Para responder a esta pregunta podemos recurrir a una fuente confiable, por ejemplo, los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La epidemia de influenza A/ H1N1 se ha definido a partir de los casos que son confirmados mediante pruebas de laboratorio. El panorama a escala mundial muestra, contrariamente a lo que afirman las autoridades mexicanas, que la epidemia se encuentra todavía en una etapa de ascenso. Del 24 de abril al 4 de mayo, de acuerdo con los reportes del organismo mundial, los casos han aumentado de 25 a 985. El número de países donde se ha detectado la enfermedad ha pasado de dos a 20 en el mismo periodo, e involucra ya a cuatro continentes. En otras palabras, a escala global la epidemia está creciendo. En algunas naciones, como Estados Unidos, se observa una curva típica de crecimiento exponencial.
Pero alguien podría decir como si fuéramos aliens: bueno, pero eso es en todo el planeta; sin embargo, en México la epidemia ya está controlada, es más, está descendiendo. Esto es completamente falso. Los números correspondientes a nuestro país son un desastre.
Pido a los lectores paciencia para examinar los siguientes datos: los reportes de la OMS hasta el día de ayer revelan un comportamiento sumamente extraño de las cifras mexicanas. Hay inicialmente dos fases de aparente estabilización: la primera, del 24 al 26 de abril, con 18 casos confirmados y un número no determinado de muertes, y la segunda, del 27 al 29 de ese mismo mes, con 26 casos y siete muertes.
Luego, a partir del 30 de abril y hasta el 4 de mayo, las cifras se disparan en sentido ascendente, pasando el número de casos confirmados de 97 a 590, y las muertes, de 7 a 25. Se trata de una curva sumamente extraña, yo diría que es un caso único en la historia de la epidemiología. Como sea, para cualquier observador externo, sería motivo de burla que alguien dijera, a partir de los informes de la OMS, que aquí la epidemia se ha estabilizado o que está descendiendo.
A mí me apena este manejo de los datos frente al mundo. No obstante, las irregularidades en la curva tienen una explicación. Ocurren por la falta de capacidad científica y técnica en el sistema de salud para detectar y confirmar la presencia del virus. Pero para algunos esto tiene una justificación: como no sabíamos a lo que nos enfrentábamos –dicen–, tuvimos que esperar, primero a que laboratorios extranjeros nos lo dijeran, y luego, ya que compramos el equipo y entrenamos al personal (en el periodo más crítico de la epidemia), pudimos comenzar a confirmar los casos.
Para algunos la justificación anterior puede resultar válida. Para mí no, pues me pregunto: ¿por qué unos países tienen la capacidad de detectar la estructura molecular de nuevos virus y México no? Ante un asunto que involucra la salud y la vida de los mexicanos, resulta claro que algo estamos haciendo muy mal, y es precisamente en el terreno científico técnico.
¿La epidemia se ha estabilizado en México? ¿Se encuentra aquí en la fase de descenso? De ninguna manera. Si se define, de acuerdo con la OMS, por los casos confirmados, tendríamos que confesar que ni siquiera sabemos dónde estamos. La forma en la que el gobierno de México hace llegar a esta organización mundial la información, especialmente en la última etapa, incluye los resultados del análisis de muestras de días previos, pero no sabemos siquiera a qué días corresponden, lo que sería crucial para conocer el comportamiento de la curva. En los informes que da la Secretaría de Salud de México se proporcionan también los datos acumulados y no hay manera de saber cuál es el comportamiento en los días recientes. Estamos muy lejos de contar con información en tiempo real.
Habría que agregar, además, que de acuerdo con el reporte de ayer de la OMS la enfermedad ha cobrado 26 vidas a escala planetaria. Todos los fallecimientos son de mexicanos, incluido el único deceso ocurrido en Estados Unidos… Pero, no se preocupen, tenemos excelentes noticias: todo ya está bajo control.
Vivimos una especie de regreso a los años 50 del siglo XX. A menos que se esté ocultando alguna información, tanto a la OMS como a los mexicanos, los únicos elementos de que disponemos para justificar el retorno a las actividades normales son: a) la reducción del número de hospitalizaciones, el cual, curiosamente, es el dato que se ha reservado el secretario de Salud, “… para no crear más confusiones”, y b) la reducción de los fallecimientos, cuyo número nadie puede entender, pues hay además cerca de 80 casos probables, muchos de los cuales ya no se podrán confirmar.
Todos queremos la normalización de las actividades, pero debe aceptarse que la epidemia no ha cesado y que no existen bases para afirmar que esté controlada y mucho menos que se encuentre en la fase de descenso. Si se decide suspender las medidas de emergencia será en estas condiciones, y las autoridades deberán asumir su responsabilidad.
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El 7, clases en niveles medio superior y superior; educación básica, el 11
Al confirmarse la tendencia a la baja en la demanda de atención a los servicios de salud, el gobierno federal dijo que a partir de este miércoles se reanudarán totalmente las actividades económicas, y las escolares lo harán en forma progresiva. El jueves 7 volverán a las aulas los estudiantes del nivel medio superior y superior, y el próximo lunes 11 los alumnos de educación básica, incluidas guarderías e institutos de rehabilitación.
El secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, señaló que tampoco ha habido casos graves de infecciones respiratorias, lo que evidencia la efectividad de las medidas de distanciamiento social aplicadas en los ámbitos educativo y laboral desde el pasado 23 de abril.
Con base en los datos estadísticos, y la confianza de que se cuenta con un millón 400 mil tratamientos antivirales para enfrentar un eventual repunte, el funcionario informó de la decisión de flexibilizar las medidas de prevención para empezar a retornar a la normalidad en las actividades económicas y laborales en los sectores público y privado, y las escolares, con la gradualidad mencionada.
Reiteró que otras medidas preventivas continuarán por tiempo indefinido, como la recomendación del lavado frecuente de manos, evitar los saludos de beso o de mano, no asistir a lugares concurridos y tomar precauciones al toser o estornudar.
También se mantendrán las acciones de vigilancia epidemiológica, la recolección de muestras de los casos sospechosos y la realización de las pruebas de laboratorio mediante técnicas de biología molecular.
En la conferencia de prensa donde se anunciaron las nuevas decisiones estuvieron presentes los secretarios de Educación, Alonso Lujambio; del Trabajo, Javier Lozano, y de Economía, Gerardo Ruiz.
Alonso Lujambio indicó que habrá una preparación para el regreso a clases, a fin de que los padres de familia tengan la tranquilidad de que sus hijos estarán seguros. En el caso de la educación media superior y superior, será los días 5 y 6 de mayo, y para la educación básica, del 8 al 10 de mayo.
Tal preparación consiste en ubicar, junto con autoridades locales, jurisdicciones sanitarias y directivos de los planteles y el sindicato correspondiente, los centros de salud más cercanos a los que se recurriría en caso de ser necesario, y hacer una limpieza de los centros escolares. Para ello, la Secretaría de Educación Pública (SEP) dispondrá de 200 millones de pesos para la adquisición de insumos de limpieza.
Además, se pondrá en marcha el filtro escolar
, en el que participarán directivos, padres de familia y maestros. A la hora de entrada se harán tres o cuatro preguntas a los alumnos para identificar síntomas de gripe. Antes –recomendó Lujambio–, en los hogares los paterfamilias tendrán que estar atentos al menor indicativo de enfermedad en sus hijos y, de ser el caso, ante todo lo que parezca una gripe evitar mandarlos a la escuela.
El titular de la SEP también comentó sobre el manual para el personal directivo de las escuelas, el cual contiene recomendaciones para reducir la posibilidad de contagio en los planteles, aunque las actividades dentro de las aulas no tendrán ningún cambio.
Respecto de la recuperación del tiempo perdido, que no es mucho
, Lujambio comentó que se garantizará el cumplimiento del calendario escolar, y planteó la posibilidad de ampliar unos días el ciclo o el horario de clases.
En el ámbito laboral, el titular del ramo informó sobre la guía de recomendaciones para los centros de trabajo, la cual contiene los lineamientos emitidos por la Secretaría de Salud (Ssa) en materia de prevención, protección, supervisión y vigilancia, con los que se busca evitar el contagio del virus A/H1N1.
Lozano hizo un nuevo llamado a los patrones para que tengan tolerancia y flexibilidad con los trabajadores que lleguen tarde o de plano falten a sus labores por no tener con quién dejar a sus hijos. Además, refirió que con base en los artículos 166 y 167 de la Ley Federal del Trabajo, en tanto prevalezca la fase 5 de alerta pandémica, las embarazadas y quienes estén en periodo de lactancia deben ser eximidas de presentarse a trabajar, sin que ello implique afectación en sus salarios y prestaciones.
Los centros de trabajo deberán aplicar medidas de limpieza y vigilancia para detectar a las personas con síntomas de influenza y referirlos a las unidades médicas. A los padres de familia les reiteró la recomendación de que no lleven a sus hijos al trabajo.
Finalmente, el secretario de Economía, Gerardo Ruiz, informó que el gobierno federal realiza las gestiones con los países que de manera unilateral e injustificada cerraron sus fronteras a la importación de productos porcícolas de origen mexicano. El mismo reclamo se presentó ante la Organización Mundial de Comercio. Resaltó el caso de China, al que no se le venden productos porcícolas, pero también prohibió su ingreso. Ruiz Mateos informó finalmente que en los próximos días se darán a conocer medidas de apoyo a los sectores turístico, comercial y porcícola.
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Entre las muchas acertadas aseveraciones del reportaje, puede leerse: “México está ofreciendo estos días al mundo la imagen de un gigante al que se le quedaron cortos los pantalones…; el brote de la gripe está poniendo al descubierto que el sistema de salud no está a la altura de las circunstancias”. Frases que son un espejo en el que volver a mirarnos: ya todos lo sabíamos.
Somos la novena, o décima, o undécima, o duodécima economía del mundo –según el funcionario que esté al micrófono–, es decir, somos una economía grande, aunque los que están arriba se hallan muy arriba, pero en lo absolutamente básico, la salud y la educación, mantenemos un tercermundismo inaudito, extremo. El desarrollo socioeconómico de México es impensable con nuestras carencias.
El sábado pasado el secretario Córdova Villalobos dijo: los tres sistemas de vigilancia epidemiológica con que cuenta la Secretaría de Salud no funcionaron cabalmente en la actual contingencia
. El propio funcionario habló de las condiciones y fallas en los gobiernos de algunas entidades federativas; su actuación ha sido deshonesta y antiprofesional, afirmó.
Thelma Gómez corrobora lo sabido: México no posee la infraestructura para desarrollar y producir la vacuna contra el virus de la influenza. Sucede que hace 30 años el gobierno federal desmanteló dos institutos especializados y dejó de invertir en la creación de productos biológicos, mientras que apenas hace un año adquirió una planta para producir la vacuna contra influenza estacional
.
Lo anterior, a pesar de que desde 1999 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado con insistencia a las naciones en prepararse para una epidemia: una de sus recomendaciones fue crear laboratorios para desarrollar tratamientos de inmunización, con el objetivo vital de garantizar la disponibilidad de vacunas
(El Universal, 30/4/09).
¿Por qué en México la incidencia del nuevo virus es tan alta; por qué aquí han muerto ya más de dos decenas por una enfermedad que se cura en tres días con un medicamento antiviral, en tanto en ningún otro país ha habido decesos?
Las respuestas parecen variadas, pero no son muchas: la mayoría de los muertos son pobres y los pobres no asisten al médico cuando padecen una gripe (finalmente la mayor relación entre contagio y pobreza, que había permanecido oculta, ya fue informada); hay negligencia de médicos, especialmente en algunos estados; no corroboran (o no lo hicieron oportunamente) si un enfermo llegó simplemente con una gripe
; no existen los virólogos, u otros especialistas, ni los medios y laboratorios necesarios, subrayadamente en los estados; las autoridades sanitarias de todos los niveles actuaron tarde; no hay en el país los medios suficientes para comprobar si fallecidos y enfermos en su momento fueron presa de la nueva cepa: es la hora que aún no tenemos la información de todos los enfermos y de todos los fallecidos. Las adquisiciones de los equipos más modernos todavía no muestran su eficiencia.
La información ha sido un galimatías. Córdova Villalobos quizá sea un médico competente, acaso pueda ser un funcionario razonablemente eficiente, no lo sé, pero es probablemente el peor comunicador del gobierno, y es precisamente quien nos informa.
Un epidemiólogo, o virólogo, profesionalmente calificado, mejor dotado en el manejo del castellano, y capaz de sistematizar las cifras de modo que todos los mexicanos entendamos qué subconjuntos lo son de qué conjuntos y qué es cada cosa, ordenadamente, sería necesario. El secretario podría intervenir para validar lo dicho y subrayar algún hecho por su particular importancia.
La OMS publicó hace unos días el Plan Mundial de Preparativos para una Pandemia de Influenza, que actualiza, modifica y amplía sustancialmente el documento Influenza pandemic plan. The role of WHO (OMS) and guidelines for national and regional plannig de 1999.
Este nuevo plan redefine las fases de riesgo creciente que plantea para la salud pública la aparición de un subtipo nuevo del virus de la influenza, que representa ya una amenaza pandémica, recomienda medidas a las autoridades nacionales y describe las medidas que debe adoptar ese organismo mundial durante cada fase.
Revise usted el nuevo plan de la OMS frente a la inminencia de la pandemia de influenza y hallará la vasta cantidad de objetivos y medidas que debe tomar la propia organización y el aún mayor número que corresponde a los estados nacionales, en todas las fases, pero especialmente en las interpandémicas. Es mucho lo que nos falta, sólo frente al problema de las epidemias y pandemias de influenza. Los mejores datos de las horas recientes no sacan al mundo de la inminencia de la pandemia.
Los temas aludidos en esta nota son sólo una parte menor de la situación que vivimos. Tercermundismo sofocante sostenido consistentemente al menos por los pasados cinco gobiernos.
Sin alta educación, ciencia, tecnología, innovación, hoy más que nunca no iremos a ninguna parte. Es claro que requerimos un nuevo pacto social para redefinir el rumbo del país. Lo piden a gritos la crisis económica, la pobreza y la desigualdad, la educación y la salud.
Secuenciado en Canadá-Fisgón_______________________________________________________________________
En México esta empresa es propietaria de 50 por ciento de las acciones de Granjas Carroll, en Puebla y Veracruz, y de Agroindustrial del Noroeste (Norson) en Sonora. Durante el año fiscal 2008, Granjas Carroll, que tiene 56 mil vientres, produjo 950 mil animales, mientras Norton, con 35 mil vientres, crió 467 mil puercos.
El presidente del consejo de directores de Smithfield Foods se llama Joseph Luter III. Vive en un condominio de lujo en Manhattan y se mueve por el mundo en un jet de la empresa y un yate privado. El periodista Jeff Tietz, de Rolling Stone, cuenta que el empresario se describe a sí mismo como un hombre rudo en un negocio rudo
. Según él, la mayoría de los vegetarianos son neuróticos.
La compañía líder en la engorda y procesamiento de puercos es también una formidable maquinaria contaminante. Cada año genera toneladas de basura que destruyen ríos, matan millones de peces y enferman personas. De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), la planta de engorda más grande de la empresa, localizada en Carolina del Norte, descarga más basura tóxica en el agua de ese país que la que producen conjuntamente las otras tres instalaciones que le siguen.
La empresa reivindica una cultura de responsabilidad ambiental. Sin embargo, la polución que genera la contradice. En 1997, en Virgina, Estados Unidos, fue multada con 12.6 millones de dólares por cometer 6 mil 900 violaciones a la legislación federal de protección al agua (Clean Water Act). La sanción ambiental fue una de las más elevadas en la historia de ese país.
La reputación de la compañía es terrible. En tres ocasiones (1997, 2000 y 2006) ha aparecido en la lista que la prestigiada revista Multinational Monitor elabora para designar a las peores empresas del año. La primera se dio en 1997: por la contaminación ambiental que provoca. La segunda fue por sus prácticas para monopolizar la cría y engorda de marranos, dejando fuera del mercado a los pequeños productores familiares. La tercera por sus prácticas laborales, antisindicales y violatorias de la legislación estadunidense.
La empresa ha sido encontrada culpable de violar la ley federal del trabajo, de hacer trampas para bajar salarios, cerrando plantas, espiando a los afiliados al sindicato y agrediendo a empleados. De los 58 mil 100 empleados que laboran para el consorcio en el mundo, sólo 28 mil 800 cuentan con contrato colectivo.
Smithfield creció más de mil por ciento entre 1990 y 2005. Su proceso de concentración fue posible gracias a una estrategia empresarial en la que controla cada eslabón de la cadena de producción, desde el momento en el que el puerco nace hasta que pasa a la carnicería. Ha conquistado y monopolizado los mercados quebrando a todos los pequeños ganaderos alrededor suyo.
Su proceso de producción ha convertido la cría y engorda de los cerdos en una actividad industrial. Hacinados en jaulas pequeñas y estrechas que impiden su movilidad, alimentados con gallinaza, respirando aire saturado en gases, sin ver la luz del sol, expuestos a todo tipo de enfermedades y hongos, con su sistema inmunológico lastimado, los puercos-industriales verían en cualquier chiquero de una granja familiar un paraíso. En ocasiones se asfixian al pisotearse unos a otros. Un animal enfermo contagia a los demás fácilmente.
Los puercos generan, en promedio, tres veces más de materia fecal que los seres humanos. El volumen de excremento que evacuan los animales de Granjas Carroll es superior al producido por los habitantes de las ciudades de Guadalajara y Monterrey en conjunto. La diferencia entre ambos es que mientras esas ciudades poseen sistemas de drenaje y alcantarillado para el manejo de las aguas negras, las compañías porcícolas no cuentan con ellos.
Los desechos fecales provenientes de las granjas-factorías de puerco están llenos de sustancias tóxicas. En ellos viven cerca de 100 microrganismos patógenos que pueden hacer enfermar a los humanos, tales como salmonella, cryptosporidium o giardia. Cada gramo de excremento de un cerdo industrial contiene 100 millones de bacterias coliformes.
En el caso de Granjas Carroll, las heces fecales de los cochinos son depositadas en lagunas de oxidación a cielo abierto distribuidas por el valle de Perote. La foto de uno de estos mares de mierda fue publicada en La Jornada del pasado 2 de mayo. Todo tipo de gases volátiles son expulsados a la atmósfera, junto con millones de gérmenes patógenos. Muchos científicos señalan que éstas son un foco de contaminación de agua, suelo y aire.
Existe amplia documentación que muestra cómo Smithfield ha hecho en Estados Unidos generosas donaciones a las campañas electorales de políticos buscando evitar que se regule la actividad porcícola. Según informa Jeff Tietz, en 1998 la asociación de granjas de cerdo de Carolina de Norte (donde la empresa tiene uno de sus principales bastiones) destinó un millón de dólares para derrotar a legisladores locales que querían sanear las lagunas de oxidación a cielo abierto.
Parte de los trabajadores de las granjas de puercos y centros de procesamiento de carne de Smithfield en Estados Unidos son mexicanos. En enero de 2007, 21 trabajadores de la planta en Carolina del Norte fueron sacados de la línea de ensamble y arrestados por agentes migratorios. Los dirigentes sindicales denunciaron que se trataba de una maniobra para impedir la sindicalización de los trabajadores. No sería raro que muchos de esos indocumentados hayan regresado a México.
Smithfield está hoy en el centro de la tormenta. Científicos y analistas han determinado la probabilidad de que el reciente brote de influenza porcina se relacione con Granjas Carroll.
Para tratar de manejar la crisis con el menor costo posible, Carroll ha contratado a la empresa de publicidad Zimat. Pero limpiar un negocio tan marrano no es fácil. Sobre todo cuando lo que está en juego es la salud de millones de personas.
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