Declaración y llamado del Partido Comunista de México frente a la imposición de un nuevo gobierno anti-obrero
El
Partido Comunista de México toma nota de que se consumó lo que ya había
analizado el conjunto de su militancia en la Conferencia Nacional
celebrada en Abril del presenta año, y lo que en varios escritos había
adelantado. Los plutócratas, los oligarcas, las centrales patronales se
han erigido en el gran elector ante el cual la voluntad popular, el
sufragio masivo, no cuenta para nada en este país. No fue la voluntad de
los mexicanos que concurrieron a las urnas, la elección estaba hecha
desde antes del 1 de julio pero requerían de la farsa para su
legitimación.
El
Buró Político del PCM estima necesario especificar el contenido
económico del nuevo régimen y alertar sobre las medidas bárbaras que se
preparan contra nuestra clase y nuestro pueblo.
Como
ya fue anunciado en sus primeros discursos, la misión esencial del
gobierno que ha sido colocado por la mayoría de los grupos monopólicos
consiste en aprobar a como dé lugar las llamadas “reformas
estructurales”. El mandato del régimen consiste en imponer la mayor
cantidad de sacrificios a la clase obrera y a los oprimidos de nuestro
país para ampliar las ganancias de los grandes capitalistas, sin reparar
por el momento en el efecto que esto pueda tener en la reproducción del
consenso burgués.
Se han anunciado las siguientes medidas bárbaras:
*Reforma laboral
*Reforma fiscal
*Reforma al Seguro Social
*Reforma energética
*Implementación del “Acuerdo por la Calidad Educativa”
*Ley de seguridad nacional y continuidad del Plan Mérida
Consideramos
nuestro deber alertar sobre el carácter de estas mismas, las
expondremos en nuestra prensa, órganos de difusión, actos de agitación y
demás actividades políticas entre los obreros, colonias populares y
escuelas. Más también nos pronunciamos por otras agresiones ya
anunciadas.
Aún
siendo candidato, Peña Nieto dio a entender de manera perfectamente
clara ante los capitales de la industria aeroespacial que el proyecto
del Aeropuerto de Texcoco sería relanzado, y que los 6 mil millones de
dólares de inversión estarán por encima de las condiciones, propiedades y
vidas de los campesinos a los que pone en la mira. Si Peña Nieto piensa
que los compañeros del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra
estarán solos ante esa amenaza se equivoca.
La
ofensiva es general adquiere diferentes formas e incluye a los
gobiernos estatales recién electos y a los que ya están. Por ejemplo,
fuera de la retórica necesaria para guardar las apariencias, Manual
Velasco Coello, el entrante gobernador de Chiapas, habla de “agresivos”
planes de “reforestación” y de “rescate” de los recursos naturales, que
serían gestionados por grupos comuneros y ganaderos afines. Cualquier
lectura permite ver que se habla de escalar las agresiones contra las
comunidades indígenas zapatistas. Frente a esto, ninguna circunstancia o
desarrollo previo nos disuadirá de expresar que estamos resueltos a
movilizarnos al lado del EZLN, pensamos que son muchísimos más quienes
estarán en igual disposición.
Es
probable que el flamante asesor Oscar Naranjo tenga la idea de exportar
a nuestro país las medidas terroristas con las que anegó Colombia, como
los falsos positivos, la proliferación de los grupos paramilitares, el
uso de alianzas con grupos de narcotraficantes para deshacerse de
rivales e inhibir la lucha popular, el terror mediático contra los
opositores, etc. Sabemos que posiblemente estemos en la mira. El
Partido Comunista de México avisa a sus enemigos de clase, lo mismo que a
sus aliados y amigos, que los comunistas de este país ni nos vendemos,
ni nos rendimos, ni nos paralizamos. Contamos con profundas convicciones
así como un acumulado de experiencias para asegurar la continuidad y la
victoria de nuestro proyecto político.
El Buró Político del PCM estima necesario agregar a la anterior llamada de alerta una serie de reflexiones.
Aunque
hay intelectuales que insisten en culpar al pueblo y a los
revolucionarios por este desenlace, pensamos que en esta ocasión será
muy difícil proceder de esa manera. Es necesario que los intelectuales
comprometidos reflexionen en cuáles son las verdaderas causas de no
hayan participado un porcentaje mayor de electores. Pensamos que eso
tiene que ver con que no podrían apoyar entusiastamente un proyecto que
habla de favorecer con incentivos a los banqueros, de un proyecto donde
el interés de las mayorías trabajadoras de este país se haya excluido,
donde se pretende convencerles de que pueden conciliarse con sus
opresores.
Es
necesario que aquellos que sembraron ilusiones de que el pueblo podría
resolver sus problemas con una solución tan sencilla como tachar un
nombre reflexionen en que éste es el costo de confiar en que los
monopolios les “darían permiso”, les “facilitarían” llevar adelante sus
proyectos. Debe reflexionarse en la seriedad que implicaría aplicar
formulas como la de “confiar en el pueblo”. O bien se apuesta en el
respaldo de oligarcas o bien se apuesta en el respaldo popular hasta sus
últimas consecuencias, no se puede tener ambas so pena de sufrir estos
desenlaces, quedando como verdaderos mentecatos en los que no es posible
ninguna confianza.
Pensamos
que sin cambios sustanciales que se les arranquen a los oligarcas, los
partidos políticos registrados no expresarán la correlación de fuerzas
que existe en el marco de la lucha de clases en nuestro país.
Representan exclusivamente los intereses de los monopolios y todos
suscriben y defienden la continuidad del capitalismo, de la explotación
del trabajo asalariado, de la apropiación privada en pocas manos de la
riqueza socialmente producida, y la única diferencia que entre ellos
puede existir es sobre la gestión. Perder de vista lo anterior significa
claudicar ante la tiranía y arrinconar a los luchadores a sembrar
ilusiones cada seis años.
El
contenido económico y político del régimen de verdugos que se nos
impone viene determinado por el carácter clasista del Estado, viene
determinado por la existencia misma de los grupos monopólicos de este
país y sus necesidades, que son completamente antagónicas con relación a
las necesidades y aspiraciones populares.
Ni
el boicot económico, ni las acciones aisladas, ni la promoción de
falsas ilusiones son la salida a esta situación. Los monopolios sólo
pueden ser derrotados con la participación de quienes engendran
plusvalía, de quienes engendran sus ganancias. Para nosotros queda claro
que el peor enemigo del nuevo régimen lo constituirá la clase obrera
movilizada. Los obreros tendrán que salir a las calles a luchar por la
defensa de todo lo que constituye su bienestar, su vida y su seguridad.
Hay
otras organizaciones que piensan de manera similar. Aunque consideramos
que la huelga es un arma por excelencia de nuestra clase, deseamos que
se reflexione en que esta no podrá realizarse con carácter general si
nadie trastoca de manera importante el control que ejercen las cúpulas
de la CTM, la CROM y todas las direcciones charras y neo-charras. El
trabajo de la Coordinadora Sindical Unitaria de México sigue avante en
esta dirección, pero si podemos lograr alianzas que hagan avanzar las
posiciones de clase en este sentido sería un gran avance.
Hasta
donde alcancen nuestras fuerzas no permitiremos que se impongan las
reformas, y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para darle una
salida organizada a ese inevitable descontento.
Apropiación
de los monopolios por sus trabajadores manuales e intelectuales.
Utilización de ese poder económico en manos de los trabajadores para
resolver las necesidades populares. Tal es la salida, tal es la única
base sobre la cual se puede construir una democracia real, un poder
popular, el socialismo.
El
Buró Político del PCM identifica como su responsabilidad dirigir un
mensaje a todos los luchadores, a todas las organizaciones políticas,
clasistas y revolucionarias de nuestro país.
El
PCM espera que todos los revolucionarios, las organizaciones y
luchadores de la clase obrera, de extracción campesina, de las clases
oprimidas, independientemente de que por una u otra razón hayan colocado
sus esperanzas en el actual sistema electoral, estén dispuestos a
luchar junto con nosotros contra los designios del poder de los
monopolios. Lo mismo con todos aquellos abstencionistas, partidarios de
la ruptura, anticapitalistas que por diversas razones hayamos tenido
desencuentros, esperamos unirnos en una coordinación de movimientos
sociales que tenga como centro el movimiento obrero clasista. Esperamos
que estén dispuestos a luchar con nosotros contra los verdugos del
pueblo en las fábricas, escuelas, centros de trabajo, barrios y
colonias.
A
quienes luchan contra esta tiranía de manera dispersa los llamamos a
que no prive en ustedes la desmovilización, la confusión y la
desmoralización. Les insistimos en que nuestra tarea constituye en
organizar a la clase obrera en los centros de trabajo y en las calles.
Los llamamos a que asuman esa tarea, hacen falta muchos más
revolucionarios disciplinados que desafíen todo para lograrlo, hacen
falta más plumas, más brazos, más organizadores y agitadores. Hace falta
más organización. Hace falta luchar no dentro de seis años, sino desde
ahora.
A
las organizaciones y fuerzas revolucionarias, clasistas y populares las
llamamos a una alianza. Las llamamos a construir frentes contra las
reformas, contra la desvalorización del trabajo, contra las agresiones
bárbaras, contra las guerras imperialistas.
El
PCM por su parte levanta su plataforma de lucha para el periodo,
atendiendo las necesidades inmediatas del pueblo trabajador, una
plataforma contra la crisis. Estas son algunas de las medidas que
enarbolaremos:
*
Desconocimiento de todas las deudas que se hayan contraído para
subsistir o realizar trabajo. Hablamos aquí de la renta, de la hipoteca,
de las deudas con las empresas usureras como COPPEL, ELEKTRA, FAMSA,
todas las financieras y casas de préstamos, etc.
*
Garantizar el abastecimiento de alimento a toda la población. Esto
significa tomar el control sobre los grandes centros comerciales,
bodegas, almacenes, empresas transportistas, procesadoras, productoras
de alimento, grandes concentraciones de tierra; es decir los monopolios
que lucran con el hambre.
*
Ruptura unilateral de todos los tratados económicos y de cualquier otra
índole lesivos para el pueblo de México. Desarrollar con esto todo el
potencial productivo de nuestro país.
*
Creación inmediata de empleos permanentes en los sectores de producción
y en el sector social donde hay un gran vacío, por ejemplo educación y
salud.
*Reducción inmediata de la jornada laboral a 36 horas por semana.
*Seguro de desempleo decente para todos los desempleados. Jubilaciones y pensiones aseguradas para la clase obrera
*
Reapropiación de la tierra por los pueblos Indígenas, campesinos pobres
y jornaleros sin tierra. Entrega a las colectividades que trabajen la
tierra de los aperos, maquinaria agrícola, abonos y todos los insumos
necesarios existentes en el territorio nacional.
*Reconocimiento de los acuerdos de San Andrés Larrainzar.
*
Acceso gratuito a todos los servicios de salud para el pueblo mexicano.
Esto significa tomar el control de las franquicias de farmacias, las
grandes farmacéuticas, hospitales privados, grandes fábricas de
instrumental médico.
*Oposición
a cualquier intento de desvalorización de la fuerza de trabajo, es
decir cualquier intento por directa o indirectamente reducir los
salarios, recortar las prestaciones, anular los derechos y conquistas,
etc.
La
única forma realista de conseguir su cumplimiento es deteniendo las
agresiones bárbaras y los sacrificios contra nuestra clase y nuestro
pueblo, es decir lesionar los intereses de los monopolios. El PCM le
dice a los trabajadores y a los explotados que no están de acuerdo con
el socialismo, que debemos luchar juntos por esta plataforma, que
debemos movilizarnos para cumplirla. La victoria final no se logrará sin
batallas victoriosas.
Por
último, frente a las amenazas que se dibujan en boca de nuestros
enemigos, llamamos a que nadie quede solo. Sabemos que ustedes tampoco
se venderán, tampoco se rendirán, y tampoco se paralizarán.
¡Proletarios de todos los países, Uníos!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario