miércoles, 27 de agosto de 2008



Realizará López Obrador recorrido
por 17 municipios de Nuevo León


* No se permitirá la privatización de la industria petrolera, declarará a los ciudadanos de la entidad

* Habrá movilización pacífica y se ejercerá el derecho constitucional a la libre manifestación, precisará

* Ha visitado el presidente legítimo de México más de mil 500 municipios en 19 meses


Con un llamado a estar atentos para participar en las acciones de resistencia civil pacífica, en caso de que legisladores priistas y panistas pretendan imponer en el Congreso una iniciativa de reforma energética privatizadora, Andrés Manuel López Obrador se reunirá esta semana con habitantes de 19 municipios de Nuevo León.

El presidente legítimo de México dará a conocer que el domingo 31 se realizarán asambleas informativas en las plazas públicas de los 2 mil 500 municipios del país para dar a conocer el plan de acción a seguir, en el momento en que se someta a consideración del pleno del Senado o de la Cámara de Diputados los dictámenes de las propuestas presentadas por el presidente pelele, Felipe Calderón, o la enarbolada por el priista Manlio Fabio Beltrones.

Hará énfasis en que durante las tres fases de la consulta popular sobre la llamada reforma energética y en los foros que organizó el Senado de la República sobre el tema, quedó de manifiesto el rechazo de la mayoría de los mexicanos a cualquier intento de entregar la industria petrolera a la iniciativa privada.

Durante los próximos jueves, viernes y sábado, López Obrador destacará que las acciones de resistencia civil serán de carácter pacífico y a nivel nacional y que en ellas participarán los aproximadamente 200 mil brigadistas, así como millones de mexicanos dispuestos a defender el patrimonio de la Nación.

A partir de mañana y hasta el próximo sábado, el presidente legítimo de los mexicanos México recorrerá los municipios de Linares, Hualahuises, General Terán, Montemorelos, Allende, Santiago, Villa García, Santa Catarina, Garza García, Guadalupe, Ciudad Benito Juárez, Apodaca, San Nicolás, Mina, Hidalgo, Abasolo, Villa del Carmen, Salinas Victoria y General Escobedo.

Ante los ciudadanos de Linares, Hualahuises, General Terán, Montemorelos, Allende y Santiago expresará mañana que los legisladores tendrán la última palabra, pero en el tema petrolero el pueblo de México tiene la primera palabra.

Al día siguiente, el viernes, sostendrá reuniones informativas con los habitantes de Villa García, Santa Catarina, Garza García, Guadalupe, Ciudad Benito Juárez, Apodaca y San Nicolás.

Informará que convocará a todo el pueblo de México a una movilización nacional, a una resistencia civil pacífica, pero no se va a permitir ni un albazo, ni un madruguete legislativo que esté encaminado a aprobar modificaciones a leyes secundarias o a la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional, para entregar los recursos naturales de la Nación a extranjeros.

El sábado se reunirá con los vecinos de Mina, Hidalgo, Abasolo, Villa del Carmen, Salinas Victoria y General Escobedo, a quienes declarará que los mexicanos ejerceremos nuestro derecho constitucional a la libre manifestación.

■ La impunidad y protección que le da tienen un precio, sostienen petroleros disidentes

Cobija el gobierno a Romero Deschamps para que respalde su reforma energética

■ Denuncian trabajadores represión e incluso desapariciones y asesinatos de sus compañeros

Patricia Muñoz Ríos y Ciro Pérez Silva

Conferencia de prensa ofrecida por miembros disidentes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, en el Club de Periodistas

Conferencia de prensa ofrecida por miembros disidentes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, en el Club de Periodistas Foto: Roberto García Ortiz

La impunidad y protección ilegal que le ha otorgado el gobierno federal al dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Romero Deschamps, “tiene un alto precio” y es su apoyo incondicional a la reforma energética y la entrega de la organización a los designios del poder, por ello, las autoridades laborales lo “cobijan” aunque los trabajadores lo repudien por la corrupción y represión con que ha inundado este gremio.

Así lo señaló ayer Omar Toledo, representante de un sector de la disidencia petrolera que desde hace un mes se encuentra en plantón permanente a las afueras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), en el sur de la ciudad, y quien encabezó la toma de la sede sindical en días pasados.

En conferencia de prensa, denunció que hay una fuerte represión contra su grupo, de la cual responsabilizó a Romero Deschamps, y dijo que este dirigente tiene las manos manchadas con las “desapariciones” de trabajadores petroleros –la mayoría disidentes- que se han dado en el gremio en los últimos meses y que ya suman más de 80 los sindicalizados que no aparecen o incluso algunos habrían sido “asesinados”.

Ayer, narró, un representante de la sección 36 de Reynosa, Tamaulipas, de nombre Jorge Pulido, fue detenido por policías judiciales en el Distrito Federal, sin motivo aparente ni orden de arresto, cuando se dirigía precisamente a esta conferencia de prensa que ofrecía la disidencia.

Toledo Aburto planteó que su grupo luchará “hasta las últimas consecuencias” para lograr que las autoridades de la Secretaría del Trabajo dejen sin efecto la segunda “toma de nota” entregada a Romero Deschamps, “no porque se trate de una obsesión, sino porque estamos seguros que nos asiste la razón legal”.

El décimo tribunal colegiado ordenó revisar el procedimiento mediante el cual fue relecto Carlos Romero Deschamps 15 meses antes de terminar su anterior encargo, y se puede demostrar que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social no actuó en consecuencia, por lo que pidió a la dependencia que respete los procedimientos estatutarios y no convalide más “la actuación de un delincuente”, indicó el trabajador petrolero.

“Un gobierno no se legitima protegiendo delincuentes, sino combatiéndolos”, apuntó.

Sostuvo que para nadie es un secreto que Romero Deschamps no representa los intereses de los trabajadores petroleros, que incluso vive como potentado con los recursos de los sindicalizados y que ha “seducido y corrompido” a algunas autoridades; asimismo, ha comprado impunidad por los diversos delitos en que ha incurrido. Pero lo más grave es que ha conformado un comité ejecutivo nacional con “amigos, compadres e incondicionales”, lo que constituye una absoluta falta de respeto a la representatividad que las secciones petroleras deben tener en su máximo órgano de gobierno.

El líder petrolero pretende perpetuarse en el poder

“Carlos Romero Deschamps pretende perpetuarse en el poder, ya lleva tres relecciones y en las dos últimas él se ha otorgado la facultad de elegir a todos los demás integrantes del comité de manera discrecional”, según planteó Toledo.

Por otra parte, el diputado perredista Alejandro Sánchez Camacho, de la corriente cercana a Alejandro Encinas Rodríguez, señaló que la presentación de la propuesta de reforma del Frente Amplio Progresista es apenas el primer paso en la lucha por la defensa de los energéticos en el país.

Si la dirigencia interina del Partido de la Revolución Democrática considera que con esta etapa concluye el movimiento de resistencia, se equivoca, pues es previsible un acuerdo entre los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) para sacar adelante una reforma inconstitucional, afirmó.

“Sería ingenuo pensar que las bancadas panista y priísta en el Senado de la República van a aprobar otra cosa que no sea una variante de la iniciativa de reformas que envió Felipe Calderón al Congreso de la Unión.

“Nosotros vamos a continuar con nuestro movimiento, cuyas directrices se definirán el próximo domingo durante las asambleas informativas que tendrán lugar en las plazas públicas de todo el país y en el Monumento a la Revolución, en el Distrito Federal, y por supuesto no descartamos la toma de tribunas como parte de este movimiento”, aseveró Sánchez Camacho.

A 40 años

Días de agosto exitosa marcha y fallido plantón

Alberto del Castillo Troncoso

Mientras diarios como La Prensa privilegiaron la difusión de imágenes sobre el desalojo del Zócalo, revistas como Life en español (la fotografía de arriba corresponde a la edición de esos días) y el suplemento "La cultura en México", de Siempre!, dieron espacios preferenciales a fotografías de la multitudinaria marcha del 27 de agosto
Mientras diarios como La Prensa privilegiaron la difusión de imágenes sobre el desalojo del Zócalo, revistas como Life en español (la fotografía de arriba corresponde a la edición de esos días) y el suplemento “La cultura en México”, de Siempre!, dieron espacios preferenciales a fotografías de la multitudinaria marcha del 27 de agosto

La espectacular marcha del 27 de agosto marca el punto más alto en la capacidad organizativa del movimiento estudiantil. También exhibe, de manera dramática, sus límites y fisuras, los primeros errores en la conducción del Consejo Nacional de Huelga (CNH), la sombra de los servicios de inteligencia gubernamentales y la estrategia mediática de las autoridades, que optaron por el control cada vez más directo de las coberturas fotográficas cotidianas y permitieron la existencia de espacios alternos marginales mediante la publicación de algunas imágenes en algunas revistas ilustradas semanales de alcances limitados.

La última semana de agosto parecía propicia para la negociación entre el gobierno y el CNH. Un representante de Gobernación se había comunicado telefónicamente el 22 de aquel mes con algún representante del consejo para manifestar su disposición a discutir algunos de los puntos del pliego petitorio.

La respuesta del CNH fue convocar a una segunda marcha multitudinaria el día 27 y exigir la realización de diálogo público entre los representantes gubernamentales y una comisión de 36 representantes del consejo, seis por cada uno de los puntos del pliego petitorio, con una cobertura informativa del episodio.

La expectativa del encuentro se mantuvo durante varios días y se esfumó en la madrugada del día 28, con la intervención de las fuerzas armadas para dispersar la guardia que los estudiantes montaron en el Zócalo para exigir el diálogo público con Gustavo Díaz Ordaz y la evidente articulación de una estrategia represiva gubernamental ejecutada en las horas posteriores al desalojo.

La marcha del 27 partió del Museo Nacional de Antropología y desembocó en el Zócalo. Reunió a unas 300 mil personas y transcurrió pacíficamente, exhibiendo el enorme poder de convocatoria logrado por el consejo en apenas tres semanas de existencia.

En el mitin se leyeron varios discursos y durante el transcurso del mismo se izó en el astabandera un trapo rojinegro. Al final, uno de los líderes estudiantiles arengó a la multitud y propuso la provocadora idea de dejar una guardia de 3 mil estudiantes para exigir el diálogo público con Díaz Ordaz en el Zócalo capitalino el día del Informe. En la madrugada intervino el Ejército para dispersar a los estudiantes y recuperar el control de la plaza.

La prensa se alinea

La cobertura de la prensa sobre la marcha se alineó a la estrategia gubernamental y apoyó la teoría de la conjura. En esta ocasión mostró su perfil más claro y contundente, al evidenciar vínculos más sólidos de colaboración con el gobierno.

Lo primero que llama la atención es que la mayor parte de los periódicos priorizaron el capítulo del desalojo de los estudiantes del Zócalo, a la una de la madrugada, como nota principal, desplazando la información gráfica sobre la marcha a las páginas interiores.

De esta manera, el gobierno capitalizó la decisión política del CNH sobre la permanencia de una guardia de estudiantes en la plaza. Como en un operativo previo concertado entre la prensa y el Estado, se minimizó el peso político de la enorme manifestación y se centró la atención en la provocación de los estudiantes.

Si tomamos en cuenta que el cierre de edición se realizaba en condiciones normales a las once de la noche, llama la atención la disposición de la prensa en su conjunto a utilizar un material que registró acciones ocurridas entre la una y las tres de la madrugada. Se trata de un hecho que sólo puede ser explicado por el dictado de lineamientos gubernamentales a los directores y dueños de los medios.

Ofensiva mediática

El caso límite que ilustra esta confluencia de intereses es el que se refiere al episodio de la inclusión en las primeras planas de la fotografía del mitin nocturno con el astabandera luciendo el trapo rojinegro, como parte de la línea inducida desde la Presidencia de la República. Así lo muestra la correspondencia sostenida entre Gabriel Alarcón, director de El Heraldo, y Díaz Ordaz, en la que el primero informa al presidente que ha comunicado a otros directores la pertinencia de utilizar dicha imagen para contrarrestar la influencia del movimiento, según consta en una documentación abierta recientemente a la consulta pública en el Archivo General de la Nación.

La prensa uniformó como nunca antes su cobertura de los hechos. En periódicos como El Heraldo, El Sol de México, El Universal y La Prensa se cabeceó en los titulares la operación del desalojo y se publicaron gráficas parecidas de mantas con la imagen del Che Guevara y carteles con el retrato de Demetrio Vallejo, como pruebas para desacreditar al movimiento, toda vez que en los textos se insistía en la ausencia de argumentos académicos por parte de los estudiantes.

La gigantesca marcha juvenil, con todo su poder de convocatoria, quedó opacada así en la percepción pública por el énfasis de los medios en la irracionalidad de la presencia de una guardia estudiantil permanente y la eficiencia del operativo militar de desalojo.

Puntos de vista sobre la marcha

Un espacio alterno puede encontrarse en algunas revistas ilustradas, con modalidades ideológicas distintas. Life en español tomó distancia de las posturas oficiales, al señalar que los gobiernos latinoamericanos descalificaban de inmediato las movilizaciones sociales etiquetándolas de “comunistas”, y en cambio señaló que el móvil verdadero de la rebelión había que encontrarlo en la naturaleza autoritaria de un “régimen de partido único”.

Con esta lógica la revista publicó una fotografía panorámica de la marcha a su paso por avenida Juárez, captada desde la Torre Latinoamericana, lo cual le permitió dimensionar una protesta cívica que calculó en 200 mil personas.

Por su parte, “La cultura en México”, suplemento de la revista Siempre!, publicó una secuencia de imágenes de Héctor García sobre la marcha, en las cuales se destacaba tanto la multitud como distintos aspectos de la manifestación, recuperando su carácter cívico y propositivo, con una mirada documental propia.

Esta crónica visual estuvo contextualizada por la ironía de Carlos Monsiváis, quien intercaló párrafos con argumentos y distintas opiniones sobre el movimiento, entre las que se podía encontrar la defensa servil del gobierno, a cargo del periodista Carlos Denegri, junto a posturas lúcidas y certeras como las de Daniel Cosío Villegas, quien cuestionaba, con enorme inteligencia, la politización y el nivel académico del estudiantado.

A 40 AÑOS

Persecución militar y desalojo del Zócalo

Gustavo Castillo

La bandera rojinegra en el asta del Zócalo
La bandera rojinegra en el asta del Zócalo
Foto: Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación / Archivo Histórico de la UNAM / Colección Manuel Gutiérrez Paredes / MGP2496 y MGP2346

La enseña nacional luego del desalojo de los estudiantes por el Ejército

La enseña nacional luego del desalojo de los estudiantes por el Ejército Foto: Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación / Archivo Histórico de la UNAM / Colección Manuel Gutiérrez Paredes / MGP2496 y MGP2346

El 27 de agosto de 1968, miles de personas participaron en la marcha convocada por el Consejo Nacional de Huelga (CNH), del Museo Nacional de Antropología al Zócalo. Se cumplía un mes del inicio del movimiento.

El gobierno federal movilizó batallones de fuerzas aerotransportadas (que en aquella época eran consideradas el cuerpo de elite del Ejército), artillería ligera e infantería. Un reporte de la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (DGIPS), dependiente de la Secretaría de Gobernación, documentó que a las 15:40 horas “los tanques ligeros del Ejército que en número de 12 cruzaron Reforma y el Museo de Antropología (sic), van en dirección al centro de la ciudad, por Reforma (…) la embajada de Estados Unidos está custodiada por miembros del Ejército, granaderos y bomberos”.

Otro reporte de la misma dependencia señaló que desde el 26 de agosto los estudiantes tenían “conocimiento de que el Departamento Central (se refiere al Departamento del Distrito Federal, DDF) (…) ha formado grupos de choque”, y también que “el regente (en realidad, jefe del DDF, general Alfonso Corona del Rosal) ha preparado a gran cantidad de barrenderos de la oficina de Limpia y Transportes para que (…) insulten a los manifestantes, diciéndose que irán armados para agredir a los estudiantes”.

A las cinco de la tarde con 20 minutos se inició la marcha. La DGIPS reportó: “la cabeza de la manifestación llega a la Fuente de la Diana Cazadora. A la vanguardia llevan una camioneta de sonido de la UNAM (…) Atrás van las madres de los estudiantes heridos y llevan una manta con el siguiente texto: madres de los estudiantes heridos, libertad a los presos políticos”.

La retaguardia de la movilización tardó poco más de tres horas en salir del Museo Nacional de Antropología. El periódico El Día informó que fueron 400 mil las personas que marcharon.

En el Zócalo ya esperaban a la marcha “unas 15 mil personas”, señalaban los informes de Gobernación. A las 18:50 horas, “las campanas de la Catedral fueron lanzadas a vuelo, ignorándose los motivos”, informaron los agentes de la DGIPS, pero una nota del diario Excélsior afirmó que el sacerdote Jesús Pérez dio permiso a los estudiantes para que entraran al templo y subieran a tocar las campanas. Después (el religioso) “encendió las luces del templo a petición de los estudiantes”.

A las 19:20 horas, cuando la retaguardia aún no salía del Museo Nacional de Antropología, un grupo de jóvenes izó “una bandera rojinegra en el asta-bandera (sic)”. El informe de la Femospp señala que tanto ese hecho como la irrupción en la Catedral fueron actos de provocación. En la explanada, la multitud demandaba la libertad de los presos políticos (los líderes ferrocarrileros presos desde 1959 y más de 80 estudiantes confinados en Lecumberri).

El mitin dio inicio con la lectura de un poema de Isaías Rojas, uno de los estudiantes presos en Lecumberri. Luego se sucedieron discursos en los que los oradores “lanzaron censuras al gobierno y a los legisladores que rechazaron el diálogo con el Consejo Nacional de Huelga”, refiere Ramón Ramírez en su libro El movimiento estudiantil de México.

Esos reclamos tenían el antecedente de que se había invitado a los diputados de todos los partidos a sostener un diálogo público con la representación estudiantil el 18 de agosto en Ciudad Universitaria, a lo cual se negaron, a pesar de que las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) habían expresado su acuerdo en establecer mesas de negociación para poner fin al conflicto.

Sin embargo, el silencio de las autoridades terminó el 22 de agosto, cuando Luis Echeverría Álvarez, secretario de Gobernación, declaró: “el gobierno de la República expresa su mejor disposición de recibir a los representantes de los maestros y estudiantes de la UNAM y del IPN y de otros centros educativos vinculados al problema existente, para cambiar impresiones con ellos y conocer en forma directa las demandas que formulen y las sugerencias que hagan, a fin de resolver el conflicto que ha vivido nuestra capital en las últimas semanas, y que han afectado en realidad, en mayor o menor grado, a todos sus habitantes”.

No obstante, para el 27 de agosto el diálogo no se había concretado; inclusive, en un intento por afectar la unidad estudiantil, Corona del Rosal continuaba apoyando su idea de conformar una comisión investigadora y mantenía sus vínculos con la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos, a pesar de que ésta había sido desconocida como organización representativa del movimiento estudiantil.

Aquel 27 de agosto, casi al finalizar el mitin, “Sócrates Campos Lemus hace a la multitud que vote porque el diálogo sea realizado el 1º de septiembre durante el informe presidencial y la custodia del zócalo quede en manos de brigadas que permanecieran asentadas en él, hasta la realización del diálogo público”, menciona la tarjeta 11-4-68 L 34 H 328-353, elaborada por agentes de la Dirección Federal de Seguridad (DFS).

Informes de la DGIPS señalaron que a las 21:20 horas, “los estudiantes están colocando tiendas de campaña en el Zócalo y frente a la puerta central de Catedral (…) sobre la acera de Monte de Piedad y Madero (…) continúa llegando gente”. Simultáneamente, aseveran esos reportes, un grupo realiza pintas y coloca pancartas en las paredes de Palacio Nacional, pero estudiantes, agregaban los reportes de Gobernación, “han estado separando a todos los que pintaron leyendas, diciéndoles que la manifestación no era en la acera de Palacio, sino dentro de los límites del Zócalo”.

A las 21:35 horas, un grupo de 700 estudiantes se separa del mitin y se dirige a Lecumberri para exigir la liberación de los presos políticos

Cerca de las 10 de la noche, según informaban los agentes de la DGIPS, los estudiantes “cantan el himno nacional con todo respeto”, luego “incendian (sic) antorchas, queman los palos y pancartas que tienen en la mano y se empiezan a dispersar por las calles adyacentes” al Zócalo.

Amenaza militar

Un dato relevante en los informes de la DGIPS es el siguiente: los estudiantes “izan la enseña patria (no se refiere ese informe a la bandera rojinegra) en la Plaza de la Constitución, informando a los que les toca la guardia que cada seis horas serán remplazados”. Había concluido el mitin, y entonces vendría la represión contra los “3 mil 500 estudiantes dispersados (sic) en pequeños grupos”.

Hacia las 23:00 horas, “un grupo de 200 estudiantes llegó al frente de la penitenciaría de Lecumberri” y 20 minutos después se retiraron, reportó la DGIPS, y agregó que a las “23:55 tanques y carros ligeros del Ejército circulan alrededor de las calles circunvecinas al Zócalo”

A la 1:05 horas: “el sonido de la Presidencia sigue exhortando a los presentes a retirarse ordenadamente debido a que están violando el artículo 9 de la Constitución.

“En ese momento va entrando el Ejército por las calles de Pino Suárez y Moneda, están frente a Palacio pie a tierra, los tanques ligeros vienen entrando por Seminario y Moneda, viene un cordón replegando a los estudiantes sobre la pizarra (sic), vienen también algunos tanques ligeros y por el sonido local se llama a la cordura.

“El Ejército va con bayoneta calada y los carros blindados destruyen los campamentos (levantados con cartones de pancarta y mantas) que habían levantado los estudiantes.

“La primera fila es de soldados y detrás de ellos siguen granaderos, cuatro carros de bomberos y patrullas; los carros ligeros desalojan a la gente (…) Todo el Zócalo está lleno de patrullas formando un cordón.

“Los estudiantes gritan: ¡México, libertad!, ¡México, libertad!, retirándose por Madero siendo aproximadamente mil 500 personas”, otros trataron inútilmente de detener la marcha de los tanques ligeros tirándose a su paso o subiéndose a ellos. Al final todos fueron desalojados del Zócalo.

A la 1:15 horas: “un militar con magnavoz grita vivan los estudiantes, pero con la razón”, reportaron los agentes de Gobernación. El informe de la Femospp señala que “participaron el 43o. y el 44o. Batallones de Infantería y 1º de Fusileros Paracaidistas, al mando del general Benjamín Reyes García; así como 12 carros blindados de la guardia presidencial, cuatro carros de bomberos, alrededor de 200 patrullas de la policía preventiva, cuatro batallones de tránsito y unos diez motociclistas de la Dirección General de Tránsito”.

El mismo documento agrega que “los estudiantes no sólo fueron desalojados, sino perseguidos a lo largo de las calles del centro histórico hasta la Torre Latinoamericana, donde el Ejército corta cartucho. En El Caballito, en las inmediaciones de Bucareli y Reforma, arremete a culatazos contra los estudiantes”.

A pesar de que a las diez de la noche los estudiantes habían retirado la bandera rojinegra, un informe de la DGIPS señalaba que a la 1:35 horas del 28 de agosto: “en el astabandera continúa izadala bandera rojinegra.

Para las diez de la mañana del 28 de agosto, “la bandera que amaneció (…) izada en el asta monumental (del Zócalo) era una rojinegra de seda de tamaño enorme y no pintada, sino fabricada con tela de color rojo y negro”, revela el informe histórico de la Femospp.

Acto de “desagravio”

El mismo documento describe así lo que sucedió después: el gobierno “realizó un acto en el Zócalo para desagraviar a la bandera, que terminó siendo un acto de repudio hacia el gobierno y de apoyo al movimiento (estudiantil). Burócratas del DDF (que) habían sido acarreados (…) al acto de desagravio, ante lo ominoso del evento, empezaron a corear ‘¡somos borregos!’, ‘¡somos acarreados!’. El acto terminó con la intervención policiaca y del Ejército, con una nueva persecución por las calles del Centro Histórico.

“Desde los edificios (…) la gente lanza a los soldados botellas, macetas y otros objetos. La tropa responde con descargas de fusilería y ametralladoras ligeras. El Hotel Majestic recibe varios impactos de bala.”

El CNH reiteró, mediante declaraciones, su disposición al diálogo. Manifestó “que crearía las mejores condiciones para la realización del mismo y se comprometió a no realizar movilizaciones durante el cuarto Informe de gobierno de Gustavo Díaz Ordaz”.

A partir de ese día, la represión a las brigadas estudiantiles, los actos de provocación y las declaraciones a la prensa contra el movimiento se incrementaron sustancialmente.

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