La Habana, 6 de abril. Una delegación de las Juventudes Comunistas de Chile (Jjcc) rindió homenaje al guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara en el monumento que guarda sus restos en la ciudad de Santa Clara, en la región central del país caribeño.
“Los jóvenes somos el legado del Che y de todos aquellos que
nos han hecho recuperar la esperanza no sólo para América Latina, sino
para todo el mundo”, expresó Karol Cariola, secretaria general de las
Jjcc en declaraciones publicadas hoy por el periódico Juventud Rebelde.Estamos muy complacidos de homenajearlo. Su ejemplo y su lucha son nuestra inspiración diaria, añadió la joven, quien estuvo acompañada por Luis Lobos, miembro ejecutivo de la organización.
En el recorrido por Santa Clara, a unos 230 kilómetros al este de La Habana, también participó Camila Vallejo, vicepresidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, una de las lideresas en las protestas estudiantiles del año pasado en su país, en reclamo de enseñanza pública gratuita y de calidad.
Además del complejo escultórico Ernesto Che Guevara,
los visitantes chilenos intercambiaron puntos de vista durante casi dos
horas con colegas de la Universidad Central de Las Villas Marta Abreu,
tercera fundada en el país, que cumplirá 60 años en noviembre próximo.
Durante el encuentro Vallejo presentó su libro, Podemos cambiar el mundo, en el cual explica que los movimientos estudiantiles son resultado de una construcción histórica y del sacrificio de generaciones en diferentes contextos y escenarios.
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Durante estos casi tres años el pueblo griego no ha soltado las calles. Mientras, la vida cotidiana se precariza a pasos agigantados. Las medidas que se aprobaron el 29 de junio de 2010 se sienten en las casas, los centros de trabajo, las escuelas y en toda la vida diaria. Son esas medidas: aumento de impuestos para la mayoría de la población, privatizaciones de empresas estatales y recortes severos a la seguridad social, las que llevaron a la muerte a Dimitris, razón por la que la gente grita que no se trató de un suicidio, sino de un homicidio perpetrado por el Estado.
Desde 2010 se empezaron a reportar en Grecia desmayos de niños
en las escuelas por problemas de desnutrición. Y también desde ese año
se hablaba ya del incremento en la tasa de suicidios. Datos del ministro
griego de Protección Civil advierten que desde 2009 los suicidios
consumados y en tentativa aumentaron 22.5 por ciento, con un total de
mil 727 registros en este trienio.
Otros datos representativos: la tasa de desempleo en tierras helénicas es de 20.9 por ciento en general, pero casi la mitad de los jóvenes (48 por ciento) permanecen parados, sin futuro. Y el número de personas sin casa subió 25 por ciento en los últimos tres años, al tiempo que 27 por ciento de la población enfrenta riesgo de pobreza o exclusión social.
Hoy de nuevo Grecia está en llamas. La plaza Syntagma está colmada de gente indignada y desde el miércoles 4 de abril no han cesado las movilizaciones:
“…No puedo encontrar otra solución, salvo un fin decente, antes de empezar a buscar comida en la basura para alimentarme”, escribió Dimitris antes de darse un tiro afuera del Parlamento de Atenas.
www.desinformemonos.org
En Chile, la educación es un bien transable en el mercado. Está disponible sólo para pocos, pues el costo mensual de una carrera universitaria equivale aproximadamente al doble del salario mínimo de un trabajador, expresó Cariola.
Durante el encuentro Vallejo presentó su libro, Podemos cambiar el mundo, en el cual explica que los movimientos estudiantiles son resultado de una construcción histórica y del sacrificio de generaciones en diferentes contextos y escenarios.
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Los de Abajo
Gloria Muñoz Ramírez
En los últimos días
Grecia ha sido nuevamente escenario de fuertes movilizaciones contra la
precariedad, los recortes, la falta de seguridad social, el desempleo…
en resumen, contra la falta de esperanza para los de abajo, quienes
desbordan nuevamente las calles y plazas, se enfrentan sin miedo a la
policía, gritan su indignación e intentan organizar los pasos
siguientes.
El suicido del trabajador griego Dimitris Christoulas, de 77 años,
conmocionó a una Grecia lastimada desde que en 2009 les anunciaron que a
pesar (o por eso mismo) del glamur que exhibieron en las Olimpiadas, el
país no contaba con capital y tendrían que pedir prestado al Fondo
Monetario Internacional (FMI) y a la Unión Europea. Era el principio del
fin.Durante estos casi tres años el pueblo griego no ha soltado las calles. Mientras, la vida cotidiana se precariza a pasos agigantados. Las medidas que se aprobaron el 29 de junio de 2010 se sienten en las casas, los centros de trabajo, las escuelas y en toda la vida diaria. Son esas medidas: aumento de impuestos para la mayoría de la población, privatizaciones de empresas estatales y recortes severos a la seguridad social, las que llevaron a la muerte a Dimitris, razón por la que la gente grita que no se trató de un suicidio, sino de un homicidio perpetrado por el Estado.
Otros datos representativos: la tasa de desempleo en tierras helénicas es de 20.9 por ciento en general, pero casi la mitad de los jóvenes (48 por ciento) permanecen parados, sin futuro. Y el número de personas sin casa subió 25 por ciento en los últimos tres años, al tiempo que 27 por ciento de la población enfrenta riesgo de pobreza o exclusión social.
Hoy de nuevo Grecia está en llamas. La plaza Syntagma está colmada de gente indignada y desde el miércoles 4 de abril no han cesado las movilizaciones:
No ha sido un suicidio. Ha sido un asesinato. Que no nos acostumbremos a la muerte, se advierte en una pancarta.
“…No puedo encontrar otra solución, salvo un fin decente, antes de empezar a buscar comida en la basura para alimentarme”, escribió Dimitris antes de darse un tiro afuera del Parlamento de Atenas.
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