1. Debe aplaudirse la salida de Vázquez Mota de la SEP, así como repudiarse que Reyes Tamez haya permanecido seis años en el cargo. Los dos personajes fueron un “cero a la izquierda”; agudizaron la caída de la educación durante el tiempo que permanecieron como secretarios del ramo. A Tamez se le vio siempre cargándole la bolsa del mandado de Martha Sahagún de Fox y a la pobre Josefina cargándole el portafolio al presidente ilegítimo Calderón. Tamez en seis años no pudo hilar discurso alguno y la Vázquez Mota se dedicó siempre a ensalzar a Calderón por su designación. De educación no tuvieron ni la menor idea, pero ¿cómo se multiplicó la educación privada y a los panistas colocados en cargos a pesar de su enorme ignorancia?
2. Se ha pensado siempre que en la Secretaría de Educación Pública se deben nombrar funcionarios de la más alta calidad cultural y moral. Quizá desde Vasconcelos y Torres Bodet se pensó que la SEP debería ser ocupada por escritores, poetas, filósofos cuyo pensamiento e ideales contribuyan a sensibilizar las ideas y la actuación de la sociedad mexicana para humanizarla. Nada de eso; la SEP sólo fue una dependencia gubernamental con una terrible burocracia política que consume, mal distribuye y tiene postrada la educación nacional. Medio centenar de secretarios de Educación, en vez de crear proyectos que permitan sacar a la educación de su vergonzoso desplome, tomaron esta secretaría como muestrario o como escalón político.
3. Aunque en cada país, también en el mundo, la ideología dominante es la ideología de la clase dominante y la educación escolarizada y los maestros conforman la correa de transmisión de esa ideología, siempre hay una minoría rebelde que se escapa del pensamiento generalizado y logra construir una manera diferente de ver y pensar las cosas. Aunque el pensamiento y la organización jerárquica de la familia, de la escuela, la iglesia y de las instituciones impiden que las cosas cambien, tenemos la obligación de entender la composición de las estructuras que nos oprimen con el fin e quebrarlas o destruirlas. Con ese objetivo pensamos, analizamos, denunciamos y proponemos lo que puede hacerse. La renuncia de Josefina Vázquez Mota a la SEP da motivo a esas reflexiones.
4. José Vasconcelos, el creador de la Secretaria de Educación en 1921 y centralizador de la educación, fue escritor de narrativas sobre la revolución mexicana, el rector de la Universidad de México, etcétera, sí fue un gran educador. Jaime Torres Bodet, el creador del Plan de Once años (1959/70), el que sustituyó la llamada educación socialista con la llamada educación democrática (1943), el poeta que impulsó la edición de los libros de texto gratuitos, si fue un gran educador. Si fueron de derecha, centro o izquierda, por ahora no está a discusión porque lo único que planteo es que de los 48 secretarios de educación de 1895 hasta hoy podría decirse que todos los demás sólo cumplieron como instrumento directo del presidente de la República que los nombró. Vasconcelos y Torres Bodet superaron a quienes los nombraron.
5. De 1946, año que entró a la Presidencia Alemán Valdez, hasta 1976 cuando la dejó Echeverría Álvarez, hubo aparentemente mucha estabilidad en la SEP porque durante cinco sexenios sucesivos un secretario de Educación cubrió, uno a uno, los seis años; sin embargo, con excepción de Torres Bodet, los otros secretarios pasaron sin dejar huella. En los demás sexenios y cuatrienios dos, tres, incluso cuatro políticos, fueron nombrados para encabezar la SEP. Los mandaban a esa secretaría como pago de favores, como los adecuados para negociar con el sindicato o como parte de alguna negociación; éstos dejaron la SEP cuando se declaraban incapaces y los pasaban a ocupar otros cargos. Basta con revisar la obra desempeñada por cada uno de ellos.
6. México lleva décadas ocupando los últimos lugares del mundo en aprovechamiento educativo. Pero no solo estamos muy mal frente a otros países en lectura, matemáticas, historia, etcétera, sino también, y es quizá lo más importante, estamos en los últimos lugares en porcentaje de presupuesto educativo, en matrícula escolar, en porcentaje de jóvenes en las escuelas, en cultura magisterial y cursos de actualización del magisterio. Potencialmente México podría superar sus problemas pero los gobiernos en lugar de ayudar a mover los obstáculos parecen más dedicados a destruir la educación pública. Por lo menos desde 1982 se ha estado dejando morir a la escuela pública que bajó su matrícula y calidad de 90 a 60 por ciento para apoyar la educación privada.
7. El sector educativo que debería estar a la vanguardia de la lucha por una educación de calidad al servicio del pueblo, es el magisterio nacional; sin embargo desde que el maestro es maestro, es decir, desde que egresa de la escuela normal, ya trae una formación normalista impuesta desde la SEP que consiste en una ideología de sumisión hacia la jerarquía educativa y hacia los programas que debe imponer a sus alumnos. Fuera de dos o tres rebeldes (generalmente de los normales rurales), la inmensa mayoría de los jóvenes egresados se da primero a la tarea de obtener su plaza y luego de conservarla mediante la adaptación al sistema. El magisterio es una pieza clave por estar en contacto directo con la población, por eso la burguesía ha sabido controlarlo ideológica y políticamente.
8. Aunque treinta años de lucha de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han logrado rebelar sindical y políticamente al 25 por ciento del magisterio, éste 25 por ciento no alcanza liberarse ideológicamente de los contenidos educativos y de los métodos autoritarios de enseñanza. Un sistema bien planeado de construcción de planes de clase, de elaboración de material didáctico, de imposición de evaluaciones y de rendimiento de informes suele tener ocupados y atrapados a los profesores en una poderosa burocracia que lo oprime. ¿Cómo enseñar a ser libre y rebelde si se sigue atado a las disposiciones superiores en vez de tirarla por la borda mediante el trabajo y la reflexión colectiva? Si no se cambia radicalmente ideología y contenidos el “mejoramiento” de las escuelas y profesores beneficia al poder.
9. La batalla por la educación, “la madre de todas las batallas” por la transformación radical de la enseñanza debe darse, además del campo sindical y político, en difícil campo de lo ideológico. Podremos expulsar del sindicato a la Gordillo y sus secuaces, podemos evitar que los secretarios de educación sean ignorantes y sólo servidores del presidente en turno, pero si no logramos que la gran masa del millón de profesores cambien sus concepciones ideológicas y los métodos autoritarios que traen desde la escuela normal, por no decir desde antes, nada cambiará en serio y todo quedará en sacrificios y demagogia. Puede incluso que los dirigentes sean democráticos pero a mediano plazo, si las cosas no cambian, se convertirán en más de lo mismo. Y claro, nadie honesto debe luchar por eso.
Karina Avilés
El cambio de titular en la Secretaría de Educación Pública (SEP) conlleva el riesgo de abrir una nueva oportunidad para que la extrema derecha
busque lanzar una embestida más fuerte contra los principios básicos de la educación pública, alertó el ex subsecretario de Educación Olac Fuentes Molinar, mientras el investigador Ángel Díaz Barriga expresó que existe el peligro de que la renuncia de Josefina Vázquez Mota se aproveche para seguir privilegiando
los intereses de la lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo, por encima del proyecto educativo.
Así, Díaz Barriga, experto del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, sintetizó: Si Elba Esther Gordillo tiene que dar el visto bueno (al sucesor de Vázquez Mota), no veo dónde está la ganancia
, pues es como si el Estado hubiera renunciado a su obligación de conducir al sector educativo
.
Entrevistado por separado, Olac Fuentes Molinar expresó que en el panorama político actual se advierten más riesgos que oportunidades de rectificación
con la salida de Vázquez Mota de la SEP.
Esto es, la renuncia de la secretaria puede significar una nueva oportunidad para que la extrema derecha
lance una ofensiva más fuerte contra valores como el carácter laico y público de la educación, advirtió el ex subsecretario de Educación Básica y Normal de la dependencia.
El sector ultraconservador ha tenido el viejo deseo de imponer la enseñanza religiosa en las escuelas públicas y, a pesar de las presiones en ese sentido hacia Josefina Vázquez Mota, se debe reconocer que se mantuvo el principio de laicidad
, indicó.
Sin embargo, es necesario prevenir y evitar que se atente contra estos valores básicos
. De hecho, añadió, en el escenario de lo deseable, una actitud de prudencia frente a este relevo sería la reivindicación del carácter laico de la educación, la separación entre Iglesia y Estado, con todo lo que esto significa
, no sólo en términos de la aplicación de la ley, sino del carácter de lo público.
Por otro lado, dijo, la iniciativa privada ha tenido injerencia en sectores de la educación donde no la había tenido antes, de manera que este cambio debería ser un buen momento para devolver al sector público su papel estratégico.
Lo deseable sería que la renuncia de Vázquez Mota implicara una rectificación de la política educativa
, lo que implicaría, de inicio, una revisión de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) pactada con Elba Esther Gordillo, señaló el filósofo y estudioso de la educación.
Además, añadió, tendrían que reconsiderarse los ejes centrales de la política de la educación básica, el peso que se ha dado a pruebas como la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (Enlace) y las consecuencias que se han derivado de estas evaluaciones, las cuales lo que en realidad expresan es la enorme confusión
del gobierno sobre el valor de la calidad. No obstante, lamentó, difícilmente va a cambiar la línea general que se ha impuesto al sector educativo
y, por el contrario, mi temor es que con cambios de este tipo se abran oportunidades para embestidas más fuertes, más claras
de la extrema derecha
, lo cual sería gravísimo.
Josefina Vázquez MotaFoto María Luisa Severiano
Por separado, el experto en educación de la UNAM Ángel Díaz Barriga expresó que tal parece, conforme evidencian los hechos, que existen dos autoridades: una formal y la otra representada por la lideresa del sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo. Pareciera que la autoridad formal no puede hacer nada si no tiene el visto bueno de la autoridad sindical. Es como si el Estado hubiera renunciado a su obligación de conducir el sector educativo
.
Bajo esa tesitura el peligro es que se sigan privilegiando
los intereses de la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) por encima del proyecto educativo nacional, apuntó.
En este esquema de coautoridad educativa
, Gordillo exige el derecho
de ser tomada en cuenta y, a su vez, vetar decisiones
. El funcionario que se haga cargo de la SEP tiene una situación complicada, porque debe actuar con energía frente a alguien (Elba Esther Gordillo) que el Presidente defiende
.
Por otra parte, el especialista consideró que no necesitamos que venga la derecha
a pretender imponerse en el ramo, porque con los programas que se han establecido bajo la bandera de la calidad
, la visión conservadora ya está ahí
.
Incluso, dijo, estos proyectos son aún más drásticos
que los aplicados en Estados Unidos. Se refirió a los planes que desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y hasta la actualidad han cambiado dinero por calidad, aunque en estricto sentido es dinero por indicadores
.
Como gobierno, el PAN tiene un programa de derecha que ha venido aplicando, quizá no con el logro de metas que esperaría
. Manifestó que la salida de Vázquez Mota debería significar el espacio para que el Estado tomara la responsabilidad de la educación, y no es porque en los gobiernos priístas el SNTE no hubiera intervenido, pero las administraciones panistas han tenido tal debilidad política que han dejado que el sindicato magisterial se conduzca como el dueño de la casa
.
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