan de defender sus derechos y se sometan nuevamente a los abusos de la CFE, y la segunda ofreciendo convenios a los integrantes de la resistencia civil a base de mentiras y engaños.

La CFE, el gobierno federal, estatal y municipal no sólo han hecho caso omiso a las recomendaciones y movilizaciones de diversas organizaciones sociales y de derechos humanos sobre la detención arbitraria de nuestros compañeros sino que por el contrario continúan violentando y agrediendo al Movimiento de resistencia civil contra las altas tarifas de la energía eléctrica en Candelaria.

Por lo que una vez más denunciamos y condenamos la represión que viven estos compañeros y exigimos la liberación de los presos y respeto a su movimiento de resistencia. Y responsabilizamos al gobierno federal y estatal de cualquier daño a la salud originado por la huelga de hambre que llevan a cabo nuestros compañeros presos.

Movimiento de Cultura Popular, Mérida, Yucatán.

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La cantidad supera los 718 mil creados en 2009, según la Encuesta Nacional de Ocupación

Más de 901 mil empleos perdidos en el primer trimestre: Inegi

Aumenta la cifra de trabajadores que ganan menos de tres salarios mínimos: pasó de 55 a 58% de la población laboral

Baja 8% contratación en puestos con sueldos de más de $287 al día

Foto
Un grupo de trabajadores del SME solicita empleo a las afueras de las oficinas del Gobierno del Distrito Federal, tras marchar por el Paseo de la Reforma al Zócalo el Día del TrabajoFoto Roberto García Ortiz
Susana González G.
Periódico La Jornada
Domingo 23 de mayo de 2010, p. 23

En los primeros tres meses de este año se perdieron 901 mil 555 mil empleos en el país, en comparación con los que se alcanzaron al finalizar 2009, demuestra la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Al cuarto trimestre del año pasado, 44 millones 535 mil 314 personas conformaron la población ocupada a nivel nacional, pero para el primer trimestre de 2010 fueron 43 millones 633 mil 759, precisan las estadísticas oficiales.

La diferencia representa una caída de sólo 2 por ciento, pero los 901 mil mexicanos que perdieron el trabajo entre enero y marzo de este año, superan a los 718 mil que se integraron a la población ocupada durante el último año, según la encuesta.

Elaborada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), la ENOE contabiliza tanto a los trabajadores independientes o autónomos, muchos de los cuales se desempeñan en la llamada economía informal, como a los trabajadores asalariados, que a su vez incluyen aquellos que cuentan con seguridad social como los registrados ante el IMSS.

La pérdida de 901 mil empleos a nivel general triplica los 290 mil puestos creados sólo en el sector formal en el primer trimestre, casi cien mil por mes, ponderados por el gobierno federal.

Las mujeres resultaron las más afectadas por el desempleo generado en el periodo mencionado ya que 513 mil dejaron de laborar, mientras lo mismo ocurrió con 388 mil hombres.

De las tres grandes actividades económicas consideradas por la ENOE, únicamente la industria tuvo un aumento de 207 empleos a principios de año, pero en la agricultura se perdieron 519 mil 425 trabajos y en el comercio y servicios (sector terciario) hubo 564 mil 416 menos.

Mal pagados

Paralelamente a la caída de empleos, aumentó el número de personas que gana menos de tres salarios mínimos: en diciembre representaron 55 por ciento del total de la población ocupada, pero para marzo concentraron 58 por ciento.

En sí, el aumento implica que 606 mil personas ocupadas en el primer trimestre de 2010 lo hizo a cambio de un sueldo por debajo de los tres minisalarios. El total de trabajadores de este grupo pasó de 24 millones 846 mil del último trimestre del año anterior a 25 millones 453 mil en marzo pasado.

La ENOE muestra que en cuanto a nivel de percepciones el grupo de la población ocupada que más creció porcentualmente entre diciembre y marzo fue el de quienes perciben entre dos y tres salarios mínimos, es decir de 114 a 172 pesos diarios. El aumento de nuevos trabajadores fue de 373 mil en total o de 4 por ciento en tan sólo un trimestre.

Otro grupo que creció fue el trabajadores que ganan entre uno y dos salarios, con un aumento de 376 mil personas en un trimestre o 3 por ciento más que en diciembre.

En cambio, cayó 8 por ciento el número de hombres y mujeres que perciben más de 5 salarios mínimos (arriba 287 pesos por día). En diciembre pasado 4 millones 176 mil personas tenían tal nivel de ingresos, pero quedaron en 3 millones 833 mil en el primer trimestre de 2010.

Entre quienes ganan más de tres y hasta cinco salarios mínimos la reducción fue de 2.3 por ciento, que equivale a 179 mil personas menos en el grupo, pero también se contrajeron los grupos de personas que trabajan a cambio de recibir menos de un salario mínimo o de plano que no reciben ingreso alguno, ya que fueron 675 mil menos.

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