miércoles, 16 de enero de 2008

MANIFIESTO DE LOS JOVENES UNIVERSITARIOS QUE ENARBOLANDO LA POSTURA DE MILES DE CIUDADANOS POBLANOS SE MANIFESTARON EL DIA DEL INFORME

Puebla de Zaragoza a 15 Enero 2008

Mario Plutarco Marín Torres
Gobernador del Estado de Puebla
P R E S E N T E

Venimos hoy a decirle que nos ofende, que este besamanos politico es una afrenta a la dignidad de un pueblo al que usted con tanta desfachatés y cinismo dice gobernar. Mujeres y hombres nos reunimos hoy para decirle que usted no nos representa, que su informe de obras, inauguraciones de banquetas y crecimiento de espectaculares es una burla. Se le olvida, que ser gobernador no consiste en hacerle de maestro de obras ni de gerente a las empresas amigas. Ser gobernador tiene más chiste que ejercer el poder para especular con tierras, para permitir la tala indiscriminada de árboles, permitir la construcción irregular y la destrucción del patrimonio histórico o proteger desde el poder a redes de criminales; no, de eso no se trataba. Los poblanos exigimos a un gobernador que nos represente con autoridad moral, de la cual usted adolece.
Sus acciones nos avergüenzan. Su sola presencia en este recinto, que debería ser el lugar donde se representan los intereses ciudadanos, nos ofende.
Hemos venido a recordarle que la pobreza y el abandono de nuestras comunidades son resultado directo del mal manejo de nuestros impuestos. Que nuestros caminos se caen a pedazos, las carreteras se rellenan con tierra y piedras, si se llegan a rellenar. Que la educación en Puebla es de las peores en el país, maestros mal pagados y mal capacitados abundan, nuestros infantes deben asistir a clases en instalaciones que no tienen mantenimiento, en salones con demasiados alumnos, o sin salón. Le recordamos que Puebla es nido de corrupción e impunidad, con una burocracia carísima y una población desnutrida y enferma. El abandono del campo y la migración hacia Estados Unidos aumenta por la falta de apoyos al campo. Aquí en Puebla, es alarmante la cantidad de discapacitados y enfermos que no pueden recibir tratamiento adecuado cuando en las clínicas no existen las medicinas necesarias o sólo se reparten recetas. Y eso es resultado de su administración deficiente. Usted ha olvidado a los ciudadanos, olvidó su papel como funcionario público y se ha convertido en un sirviente del poder, coleccionista de lealtades, su trabajo se ha reducido a comerciar con el hambre y la misera de un estado rico en recursos naturales y gente trabajadora.
Los tres años de su gobierno estan marcados por el despilfarro de nuestros recursos, empleados en limpiar una imagen que pasará a la historia del estado y del país como símbolo de la impunidad y protección al crimen organizado: porque sí, defender a pederastas desde el poder es un crimen.
A este tercer informe de gobierno, aún hay preguntas sin contestar: una de ellas es el atropello a Lydia Cacho. Queremos que sepa que si la Suprema Corte de Justicia ha sido cómplice en el agravio, los ciudadanos no olvidamos, que el Supremo Tribunal de la Historia no lo va a exculpar. Usted, Mario Marín pasará a la historia como el corrupto, el protector de pederastas, como el hombre que desde el poder mandó a “dar de coscorrones’ a una periodista que se atrevió a denunciar una infamia.
Nosotros, los ciudadanos, nos sentimos hoy obligados a mostrarle nuestro repudio. Le decimos, desde aquí, que la dignidad, el buen gobierno y el respeto del pueblo no se compran ni con spots ni con encuestas a modo. Los ciudadanos le decimos, desde aquí, que no nos engaña: que tenemos claro que hoy pronunciará una serie de cifras que no son la realidad del Estado, que recibirá aplausos de quienes, previa invitación, asistirán a un evento lleno de falsedad y autoelogios. Sin embargo, sentimos que es nuestra obligación moral decirle, que estamos indignados, que estamos molestos y ofendidos por su falta de respeto.
Le venimos a decir que no olvidaremos. Usted, Mario Marín, no ha sido, ni es representante de los ciudadanos poblanos. Usted, Mario Marín es culpable de hacer mal uso del poder y nosotros no lo exculpamos.

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