Hombres a la medida… sólo basta desearlo: risueños, inteligentes, sensibles, Fotos y texto: Gerardo Cedillo | |
La publicidad marca los ideales corpóreos en las sociedades contemporáneas. Sus imágenes muestran cuerpos y rostros “perfectos”, según los ideales de belleza por ellos impuestos. Los estereotipos publicitarios, esa atractiva exaltación del individuo irreal, se han concentrado en las mujeres, convirtiéndolas en objetos, distintivos de la voracidad comercial. Objetos de deseo para un público masculino y modelo aspiracional para las espectadoras femeninas. | |
En deseos se rompen géneros Al deseo lo mueven las carencias, artificiales o genuinas, del deseoso. Gusto, apetencia, atracción o antojo erótico, como se le vea, el deseo es la expresión de una búsqueda por completarse, por llenar una expectativa, herida abierta a fuerza de imágenes o idealizaciones que, por supuesto, varían de persona a persona. No hay deseos preestablecidos, los cartabones sirven en publicidad pero en la realidad sólo influyen, no determinan. El género parece más importante: los valores diferenciados que se transmiten a niños y niñas influyen en los modelos de deseo y en la forma de anhelarlos. Fue el caso de las entrevistas realizadas para el proyecto “Deseos por pedido”; las respuestas suelen relacionar el concepto deseo con objetos, momentos y situaciones con carga emotiva. En los hombres, por el contrario, es más común la presencia de algún tipo de acto o comportamiento sexual. Las mujeres que participaron en el sondeo, todas capitalinas entre 15 y 60 años, adjetivaron enfatizando en los sentimientos, aunque algunas dejaron ver detalles de sus deseos físicos a la hora de describir a su pareja ideal. Hubo quien solicitó hombres “inteligentes”, “divertidos” o “sensibles”. “Hombres poco convencionales, como una mezcla entre kinky y nerd”, pidió una fotógrafa de 22 años. “Que se permita ser y experimentar”, dijo una música de 21 años. También una amplia mayoría dijo desear a un hombre para que sea su “complemento”. En general, las mujeres no conciben al hombre como un objeto de uso. 60 por ciento de las mujeres sondeadas se fijan más en la personalidad, en el carácter, incluso en la profesión, antes que en el físico. Sólo 10 por ciento aceptaron desear a los hombres con fines puramente sexuales. “Quiero un chavo buenote”, pidió una chica de 16 años. Las imágenes que acompañan este texto son la reconstrucción de los deseos expresados en las leyendas, tan irreales como los estereotipos que los sostienen. |
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