. . . Y sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.
...y hay que decirlo con toda sinceridad, en una revolución verdadera, a la que se le da todo, de la que no se espera ninguna retribucción material, la tarea del revolucionario de vanguardia es a la vez magnifica y angustiosa (...) En estas condiciones hay que tener una gran dosis de humanidad, una gran dosis de sentido de la justicia y de la verdad para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas. Todos los días hay que luchar para que este amor a la dignidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario